La informalidad como reproducción del desempleo en Bolivia

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Palabras claves: Producto interno bruto, crecimiento económico, empleo, tasa de desempleo, ingreso per cápita, educación, inflación, coeficiente de Gini, 

Luchar contra el desempleo, para resolver una problemática de índole social, económica y de empleo, en más que evidente, pero, no basta con reducir la tasa de desempleo, también debemos preocuparnos en disminuir la informalidad laboral o economía subterránea en Bolivia
Desde siempre, académicos, profesionales tecnócratas y organismos internacionales, se dedicaron al estudio y debate de cómo solucionar problemas de pleno empleo y el mercado de factores orientados a generar mayor riqueza, para inferir en la calidad de vida y el bienestar de las personas, y muchos expertos piensan que mantener bajos los niveles de desempleo contribuye a conseguir un mejor empleo formal. Los del Gobierno, parecen pensar de esa manera, a pesar de que el 74% de los bolivianos, deambulan como trabajadores informales. 
El año 2001, la tasa de desempleo estaba en 8,5%, y el año 2008 se situó en 6,9%, ahora la tendencia pasó a un nivel mínimo de 3.2% (2012) 4.4% (2015) y 4.1% el 2016. Esto haría razonar a más uno, que dándole mayor importancia a la reducción del desempleo es mucho más importante que a la de la informalidad; entonces, si esto es así, ¿por qué hay una vergonzosa informalidad en Bolivia? ¿La alta informalidad laboral es menos importante que el desempleo, para los burócratas del gobierno?

Como podemos observar en el gráfico Nº1, los países con baja informalidad, caso Chile y Uruguay, proyectan ratios de desempleo muy superiores, respecto a la informalidad, en cambio, países con alta informalidad laboral caso Bolivia, registran tasas de desempleo bajísimas, que es precisamente lo que el gobierno previene. Este hecho acabaría por dar la razón a los expertos y tecnócratas del gobierno, de que es más esencial reducir el desempleo, que la informalidad, sin embargo, este fundamento no estaría del todo correcto, ya aquellos países con tasas de desempleo superiores al promedio regional de 8.9%, es preferible a la presentan países como el nuestro, con tasas de desempleo bajísimas, además que la CEPAL y la OIT para el 2017 pronostican una tasa desempleo de 9.2%. 

Un ejemplo claro es que Bolivia experimento una década de años maravillosos reflejado en una bonanza económica, impulsada por sector externo favorable y los altos precios de las materias primas, que le significaron mayores ingresos fiscales y un crecimiento promedio del 5%. Este extraordinario desempeño económico, que además pone a Bolivia como referente de la región, haría pensar que la situación de Bolivia es de las mejores, con relación de aquellos países con altas tasas de desempleo como la que presentan Chile y Uruguay. No obstante, Bolivia registra una tasa menor del mercado formal, aproximadamente, de 26%, en cambio, Chile tiene un mercado formal altísima de 85%, esta realidad indica que a los bolivianos, les cuesta encontrar un empleo formal, estable y con capacidad de endeudamiento, es decir, que en Bolivia es muy difícil crear trabajos formales y en Chile muy fácil. 
Desempleo vs Informalidad (2016) 
BOLIVIA
CHILE
Baja tasa de desempleo
Alta tasas de desempleo
Alta
Informalidad (74%)
Baja
Informalidad (15%)
Baja
formalidad (27%)
Alta
Formalidad (85%)
Difícil
crear trabajos formales
Fácil
de crear trabajos formales
No
trabajan en buenas condiciones
Trabajan
en mejores condiciones
Se
gana menos dinero
Se
gana más dinero
Viven
peor que los chilenos
Viven
mejor que los bolivianos
No
se crea riqueza
Crea
mayor riqueza
No
son más productivos
Son
más productivos
PIB per cápita US$ 3.105,0 (BM)
PIB per cápita US$ 13.792,9 (BM)
El gobierno se jacta por su doctrina marxista, pero, lamentablemente no se ha hecho mucho en esta cuestión, ya que la “población obrera sobrante” o Ejército Industrial de Reserva (EIR) así lo denominaba Marx y que los defendía, hace aterrizar la dura realidad actual de este sector, que evidencia que los trabajadores informales son más proclives a perder sus trabajos que los formales, y que los verdaderos problemas de la economía y en particular el mercado laboral, no están siendo resuelto de manera eficaz, por tanto, es más importante combatir en la informalidad que es mucho más grave, que mantener bajo la tasa de desempleo, En realidad la informalidad aporta a la proliferación del desempleo y que su relación entre estas variables es siempre negativa. 
Según el Censo del 2012 en Bolivia la Población en Edad de Trabajar (PET) llega a 7.958.601 de habitantes. De ese total el 59,5% pertenece a la Población Económicamente Activa (PEA) y el resto a la Población Económicamente Inactiva (PEI). La “agricultura, ganadería, silvicultura y pesca” es la principal actividad económica a la que se dedica la población ocupada con el 29,3%, seguido del comercio y la industria manufacturera. De este total, el 62,3% son varones y 37,7%, corresponde a la población femenina. 
Los índices de transición desde el desempleo hacia la informalidad son altísimos, en cambio la transición de la informalidad hacia la formalidad es bajísima.
Según la revista Jubileo, la desaceleración económica que atraviesa actualmente el país, afecta de manera negativa a los más pobres, lo que les vuelve en una población muy vulnerable, “El porcentaje de población que vive en extrema pobreza subió de 16,8% a 18,3% en un solo año, entre las gestiones 2015 y 2016, y esta población transita del desempleo a la informalidad».
Otro dato del INE (2013), reportó que el 95% de todas las empresas en Bolivia 623,251 son microempresas (1-4 empleados); 222.012 están en La Paz (35,6 por ciento), 153.033 en Santa Cruz (24,6 por ciento) y 116,980 en Cochabamba (18,8 por ciento) mientras que el 5% por ciento son pequeñas y medianas empresas (5-49 empleados) y sólo el 0,3 por ciento son grandes empresas (50 o más empleados). 
Finalmente, crear más riqueza y mejorar el mercado laboral, es mucho mejor que pensar que las rentas son la solución o darles más salarios de hambre, de modo que el debate de la idea de que la informalidad es más grave que el desempleo está abierta, ya que el aumento de la informalidad podría desembocar en un colapso social y económico, más aun cuando nuestro sistema económico, es basado en la extracción, subsidios y explotación de recursos naturales, y que algún momento el agotamiento de estos recursos es más que seguro. 
Este artículo, efectivamente tiende a provocar repercusiones de analistas de diferentes campos, mientras otros cuestionaran el análisis.
Es Economista y docente de la UMSA 

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