El ex embajador de Venezuela en Bolivia, Julio Montes, falleció el pasado miércoles en La Habana, Cuba. La información la dio a conocer el gobernador del Estado de Trujillo (Venezuela), Henry Rangel, en su cuenta Twitter.
Honor y gloria para ti hermano, tu recuerdo quedará sembrado en nuestros corazones pic.twitter.com/pEzA1GS4QY— Rangel Silva (@RangelSilva4F) 5 de abril de 2017
La noticia fue confirmada por el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, en su programa “Con el Mazo Dando”. “A su familia, toda nuestra solidaridad y acompañamiento“, expresó el dirigente chavista.
Según informaciones procedentes de Cuba, Julio Montes murió a causa de un paro cardiaco, el miércoles último, por la tarde. Casualmente, esos días coincidió con el presidente Evo Morales en la Isla, donde el Jefe del Estado boliviano se recuperaba después de una intervención en la laringe.
El ex embajador Julio Montes tuvo un paso controversial por Bolivia. Le tocó cumplir funciones en los momentos de la confrontación del Gobierno con el movimiento autonomista, y su nombre estuvo ligado a varias operaciones sospechosas.
Por ejemplo, autonomistas bolivianos informaron que en la gestión de Montes la Embajada de Venezuela alquiló un vehículo en el que se trasladó el subteniente George Peter Nava Zurita hasta Yacuiba para colocar una bomba en las instalaciones de la repetidora de Unitel el 21 de junio de 2008, un día antes del referendo autonómico de Tarija.
El caso resultó muy comprometedor para el gobierno boliviano porque se comprobó que el teniente Peter Nava formaba parte del personal militar que le daba seguridad al presidente Evo Morales.
Nava fue detenido luego de que explotara la bomba, encarcelado y procesado, pero después de casi un año fue liberado de toda culpa. Según publicó el periódico El Deber (28-08 2009), al salir libre continuó siendo seguridad del presidente Morales.
Julio Montes siempre tuvo asegurado un asiento al costado de Evo Morales en los actos públicos más importantes. Pero imprevistamente fue retirado de su cargo en julio de 2009.
Pero, Montes no se alejó de Bolivia, al poco tiempo reapareció reconvertido en un poderoso inversionista. El periodista Boris Miranda escribió un perfil de Julio Montes para la BBC (octubre de 2015), y allí lo redescubrió como un poderoso empresario, Vicepresidente titular de la empresa Ferroviaria Andina, que fue comprada por otro venezolano más controvertido todavía: Carlos Gill.
En los últimos años, Julio Montes vivía entre Caracas, Santa Cruz y Asunción. En el mundo empresarial cruceño se comentaba que era el hombre de confianza de Carlos Gill, empresario ligado por algún tiempo a la propiedad de La Razón, ATB, dos medios que fueron definidos como «para estatales» en el libro «Control Remoto» de Raúl Peñaranda.
«Yo señalo que fue Montes quien trabajó para que Gill pudiera comprar en Bolivia el diario La Razón y la red ATB hace poco menos de una década. Ello demuestra también la enorme colusión de intereses privados y públicos en Venezuela», indicó Peñaranda en el informe periodístico que realizó el periodista Iván Miranda.
Julio Montes fue un hombre poderoso, su sorpresiva muerte deja en el misterio las sospechas de que manejaba muchos negocios de otros hombres poderosos de Venezuela y de Bolivia.
