CEJIS
Nélida Faldín Chuvé formó parte de la Asamblea Constituyente (2006) en representación del pueblo indígena chiquitano, como integrante de la Comisión 4: Organización y Estructura del nuevo Estado. A 10 años de la vigencia de la Constitución Política del Estado, evalúa la posibilidad que abrió el TSE para la postulación de las organizaciones indígenas a las circunscripciones especiales de forma independiente a los partidos políticos. Este derecho, según explica, “debería implementarse desde la aprobación y puesta en vigencia de la Constitución Política del Estado”.
Faldín es lideresa indígena de la nación monkoxi de Lomerío (Santa Cruz). Asumió diversos cargos orgánicos, como el de Secretaria de Tierra y Territorio. Fue la primera mujer cacique de la Central Indígena de Comunidades Originarias de Lomerío (CICOL).
_ ¿Qué significa para los pueblos indígenas la posibilidad que se abrió para su postulación a través de sus organizaciones matrices?
Es un paso importante que se debería haber dado desde la aprobación de la Constitución Política del Estado. En el análisis que han hecho algunos dirigentes de las organizaciones de base, es una oportunidad para que nosotros podamos ejercer nuestra participación directa. El tema es cómo va a ser elegido este representante en la Asamblea Legislativa Plurinacional, porque va a ser sometido a la democracia representativa.
Debería ser como en el proceso de elección de nuestro representante al Gobierno departamental, es decir, de forma directa.
_ ¿Cuáles eran las demandas que llevaron las organizaciones indígenas a la Asamblea Constituyente?
Habían cinco puntos importantes que demandábamos, uno de ellos concierne a los derechos colectivos de los pueblos indígenas sobre la participación política, a través del reconocimiento de la democracia comunitaria y que actualmente está reconocida en la Constitución Política como una de las tres formas de ejercicio democrático en el Estado Plurinacional. Por eso la participación directa de los pueblos indígenas en la elección debería haberse implementado desde que se aprobó la Constitución.
No ha sido fácil. Incluso se propuso hacer desaparecer los territorios indígenas porque decían que era un latifundio verde; pero gracias a la demanda que se hizo de una norma internacional para el respeto a nuestros derechos colectivos, sociales, políticos, económicos y culturales, que finalmente fue aprobada en el 2007 por las Naciones Unidas, como Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y que nuestro Estado la asumió como Ley N° 3760, se logró incorporar nuestras propuestas.
Ahora hay esta posibilidad, pero las bases se han perdido un poco de ese sueño de tener representantes a través de nuestra democracia. Sin embargo, estamos volviendo a valorar esta demanda. Es un poco complicado porque estamos acostumbrados a postular a través de los partidos políticos, porque esa era la oportunidad que nos daba la anterior ley.
_ ¿Cuál es la forma en la que se plantea el ejercicio de esta democracia comunitaria desde los pueblos indígenas?
Los pueblos indígenas cumplimos cargos desde las bases, es decir, venimos como representantes desde la comunidad, luego es a nivel territorial, a nivel regional, departamental y recién se llega al nivel nacional. Lo que se hace es respetar ese camino, porque el líder viene desde abajo y todo ese proceso influye mucho para que sea elegida la candidatura.
Si una persona postula por los partidos tradicionales porque tiene recursos económicos puede cumplir los requisitos, pero escapa al ejercicio del derecho colectivo desde de las bases. Son estas dos cosas las que hay que tomar en cuenta: la elección legítima de un líder desde las bases y que sea en la forma de los partidos políticos. Eso va a jugar mucho en las elecciones que se avecinan. Esperaremos los resultados, luego yo creo que vamos a hablar del porqué se llegó a esa etapa.
_ Al momento ¿en qué instancias se ejerce la democracia comunitaria tal como la plantean los pueblos indígenas?
La democracia comunitaria que tenemos en los pueblos indígenas se viene ejerciendo desde hace tiempo. Nuestra democracia se practica en las asambleas, una forma de los procedimientos propios desde las bases, de la última representación comunal. Al momento, las representaciones directas de los pueblos indígenas solo se ejercen a nivel departamental.
El sueño era que cada pueblo o nación indígena tenga su propio representante o, por lo menos, que entre todos los líderes y lideresas que vienen electos desde las bases, que son las comunidades, se haga una asamblea a nivel regional con la misma nación o pueblo, para que entre todas y todos elijan a la lideresa o al líder y luego ir a una asamblea departamental entre los demás pueblos o naciones indígenas, y se defina a quién nos va a representar a nivel nacional. De esta forma debería ser la representación directa para ejercer el derecho a la democracia comunitaria.
Pero ahora nos ponen a elegir de manera directa en cada pueblo o nación indígena, para que luego se determine mediante el voto universal a través de la democracia representativa.
Nosotros no queríamos ir a elección por la democracia representativa, porque resulta que por esa vía se debe pertenecer a algún partido político, por eso es que demandamos nuestra representación directa. Pero ahora estamos con las dos formas.
¿Cómo se debería avanzar en esta ruta?
Lo ideal sería una nueva Asamblea Constituyente, pero el hacer una nueva demanda implica el peligro que se desconozcan varios de nuestros derechos colectivos como pueblos indígenas. La actual Constitución Política del Estado incorpora más del 70 % de lo que hemos demandado, lo cual era el tema central del debate, porque se propone el cambio estructural del país a partir del Estado Plurinacional, los derechos colectivos, la democracia comunitaria, tierra y territorio, los recursos naturales y la justicia comunitaria, ahora reconocida como jurisdicción indígena y autonomías indígenas en el marco de la autodeterminación.
Otra ruta puede ser el mejoramiento de la Ley del Régimen Electoral, en su artículo 61, parágrafo I al VII, y la reglamentación de la misma, que permitiría fortalecer la plurinacionalidad del Estado.
Las organizaciones indígenas deberíamos seguir con ese mismo ánimo de continuar llevando adelante esa propuesta que demandábamos antes de la Constitución Política del Estado, pero eso depende de nuestra fortaleza y de cómo estamos ahora.