La historia conoció gobernantes de diferente tendencia política, pero con un elemento en común: la ambición por el poder.
Unos nacieron de las urnas, luego acudieron a las armas y violaron las reglas de la democracia; otros nacieron de las armas y luego pidieron ayuda a las urnas; en ambos casos con un solo fin: aferrarse al gobierno.
Teodoro Obiang Nguema, Guinea Ecuatorial
Llegó al poder en agosto de 1979, tras un golpe de Estado. Cumple este mes 39 años en el poder. Desde aquel entonces, para legitimarse acudió a las urnas, donde logró un apoyo superior al 93% en todas las elecciones presidenciales o referéndums celebrados hasta la fecha.
Por ejemplo, en 2002, habían cuatro candidatos opositores, los cuatro se retiraron de la carrera presidencial; Obiang se declaró ganador con un 99,5% de apoyo.
El año pasado, su partido ya lo confirmó, pese a sus 76 años, como candidato para los comicios presidenciales de 2022. En noviembre del año pasado, el presidente boliviano Evo Morales le condecoró con el Cóndor de los Andes (la máxima distinción del Estado) y le pidió su fórmula para ganar las elecciones con más del 90% de votos.
José Eduardo dos Santos, Angola
Permaneció en el poder durante 38 años.
A sus 18 se unió al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), de tendencia marxista y nacionalista,, que se oponía al colonialismo portugués.
José Eduardo dos Santos asumió el gobierno en 1979, cuatro años después que Angola se declaró independiente en 1975 y tras la muerte del presidente de entonces, Agostinho Neto.
El país africano realizó en 1992 sus primeras elecciones multipartidistas, en las que ganó Dos Santos. En 2001, éste aseguró que no sería otra vez candidato en las próximas elecciones. Pero solo hubo comicios legislativos en 2008, en las que su partido obtuvo el 81,64% de los votos.
En 2010, realizó una reforma constitucional para eliminar el voto directo, lo que implicó que el Parlamento, donde su partido tenía mayoría absoluta, decidía su permanencia en el poder.
En septiembre de 2017, dejó el gobierno después de 38 años. Su sucesor, João Lourenço, expulsó a los hijos millonarios de Dos Santos de diferentes cargos públicos.
Robert Mugabe, Zimbabwe
Llegó al poder en 1980, pero asumió la presidencia en 1987. En un primer momento, fue el líder de una guerrilla contra el apartheid. Renunció al mando en noviembre del año pasado a sus 93 años y gracias a la presión de su propio partido.
Sus discursos anti imperialistas y populistas le ayudaron a tener un amplio apoyo popular, pero sus métodos autoritarios cambiaron su imagen y se convirtió en un peligro para sus compatriotas partidarios de al democracia.
Mugabe realizó una reforma agraria en 2000, cuando expropió las granjas de los zimbabuenses blancos, prometió un reparto más justo de las tierras, pero sólo benefició a sus partidarios.
Los tres gobernantes africanos que batieron récords de tiempo de permanencia en el poder mantienen o dejaron a sus países en la pobreza y convirtieron en millonarios a sus seguidores o familiares.
Alfredo Stroessner, Paraguay
El general Alfredo Stroessner ejecutó un golpe de Estado el 4 de mayo de 1954 con la ayuda del Partido Colorado. Cuatro días después, asumió la presidencia provisional de Paraguay Tomás Romero Pereira.
El 11 de agosto de 1954 se organizaron unas elecciones con un solo candidato: Stroessner. Ganó y juró el 15 de agosto. En un primer momento, decidió respetar la Constitución de 1940 que establecía una sola reelección.
Trece años después, convocó a una Asamblea Constituyente que terminó autorizando a Stroeesner a ser reelegido por otros dos períodos más, los cuáles se contarían recién después de la elección de 1968.
El 25 de marzo de 1977, el gobierno de Stroessner hizo una enmienda a la Constitución para permitir reelecciones indefinidas. De ese modo, el autócrata paraguayo, uno de los más nefastos de la región, se quedó en el poder 35 años. Salió del poder derrocado el 3 de febrero de 1989 por el general Andrés Rodríguez.
Rafael Leónidas Trujillo, República Dominicana
Llegó al poder en 1930, tras una rebelión contra el presidente Horacio Vásquez. Uno de los ideólogos de la insurrección era el teniente coronel Leónidas Trujillo. Ante la crisis, Vásquez renunció y el líder rebelde Rafael Estrella fue proclamado presidente interino.
Casi de inmediato se organizaron unas elecciones, Trujillo se convirtió en el candidato y nominó como su vicepresidente a Rafael Estrella. Desde ese momento, estableció un régimen de terror en su país y se mantuvo en el poder durante 31 años con todo tipo de trampas electorales.
Trujillo fue ametrallado el martes 30 de mayo de 1961. Hoy es recordado como uno de los gobernantes más sanguinarios que llegó al poder a través de las urnas y se mantuvo en el poder con las armas.
Fidel Castro, Cuba
Organizó una insurrección contra la dictadura de Fulgencio Batista. El movimiento que encabezó nació como nacionalista, luego giró al comunismo. Su entrada triunfal a La Habana, a bordo de un Jeep, el 8 de enero de 1959 marcó el principio de su mandato.
Castro tuvo admiradores y detractores, en Cuba y otras partes del mundo. Para los primeros, Fidel Castro era un revolucionario; para los segundos, era un déspota implacable que no respetaba derechos ni libertades democráticas.
Dejó el poder en febrero de 2008 a su hermano Raúl Castro, después de 49 años en el mando de la Isla que para algunos es un ejemplo de liberación y para otros, de pobreza y opresión. Murió el 25 de noviembre de 2016.
Hugo Chávez, Venezuela
Intentó tomar al poder a través de las armas, mediante un golpe de estado, en febrero de 1992. Por ese hecho antidemocrático, permaneció en prisión hasta que fue indultado el 26 de marzo de 1994 por el presidente Rafael Caldera.
Después de su fracaso golpista, apostó por las urnas y ganó por primera vez en las elecciones del 6 de diciembre de 1998. Durante su campaña de ese año, prometió respetar el periodo de gobierno de cinco años, tal y como establecía la Constitución.
Tras llegar al poder en 1999, Chavez impulsó la reforma constitucional y estableció una sola reelección para el Presidente. Luego, cambió de opinión y vaticinó que gobernaría hasta el 2021; después, dijo que necesitaba mantenerse en el poder hasta el 2031 para consolidar el Socialismo del siglo XXI.
Tras superar el Golpe de Estado en 2002 y el referendo revocatorio del 2004, Chávez se postuló nuevamente a la reelección el 3 de diciembre de 2006. Ganó otra vez. Al año siguiente, en agosto, propuso a la Asamblea Nacional los cambios a la Constitución para ser reelegido indefinidamente.
Las últimas elecciones que ganó fue en octubre de 2012; en marzo de 2013, aunque no se conoce con precisión la fecha, el gobierno venezolano informó que Chávez murió. Se fue al más allá tras 14 años en el poder, pero sin cumplir sus deseos de permanecer hasta el 2031.
Venezuela vive hoy la peor crisis social, económica y política de su historia. Su heredero Nicolás Maduro no logra remontar la situación difícil.
Evo Morales, Bolivia
Llegó al poder, pese a no creer en la democracia, en enero de 2006, cuando ganó en urnas con más del 54%. Casi de inmediato, su gobierno convocó a una Asamblea Constituyente que aprobó en 2008 la Constitución vigente que establece una sola reelección del Presidente.
Antes del referendo aprobatorio de la nueva Constitución, prometió respetar el periodo de mandato y renunció a otra repostulación por el bien del país. Después cambió de opinión.
En 2014 decidió burlar la Constitución con la ayuda del Tribunal Constitucional, que lo habilitó con el argumento de que los periodos de mandato no cuentan desde el 2006, sino desde el 2009, cuando se aprobó la nueva Constitución y se estableció el Estado Plurinacional.
Ese mismo año, se repostuló en las elecciones de diciembre y ganó. Como la Constitución le impedía postularse otra vez, convocó a un referendo, que se celebró el 21 de febrero de 2016 (21F) para consultar a los bolivianos si estaban de acuerdo en reformar el artículo 168 de la Constitución y aceptar otra repostulación. La mayoría del electorado dijo NO.
Con el fin de mantenerse en el poder, acudió otra vez al mismo Tribunal Constitucional Plurinacional, cuyos miembros dijeron que Evo Morales «tiene el derecho humano» a reelegirse indefinidamente por encima de la decisión del pueblo y la constitución.
Morales condecoró y pidió el año pasado al dictador Teodoro Obiang, que llegó al país, la fórmula para eternizarse en el poder.
El presidente boliviano, declarado como dictador por plataformas ciudadanas democráticas, se declaró alumno y seguidor de Fidel Castro y Hugo Chávez.
El martes 14 de agosto Evo Morales se convertirá en el gobernante con más tiempo en el poder: 12 años, 6 meses y 21 días. Superará a Víctor Paz Estenssoro, que estuvo más de 12 años, pero en diferentes periodos.
Hasta el 22 de enero de 2020, fecha en la que concluirá su mandato, habrá cumplido 14 años en el poder. Si logra imponerse por encima de la voluntad popular, tendrá la posibilidad de quedarse en el gobierno por otros cinco años, lo que sumaría en total: 19 años en el poder.
Si se cumplen los deseos de sus seguidores, que ya desconocieron las reglas de la democracia, Morales tendrá la posibilidad de superar el récord de Obiang, Dos Santos, Mugabe, Trujillo, Stroessner, Chávez y quizá Castro.