Por: Paola Cortes
Diego Ayo publicó una columna polémica y sugerente, “El MAS, lo obvio, lo asquerosamente obvio convertido en gobierno”. Es el testimonio de un hombre de este tiempo, un texto decente y por lo mismo sincero, pero preocupa su desesperanza cuando afirma que estaríamos frente a una crónica de una muerte anunciada, que sabemos que vamos a morir y que todo es previsible con el MAS. Lo cual es casi una aceptación de un futuro catastrófico que el poder ya habría escrito para nosotros y donde ciudadanas y ciudadanos ya, prácticamente no podríamos hacer nada, sólo esperar lo peor.
Creo que ése no es el ánimo adecuado porque ensombrece nuestro horizonte, nuestra utopía que nos permitirá avanzar y llegar a una contienda electoral en democracia, el 2019.
Hannah Arendt describe a los gobiernos totalitarios principalmente por la forma particular en que utilizan el terror. Según esta autora, en un gobierno totalitario concurren los siguientes elementos:
i) Concentración del poder en un líder
ii) sustitución del sistema de partidos por un movimiento de masas
iii) el terror total como mecanismo de dominación
iv) la progresiva abolición de las libertades y derechos de la persona humana
v) el desplazamiento constante del centro del poder
vi) la coexistencia del poder real y el ostensible
vii) uso de la propaganda y del sistema educativo para adoctrinar
viii) super visión centralizada de la economía
ix) la utilización del Derecho
A través de la manipulación de la legalidad con el propósito del logro de sus objetivos. Considerando los argumentos de Arendt, no cabe duda de que el gobierno del MAS es totalitario y sabiendo eso, no podemos dejar que prospere, en nosotros está la resistencia pero debe estar compuesta de esperanza.
Entiendo el hartazgo con el que escribe Diego Ayo, yo misma lo siento a veces, pero la sensación de que los hechos que no ocurrieron ya tuvieron lugar, es no dar la batalla. De ninguna manera está comprobado que el MAS tenga más poder después del 21F, en mi razonamiento se debilitó y por eso es más violento, abusivo y torpe. Sí, se volvió más cruel y cínico, pero la ciudadanía está muy fortalecida, la ética, la moral, los sueños, la esperanza son nuestras. Nosotras y nosotros no queremos tomar el poder, queremos una sociedad justa, buscamos libertad, defendemos la democracia, por eso nuestra presencia es limpia y sincera, ésa es nuestra ventaja.
Luego de las elecciones subnacionales de 2015, el masismo no ha podido recomponerse y fue sistemáticamente perdiendo su hegemonía en la sociedad. El MAS y el gobierno no pudieron librar sus errores políticos que ahora se convirtieron en un verdadero desbalance sistémico interno. Nunca enmendaron sus fallas, ya no producen ideas ni ideología, y los pilares importantes con los que llegaron al gobierno, como por ejemplo la descolonización, el indigenismo y la honradez, se quedaron en conceptos hoy vacíos; y por eso al masismo se lo penaliza en la votación del 21F y la gente le dijo NO MAS.
De ese camino ya no hay retorno, el agotamiento del masismo es irreversible. Hay dos cosas de sentido común que para el MAS son imposibles de entender: La primera, que se puede gobernar para todos y sin robar, que se puede gobernar para mejorar las condiciones de vida de la mayoría y no para enriquecerse ni para proteger a las corporaciones cocaleras y a los sindicatos adictos a Evo. Y la segunda, que el Estado y sus poderes no deben ser utilizados para perseguir ni reprimir ni encarcelar a los ciudadanos, a eso se llama democracia.
Lo obvio, lo encantadoramente obvio, Diego Ayo, es que otro gobierno es posible y no debemos resignarnos a ese cuento de que no hay alternativas, a ese mantra, tantas veces escuchado, de que “¿después de Evo quién?”. Claro que hay alternativas al saqueo de lo público, al extractivismo, al neocolonialismo y al despilfarro del dinero de todas y todos.
La Patria es un sentimiento sencillamente popular, de la ciudadanía; y el 10 de octubre vamos a salir a defender una PATRIA CON DEMOCRACIA, con el corazón optimista y la voz segura. NO estamos derrotados, los derrotados son ellos, los derrotó la corrupción y la tentación totalitaria. Nosotros, nuestra generación, estamos llamados a defender la democracia y nadie que milite en este bando está rendido de antemano… LA ESPERANZA SIEMPRE VENCERÁ AL MIEDO Y AL CINISMO.
