El rol de las universidades en estos tiempos de confusión

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Hernán Cabrera
Frente a las actuales circunstancias de cambios, de retos, de conflictos, de innovaciones, de avance de la tecnología y de miedos, se torna sumamente importante ir repensando el rol y la responsabilidad del sistema universitario, tanto el público como el privado, como espacios de gravitación, de incidencia, de orientación y de referencia para las instituciones del Estado, de las empresas, de la sociedad en sus diferentes expresiones.
Probablemente algunos dirán pero si ese rol lo tienen que hacer las universidades públicas, porque tienen más recursos económicos, más gente y es su obligación. Lo han hecho, pero en los últimos tiempos, por lo menos la Universidad Gabriel René Moreno, ha bajado la guardia, y se ha enfrascado en conflictos internos, o ir apagando focos de descontentos de los docentes y de los universitarios. Así lo reflejan los medios de forma permanente.
Pero en el ámbito de las universidades privadas, nos preguntaríamos, qué rol deben desempeñar o qué deben hacer frente a su sociedad en donde se desenvuelven, donde se registran toda clase de hechos sociales, políticos, culturales, económicos, científicos, medioambientales. Esa sociedad que está cambiente cada vez y más empoderada de sus derechos. En Santa Cruz el conjunto de universidades privadas tiene un amplio camino que recorrer, pero trascendiendo sus propias fronteras, las académicas y las meras acciones institucionales.
Claudio Rama señala en su libro “La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias”, de que “estamos frente a un complejo y enorme proceso de transformaciones de la educación superior. Son cambios en sus tendencias históricas, un cierto y creciente quiebre que prefiguran cambios sociales de una más amplia dimensión”. Precisamente ese es el reto.
Las universidades públicas y privadas no pueden seguir viviendo en sus palacios, casi al margen de la sociedad y de sus problemas, de sus sueños, de sus incertidumbres y de sus proyectos de desarrollo. Sin duda, deben inmiscuirse, ser parte de los mismos. Además porque tienen todo el potencial para hacerlo: recursos humanos capacitados, relaciones institucionales, prestigio, conocimientos, investigación, programas educativos y formativos, tecnología e infraestructura. La sociedad y sus instituciones convocan que las universidades se animen a profundizar ese papel, de ser protagonistas de los cambios y de apoyar iniciativas para favorecer el bien colectivo, el bien común.
En ese escenario es que la Universidad Nacional Ecológica se ha ubicado y se ha posesionado, porque entiende de la necesidad de ir más allá de las aulas y de la formación académica hasta lograr que el estudiante se titule. Ese rol ha estado presente en la defensa del cordón ecológico del Piraí, por cuanto ha logrado movilizar a toda una comunidad de vecinos y de instituciones, alertando sobre los riesgos que hay de perforar o dañar este importante cordón que ha cumplido y cumple su rol de proteger a la ciudad y sus habitantes.
La participación de la Ecológica en estos procesos de relaciones institucionales y de alianzas, ha permitido juntar sueños y demandas con la Plataforma del Medio Ambiente y la Vida, instancias que desde hace tres años se viene incidiendo y aportando a Santa Cruz en este tema tan sensible y vital para el presente y el futuro de Santa cruz y Bolivia, como es el medio ambiente y los derechos de la Madre Tierra. En los foros que organizaron el Comité pro Santa Cruz, el Municipio, la Gobernación la Ecológica fue referencia institucional, por sus aportes y su trayectoria profesional y social.
Además se tuvo la virtud de unir dos elementos centrales para viabilizar una demanda central: la movilización ciudadana-social y la academia se unieron, y arrancaron resultados a los actores que deciden. La universidad puede ser y debe ser parte de las acciones toda sociedad.
También en el área de salud, la Ecológica tiene un espacio que se lo ha construido hace 17 años, y a partir de esta gestión, esta universidad privada tiene por objetivo generar propuestas a las políticas públicas a través de la investigación, como pilar en la formación universitaria.
Es ese uno de los roles de la universidad privada, por cuanto los tiempos de cambio y de innovaciones, y de permanentes conflictos así lo requieren. Porque la Universidad no puede estar viviendo en un palacio de cristal si en su sociedad hay una epidemia determinada; si existen contingencias de la naturaleza y se necesita explicar el porqué de las mismas; si fallan las políticas públicas en atención a las personas en situación de vulnerabilidad; si no se respetan los derechos humanos. Tienen algo que decir, que investigar, que aportar, que orientar, con cuyos elementos académicos y científicos, se busquen cambios y rectificaciones en las políticas y en las decisiones de los niveles de gobiernos.
Claro que sí, tienen un rol fundamental que cumplir y lo demostrado por la Ecológica que sea un motivo para repensar ese papel y decidir que toda universidad debe acompañar y orientar a su comunidad a la que se debe.

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