El campo político y el espectro ideológico boliviano están monopolizados por el ideologema plurinacional, hay que decir que ha encajado bien en la conciencia social, sobre todo de la parte indígena de Bolivia, debido al discurso histórico de este país. Efectivamente en términos comparativos y concretos la ecuación social boliviana no es la misma que la de Chile, Perú o Brasil, en estos países limítrofes la integración social y cultural ha logrado estándares superiores, para no ir más allá y hablar de España o Canadá. Es cierto eso de que cada país produce su propia Cultura, su propia ecuación social que le da sentido, coherencia y unidad, Bolivia no lo ha logrado hasta ahora. Y es este vacío cultural, ideológico y político que el MAS ha atacado y machacado para entronarse en el poder, ha usado y usa las diferencias étnicas, culturales y sociales, para marcar el fracaso estatal, y machacar que es el fracaso de sus élites políticas y económicas. Y sobra decir que le ha funcionado muy bien desde el 2002, es decir, desde hace 21 años, y hay que reconocer que la tendencia es a que esto continúe “indefinidamente” o por “otros quinientos años” como textualmente dice el relato plurinacional estatal.
Es cierto también y a estas alturas ya muy evidente, que el resto del campo político de oposición no pudo, ni puede reaccionar ante este utillaje ideológico hábil y astutamente creado por cierta academia marxista, el hecho es que la oposición no ha tenido la capacidad intelectual, ideológica y política no ya de interpretar la realidad social, sino de leerse ella misma y su función en el mundo social, como diría el profesor HCF Mansilla “la crítica y la autocrítica no aparecen en el horizonte de sus preocupaciones”, y por tanto, ellos, la oposición, no aparecen en las preocupaciones del pueblo, de los indígenas, de la sociedad civil en general, si asumimos los indicadores de la estadística y geografía electoral boliviana.
Ante este escenario, donde el pueblo, la sociedad civil ha quedado sin representación política y a merced del monopolio plurinacional estatal, emerge El Bunker, un espacio de articulación social, de Plataformas y Colectivos Ciudadanos de Bolivia que sin importar su origen étnico, regional o estrato social se han unido para producir un Proyecto Político que llene el vacío cultural, ideológico y político que arrastra la Sociedad boliviana y no nos permite avanzar, esto es, producir una ecuación social, que sea integral y representativa de la sociedad civil, que se sustente en los factores que nos identifica y une como bolivianos, en contraposición radical a lo que nos diferencia y nos divide étnica, cultural o socialmente, esta es la Unidad que Bolivia necesita, no ahora, eso sería “razonar” en términos coyunturales como diría Fernand Braudel, es entender y pensar la Unidad en términos Históricos y Sociales. A esta alternativa se le ha llamado hasta ahora Tercera República, que más allá de las palabras, parte del reconocimiento de la diversidad cultural, de las Identidades Regionales y Étnicas que conforman y coexisten en Bolivia.
Vasileiv Seoane Garcia es investigador Social
