Parte I
Introducción
Desde su fundación, ocurrida el pasado 12 de diciembre de 2018 en Berlín, Alemania, en medio de un marcado hermetismo y una enorme falta de transparencia, la empresa mixta conformada por Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y ACI Systems Alemania GmbH (ACISA) parece presentar perspectivas distintas de parte de los dos socios en términos de visión y alcance de la nueva sociedad. Al mismo tiempo, ambas empresas se habrían puesto de acuerdo en sus respectivos comunicados de prensa en no tener en cuenta o distorsionar algunos puntos de crucial importancia para el país incluidos en el Decreto Supremo No. 3738 de creación de la empresa pública YLB-ACISA promulgado el pasado 7 de diciembre que revelan el verdadero carácter del emprendimiento. En lo que sigue y a manera de introducción a los temas de fondo de la presente contribución, desmenuzo cada una de estas cuestiones para brindar a mis lectores una semblanza lo más ajustada posible a la realidad de lo que he venido en llamar “el peor negocio económico de la historia nacional”.
En efecto, mientras que YLB habla de la “constitución de la empresa mixta YLB-ACISA para la industrialización del litio en Bolivia” , ACISA puntualiza que “el objetivo de la empresa mixta es el aprovechamiento e industrialización sostenible del litio y otras materias primas del Salar de Uyuni”. Está por demás decir que al poner énfasis en la industrialización del litio, la empresa estatal del litio pretende hacer creer al país y al mundo que Bolivia camina con paso firme hacia la ansiada transformación de uno de nuestros recursos naturales estratégicos más importantes, en tanto que al distinguir entre aprovechamiento e industrialización, la empresa alemana muestra un elevado grado de precaución con la que espera avanzar en la nueva asociación. Por lo demás, el mencionado instrumento legal sólo se refiere a esta temática en su parte considerativa cuando habla de la “Fase III de industrialización de la salmuera residual del Salar de Uyuni” y en la Parte I del Anexo del mismo cuando menciona que una parte del hidróxido a producirse será ofrecida bajo condiciones de mercado a la empresa mixta de materiales catódicos en Bolivia y que una vez que se constituya oficial y legalmente la nueva sociedad para la producción de hidróxido de litio, ACISA garantizará el inicio de “actividades preliminares” para conformar la empresa mixta de material catódico y baterías.
En función de estas dos formas de ver las cosas, cada parte explica el alcance del acuerdo establecido a su manera. Para YLB, por ejemplo, su vinculación con ACISA implica la creación de una empresa mixta de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio aprobada el 12 de diciembre del año en curso y otra de materiales catódicos y baterías a establecerse “en 2019”. En cambio, en criterio de ACISA, lo único que rige en la nueva sociedad en este momento es la empresa mixta de producción de hidróxido de litio recién constituida, aclarando que recién “en los próximos años” se procederá a la creación de otra empresa conjunta para la producción de material catódico y baterías en Bolivia y Alemania. Cabe aclarar también que, respecto al hidróxido de magnesio, en el DS 3738 se sostiene que las dos socias de la empresa mixta únicamente se comprometen a llevar adelante los estudios necesarios para determinar “la viabilidad de industrializar” el compuesto.
Adicionalmente, YLB establece que todas las plantas se irán construyendo en forma simultánea de manera tal que entre finales de 2021 y 2022 la nueva sociedad empezará a exportar hidróxido de litio (LiOH) y baterías de litio, para cuyo efecto “se prevé una inversión total de 1.300 millones de dólares”, que resultará en “ingresos brutos de aproximadamente 2,200 MM $US al año”. Al contrario, ACISA da a entender que las plantas se irán construyendo en forma secuencial, por lo que por ahora y sobre la base de un estudio de viabilidad, las inversiones ascienden a unos 300 millones de euros para la planta de LiOH y no tiene nada que decir en torno a los ingresos brutos esperados de todo el proyecto. Por su parte, al tratarse del instrumento legal que establece la creación de la empresa subsidiaria que sólo producirá hidróxido de litio a partir de salmuera residual, el DS 3738 sólo habla de una inversión de 300 millones de dólares (en vez de 300 millones de Euros) sin proporcionar datos sobre inversión o ingresos brutos totales mencionados en el comunicado de prensa de YLB.
Asimismo, YLB se refiere a una capacidad de producción de sólo 30.000 toneladas de LiOH al 2021, previendo una capacidad de producción de 10 GWh en la planta de baterías que arrancaría en 2022 para energizar a cerca de 350.000 vehículos eléctricos. En contraste, ACISA espera alcanzar en 2022 una producción anual de 35.000 a 40.000 toneladas de LiOH, aunque no dice nada sobre la capacidad de producción de la planta de baterías. En torno a la capacidad de la planta de baterías y el número de vehículos eléctricos a ser energizados, YLB modifica otra vez su posición respecto al mercado objetivo de la empresa mixta, posiblemente, atendiendo a anteriores observaciones mías, para apuntar a la demanda potencial de vehículos eléctricos (con baterías de iones de litio de una capacidad energética promedio de 30 kWh) que la firma china BAIC planea comercializar en Paraguay y posiblemente en otros países sudamericanos . Sin embargo, es importante aclarar que, en el DS 3738, ACISA sólo garantiza un mínimo de 30.000 toneladas anuales de producción de hidróxido de litio, que no es exactamente lo que dice en su comunicado de prensa y la empresa mixta se compromete a entregar aproximadamente 5.200 toneladas anuales de LiOH a la empresa de material catódico en Bolivia, que dista mucho de la cantidad necesaria (~8.400 toneladas de LiOH al año) para alcanzar la capacidad de producción de baterías definida en el comunicado de prensa de YLB.
Finalmente, YLB informa que la materia prima constituye sólo “la salmuera residual derivada del proceso de evaporación”, razón por la cual “no incluye extracción de salmuera del Salar de Uyuni”, pero no señala qué tecnología se utilizará para la obtención de las sales de litio y magnesio. En contraposición, ACISA sostiene que ha desarrollado con sus socios, en particular, K-UTEC Ag Salt Technologies, un proceso único para este fin, el cual además disminuye a más o menos la mitad el consumo de agua respecto de otras tecnologías. Conviene resaltar aquí dos puntos muy importantes. El primero, que esta es la primera vez que ACISA señala de manera específica que K-UTEC es su socia, lo que cerraría el ciclo de devolución de favores a los que me he referido en el artículo citado en el párrafo anterior. Y, el segundo, que no se ha podido demostrar hasta ahora la existencia de esa tecnología insuperable de la que ACISA y YLB vienen hablando con tanto entusiasmo desde hace varios meses.