Exministra Chacón exige retirar su nombre de la lista de «informantes» de EEUU

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La exministra de Defensa y actual concejala de La Paz por Sol.bo, Cecilia Chacón, calificó como una «canallada de las más cobardes y miserables» la inclusión de su nombre en una supuesta lista de «informantes» de la embajada de Estados Unidos. Además, exigió «si algo de dignidad queda todavía en las altas esferas», retirar su nombre de esa lista y pedirle disculpas públicas.

Quintana y García en la presentación del libro «Bolivia Leaks»
El pasado 15 de julio, el vicepresidente Álvaro García y el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, presentaron el libro «Bolivia Leaks». En la ocasión, García dijo que estos cables denotan las «reuniones» que sostuvieron la «derecha boliviana y los miembros de la embajada norteamericana» para conspirar en contra del gobierno del presidente Evo Morales.
«Cuando uno ve el contexto de la injerencia norteamericana, de la filosofía de la presencia norteamericana en nuestros países de las idas y venidas de opositores, de las idas y venidas de informantes de cuyos nombres están en este libro, aquí están los nombres de los informantes de la embajada norteamericana, civiles y militares, aquí están los nombres de los informantes de supuestamente de sus organizaciones sociales de la Embajada norteamericana ; aquí están los cables de los encuentros entre los norteamericanos con dirigentes opositores, con líderes opositores», señaló el Vicepresidente, según la agencia estatal ABI.
En un manifiesto público, Chacón manifestó que leyó las 280 páginas del citado libro para entender por qué su nombre figura en esa lista y no halló ninguna explicación.
«Solo mi nombre en un anexo y la referencia a dos cables de wikileaks en los cuales la embajada americana reporta de dos reuniones oficiales que tuve con funcionarios de la misma en el marco de mis funciones como Directora de relaciones multilaterales, reuniones que se hicieron no en un cafecito ni a media noche sino a plena luz del día en reparticiones de la cancillería y en presencia de otros funcionarios del Estado», indicó Chacón, que fue ministra de Defensa del Presidente Evo Morales.
Emplazó a las autoridades a manifestarse sobre esta publicación, en su caso, sin fundamento. «A quienes hoy son Presidente, Vicepresidente, ministros, ministras, viceministros, directores, generales, embajadores, gerentes y otras altas autoridades les recuerdo que sino alzan su voz contra esta ignominia serán cómplices de algo que mañana también puede pasarles a ustedes», subrayó
Declaración pública textual de Cecilia Chacón 


Con profunda sorpresa e indignación he tomado conocimiento que en el anexo de un libro titulado “BoliviaLeaks” me colocan en la lista de informantes de la Embajada Americana. He leído las 280 páginas que tiene para entender por qué mi nombre figura en esa lista y no hay ninguna explicación en todo el libro. Solo mi nombre en un anexo y la referencia a dos cables de wikileaks en los cuales la embajada americana reporta de dos reuniones oficiales que tuve con funcionarios de la misma en el marco de mis funciones como Directora de relaciones multilaterales, reuniones que se hicieron no en un cafecito ni a media noche sino a plena luz del día en reparticiones de la cancillería y en presencia de otros funcionarios del Estado. ¿Cómo puede ser que este libro producido en el Ministerio de la Presidencia me incluya como “informante” de la embajada por este hecho? ¿Es esto justo? ¿Es ético? ¿Cómo calificar esta acción?
Ser acusado de “informante” es grave; pues se entiende comúnmente por tal a un espía, un infiltrado o un traidor; según el libro los informantes son una “densa red” “conformada por todo el espectro político-social-institucional del país”, se dice también que “por la Embajada desfilaron políticos, funcionarios públicos, periodistas, cuerpo diplomático, empresarios y miembros de las Fuerzas Armadas, entre otros.” para “ revelar sus desavenencias con el gobierno, informaban sobre sus actos, planes y estrategias”.
Así de grave es ser informante según el libro y sin mayor fundamentación incluye mi nombre en este Anexo. ¿Será que lo que dije en esa reunión oficial fue muy grave? Me tomé el trabajo de leer decenas de cables filtrados sobre reuniones de altos funcionarios bolivianos con la embajada americana y para mi sorpresa encontré que hay muchos otros y sin embargo el libro no los menciona para nada. Peor aún, en algunos de ellos el Vicepresidente e incluso Ministros habrían hecho comentarios o como dice el libro “pasado información”. Entonces ¿Por qué esta publicación no los menciona? ¿Por qué no cita lo que dijeron en diferentes reuniones y cables de Wikileaks?
Yo no voy a entrar a hacer citas aquí de lo que dijo tal o cual autoridad y que el libro omite porque creo que ello sería ir contra la dignidad de esas personas sin tener todos los elementos de juicio. Tampoco creo que uno puede basarse únicamente en los reportes de los funcionarios de la embajada americana que interpretan a su manera y conveniencia lo que escuchan. ¿O es que ahora los cables escritos por el imperio del mal son palabra santa?
Mi intención no es descalificar el libro en su conjunto. Creo que hacer un análisis de los cables es de por sí interesante e importante y creo que en varias partes el libro logra ilustrar cual fue el accionar de la embajada durante los primeros años del gobierno. También creo que en el caso de algunas personas mencionadas en el libro y en los cables hay serios indicios de que podrían haber cometido delitos contra los interese del Estado. No tengo ninguna duda de que a esas personas habría que investigarlas, tomar medidas precautorias e iniciar un proceso justo, transparente e imparcial. Haciendo un paréntesis ¿cómo es concebible figurar en una lista de informantes que produce el Ministro de la Presidencia y al mismo tiempo continuar como autoridad o funcionario de responsabilidad en alguna repartición del Estado? Cuando uno acusa a alguien de informante o protegido de la Embajada Americana tienen que ir hasta el fondo e iniciar todas las acciones que corresponden. Lo contrario es negligencia y hasta complicidad.
La inclusión de mi nombre en una lista de informantes y la forma en que se hace es una canallada de las más cobardes y miserables; un golpe bajo conmigo y posiblemente con otras personas; sin embargo no puedo hablar por todos. Ellos tienen que salir al frente y romper el silencio porque en este caso, quien calla otorga y ya es tiempo de superar el amedrentamiento o la comodidad y denunciar de frente esta infamia.
La Bolivia que queremos no puede estar basada en medias verdades, en insinuaciones temerarias y ambiciones o vendettas personales y mucho menos gobernada por el miedo. Por eso, si algo de dignidad queda todavía en las altas esferas lo que corresponde es retirar mi nombre de esa lista y pedirme disculpas públicas. A quienes hoy son Presidente, Vicepresidente, ministros, ministras, viceministros, directores, generales, embajadores, gerentes y otras altas autoridades les recuerdo que sino alzan su voz contra esta ignominia serán cómplices de algo que mañana también puede pasarles a ustedes.
Recordando a Marcelo Quiroga Santa Cruz, sólo me queda decir que: mucho mas temible que ese enemigo que está buscando amedrentarnos con sus canalladas es una conciencia culpable.

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