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Una encuesta aplicada a la juventud vía online devela sentimientos de inseguridad y temor frente a la pandemia, a la vez que expresa esperanza y noción de los problemas económicos que atraviesa la población boliviana.
El diagnóstico Percepción de las y los adolescentes y jóvenes de Bolivia por la crisis sanitaria del COVID-19 y las políticas de cuarentena, realizado por el Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local (CEADL), fue presentado la pasada semana con datos importantes para pensar en la situación de esta población en el país.
En la introducción del estudio, Juan Pablo Flores explicó que el objetivo fue conocer la mirada juvenil sobre la situación sanitaria que atraviesa el país y generar procesos para tener algún nivel de planificación, articulación y sobre todo ejecución de políticas de derechos humanos.
La recolección de datos se hizo a través de encuestas online dirigidas al grupo de 14 a 19 años de edad y al grupo de 18 a 28 años de edad. Las 644 respuestas conseguidas proceden principalmente de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija. Las encuestas se dirigieron con especial énfasis a población de sectores populares y vulnerables con los que trabaja el CEADL a nivel nacional.
Inseguridad y miedo
A la primera pregunta: ¿Qué sentimiento te genera la actual situación sobre la pandemia de la COVID-19? El 57,76% respondió “inseguridad”; el 50,62% tiene “miedo a que la situación no cambie o empeore”; el 46,20% dice “esperanza porque cambiemos nuestros malos hábitos”; el 35,56% siente que es una “oportunidad para cambiar y mejorar la situación con mi familia”; el 32,30% tiene un sentimiento “positivo, quiero aprovechar el tiempo y realizar cosas que me gustan”.
Gonzalo Huaranca, del CEADL, explicó que los activadores para estos sentimientos de inseguridad y temor están en la información de los medios de comunicación respecto de la fragilidad estatal para enfrentar la crisis sanitaria, en el inicio de la pandemia, y de la memoria histórica sobre otros episodios pasados (la gripe española, la peste negra). “No olvidemos otro elemento que ha activado esta incertidumbre –comentó, nosotros seguimos en esta crisis a nivel político partidario, desde el 20 de octubre de 2019, se tiene constantes enfrentamientos, pugnas de poder, la sociedad civil y el Estado están frágiles. Cómo no van a sentir los adolescentes y jóvenes, inseguridad, si son las condiciones que se están dando en el país”.
¿De dónde obtienen la información para formarse un juicio? La juventud está expuesta a los medios tradicionales principalmente, para informarse sobre la COVID-19, pero tiene una alta exposición también a los medios electrónicos. Los periódicos y la televisión aparecen en 75,47% de casos como fuentes de información, el Facebook en 66,77%, las páginas web y blogs en el 28,42%, el Whatsapp en 20.03%, y, por último, el Twitter en 4,04%.
Sin embargo de esos sentimientos negativos, las encuestas también mostraron la esperanza, la oportunidad y lo positivo. Al respecto, Huaranca dijo que luego de sucesos similares, como las guerras o los desastres naturales, justamente son las generaciones jóvenes las que pueden desarrollar un cambio de hábitos y propuestas diferentes en relación a la naturaleza y al hombre, el Estado, la democracia, etc.
En la familia nuclear
La gran mayoría de encuestados respondió que durante la cuarentena ha estado en compañía de sus padres, hermanos y hermanas (84,78%); en segundo lugar, hay quienes estuvieron solo con sus hermanas y hermanos mayores (33,07%); otros que la pasan con tías, primos, parientes cercanos o tutor (19,41%); en cuarto lugar están los abuelos (17,24%); y, por último, con los hermanos menores, como responsable (11,02%).
Huaranca dijo que las familias nucleares siguen teniendo un lugar central, lo que a su vez permite que sean conscientes de los problemas económicos y de seguridad, además de la violencia que puede suceder en ese entorno.
Estar en la casa también a reasignado los roles internamente. Las actividades que más han realizado los encuestados, que dicho sea de paso la mayoría son mujeres (70%), es cocinar y limpiar (82,61%), seguido de tareas educativas (58,54%), descansar y hacer ejercicios (56,68%), compras para el hogar (32,76%), trabajo remunerado en casa (26,40%).
El diagnóstico es mucho más amplio y admite una segunda parte de percepciones sobre la seguridad sanitaria frente a la pandemia. En ella, los jóvenes expresan nociones de protección, informarse sobre la enfermedad, seguir las recomendaciones de salud y cumplir la cuarentena.
Sin embargo, a la vez se expresa la asignación de nuevas tareas siendo responsables de las compras en el mercado o la necesidad de ir a trabajar.
Huaranca explica que a pesar del discurso oficial de que la gente no permanece en casa por irresponsabilidad o ignorancia, los encuestados respondieron que la gente sale a la calle porque necesita trabajar para alimentarse (79,7%).
A la vez se puede advertir otras razones que se bajaran para salir a la calle: 55,6%, la gente no cumple la cuarentena porque no se informa correctamente; 41,9%, porque se les dice que es mentira e invento político; 37%, porque creen que no van a enfermarse; 32,6%, porque se aburren y no pueden estar en casa; 28,7% porque son irresponsables; 18,2%, porque no creen lo que dice el gobierno.