En más o menos dos horas, una mentira puede ser difundida en 500 grupos de Facebook y tener un público potencial de 12 millones de usuarios. Esta frase radiográfica sobre el raudo viaje de fake news en las redes sociales corresponde a César del Castillo, editor en jefe de “Bolivia Verifica”, una organización que caza falsedades, mentiras y apariencias.
“Detrás de esas publicaciones hay una organización bien entrenada. Hay páginas (en Facebook) creadas deliberadamente para mentir y otras que tenían o tienen otro propósito son usadas o aprovechadas para ese mismo objetivo”, explica del Castillo a RimayPampa.
La difusión de mentiras en las sociedades no es nueva. Lo nuevo consiste en que la mentira fue convertida en un arte o edulcorada de tal modo que pueda circular sutil e impunemente por la gran red sin que mucha gente se dé cuenta. Miles de bolivianos sufren esta descarga diaria de desinformación.
César del Castillo dice que los difusores de mentiras, productores de videos montados y especialistas en fabricar percepciones están bien entrenados, a tal punto que pueden viralizar en poco tiempo contenidos falsos dirigidos a las emociones, creencias y sentimientos de las personas.
Prueba de esa eficacia desinformativa, desde el pasado 10 de marzo, cuando comenzó la emergencia sanitaria nacional por el coronavirus, la difusión de bulos y otras alteraciones de la realidad se multiplicaron por 5 en las redes sociales.
“No monitoreamos todos las mentiras que circulan, sólo aquellas que se viralizan. En los últimos días, he contado entre 8 a 10 notas falsas diarias referidas al coronavirus y otros temas”, señala del Castillo y expone como ejemplo el último bulo de esta mañana que habla de una inexistente encuesta que favorece al Movimiento al Socialismo (MAS).
Los fake news son los productos más elaborados de la era de la posverdad y se han convertido en granadas efectivas de desinformación.
Matthew d`Ancona, columnista político de The Guardian, explica en su libro: Post Truth. The New on truth and how to fight back”, que la posverdad es un fenómeno emocional que surge a causa de la pérdida de la confianza en las instituciones. Seguramente por ello, comienza su texto con una frase vaticinadora: “Bienvenido a la era de la posverdad, en tiempo en el que el arte de la mentira está tambaleando los verdaderos fundamentos de la democracia”.
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En contingencias como las que atraviesa la humanidad, y con sus particularidades Bolivia, la sociedad requiere información para acompañar las decisiones públicas y reproducir capital social. Los promotores de fakenews apelan al odio, al rumor, a la falsedad, a la mentira, a la apariencia, a las creencias y emociones para generar desconfianza en las instituciones que sostienen la democracia.