Max Baldivieso – Ser un agente del cambio con una mirada hacia un futuro sostenible

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Ser un agente del cambio implica adoptar una nueva perspectiva crítica sobre las políticas económicas hegemónicas y perjudiciales para el medio ambiente, abogando por el multilateralismo y la igualdad entre las naciones. El presidente Luis Arce promueve ante la ONU, un enfoque económico centrado en la ecología y el bienestar, desafiando la supremacía económica de las potencias y promoviendo la igualdad y el respeto por la naturaleza. Se cuestiona el llamado «capitalismo verde» y se busca un mundo multipolar sin prácticas coercitivas, mientras se demanda la deuda climática y la democratización de la tecnología. Arce también busca equilibrar la industrialización con la sostenibilidad y el bienestar, en un esfuerzo por lograr un cambio global basado en la equidad, la sostenibilidad y la justicia.

Ser un agente del cambio implica ver la vida desde una perspectiva distinta, abordando los problemas con el objetivo de comprender que si no modificamos las políticas económicas de las naciones que antes eran hegemónicas y que aplicaban métodos de producción perjudiciales para el medio ambiente, nos encaminaremos hacia un colapso global del cual no habrá escape, sino la extinción de nuestra presencia en la faz de la tierra.

Sin embargo, para lograr un cambio real, primero debemos comprender que el multilateralismo es esencial para generar transformaciones y que todos los países deben recibir un trato equitativo. Bajo esta premisa, el presidente Luis Arce aboga por cambiar nuestra perspectiva sobre cómo llevar a cabo la economía, siguiendo el enfoque del filósofo Slavoj Žižek, que propone un nuevo comunalismo globalista con desafíos que abarcan la ecología, la renovación del Estado del Bienestar y la prevención de la «guerra digital cognitiva».

Arce sostiene que es sensato considerar que las hegemonías están cediendo ante un mundo multipolar que ya no es solo un concepto geopolítico, sino una realidad tangible. La formación de un bloque del Sur, como el BRICS, está cambiando la forma en que se hace política global, alejándonos de políticas autoritarias respaldadas por poderes económicos que buscaban la supremacía, como Estados Unidos, cuya economía fue calificada como deteriorada y con problemas graves para recuperar la confianza de otros países por parte de First Rating.

Bajo esta premisa, el Presidente Arce mantiene la política boliviana de buscar la igualdad y un trato horizontal entre las naciones. Bolivia se esfuerza en promover un respeto genuino por la madre tierra en lugar de optar por la vía de las guerras, que solo benefician a las corporaciones multinacionales y los fondos buitres que se benefician de la destrucción de recursos naturales en países económicamente vulnerables. Esto se evidencia en el proyecto económico de Milei en Argentina.

Todo esto nos lleva a cuestionar el sistema capitalista, que ahora se disfraza con el eslogan de «Capitalismo Verde», revelando que su crisis es tan profunda como la soledad de Estados Unidos en medio de un mundo en reconstrucción y multipolar. En este nuevo panorama, los países ya no deben depender de prácticas coercitivas como los bloqueos económicos o las intervenciones en nombre de la democracia, como ocurrió en Libia. Estas acciones solo conducen al saqueo de recursos naturales, miseria y muerte, así como a una mayor dependencia económica para fortalecer la hegemonía global.

Un aspecto destacado del discurso de Arce ante la Asamblea General de la ONU es su llamado a los países desarrollados para que cumplan con su deuda climática y realicen una reparación histórica. Además, Arce va un paso más allá al solicitar la democratización de la tecnología como un bien común humano, con el fin de impulsar un cambio real en la matriz energética mundial y proteger la Pachamama, un objetivo que Bolivia promueve desde 2006 como parte central de su política de desarrollo, basada en el respeto a la vida y el bienestar de sus habitantes.

Finalmente, Arce demuestra su compromiso con mejorar la situación de Bolivia mediante la industrialización y la adición de valor a las materias primas, sin descuidar la protección del medio ambiente. Busca un equilibrio que garantice el bienestar económico de la sociedad boliviana a través de un mercado interno con estabilidad monetaria, baja inflación, generación de empleo y una inversión pública efectiva. También se esfuerza por maximizar el aprovechamiento de los recursos naturales de manera sostenible, como en el caso del proyecto de extracción de litio con tecnología de Extracción Directa del Litio (EDL) que implica una inversión de cerca de 3.000 millones de dólares.

Todo esto lo impulsa a enfrentar «los nuevos retos», que resumen en cuestiones ecológicas, la renovación del Estado del Bienestar y la búsqueda de una nueva forma de hacer política a través de un comunalismo globalista, basado en principios claros como el multilateralismo y el multipolarismo, que son esenciales para desafiar la hegemonía actual y poner fin a los métodos de producción destructivos.

Max Baldivieso es periodista

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