Andrés Gómez Vela
Cayetano Llobet |
Escuchó que un individuo de aproximadamente 1.60 metros, luego de identificar a su víctima, gritó con los dientes apretados: “¡A este lo limpio!”. Vio que le puso su arma debajo de la mandíbula, se alejó algo más de un metro, disparó un tiro y posteriormente regó una ráfaga. Y Marcelo Quiroga Santa Cruz cayó en las gradas de la vieja Central Obrera Boliviana (COB), ubicada en El Prado de la ciudad de La Paz, a unos pasos de la plaza Venezuela.
Lidia Gueiler |
Cayetano Llobet, miembro de la dirección nacional del Partido Socialista Uno (PS-1) en 1980, no supo en ese instante si su compañero había muerto en el acto o quedó herido; sólo recordaba que dejó escapar un hilillo de voz que al final sonó como un clamor subterráneo de impotencia: ¡NO!
En un principio, gente de CONADE consideró el movimiento castrense como aislado, pero la temperatura golpista subió cuando otro grupo militar en Santa Cruz de la Sierra se sumó a la acción antidemocrática. Ante la urgencia, los defensores de la democracia adelantaron la hora de la reunión que, en primera instancia, había sido prevista para la tarde.
Luis Espinal Camps |
1
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Repudiar y condenar la asonada militar producida en Trinidad.
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2
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En vista de la precipitación de los acontecimientos, declarar la
huelga general y el bloqueo de caminos a partir de las 14 horas del día, en todo el territorio nacional. |
3
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Declarar en estado de emergencia y movilización a todos los
trabajadores, campesinos, estudiantes y el pueblo de Bolivia para detener el golpe fascista. |
4
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Llamar a los militares patriotas a no comprometerse con esta
nueva aventura golpista y desbaratar los intentos de consolidarlo. |
Otros querían huir por el patio posterior del edificio, pero ahí mismo estaba un paramilitar disparando con una metralleta hacia las ventanas. Habían sido rodeados.
— ¡Salgan con las manos en la nuca! — ordenó de nuevo uno de ellos.
“Fuimos desfilando todos, uno por uno, con las manos en la nuca. Antes de llegar a la calle, bajando la escalera de la Central Obrera, un señor le tiró una ráfaga a uno de los que salían… Otro de los paramilitares dijo entonces: «No es a ése, no es a ése», relató el testigo entrevistado por El País.
Alberto Costa Obregón |
Llobet contó este episodio en detalle al juez Alberto Costa Obregón la tarde del 16 de abril de 2004, veinticuatro años después del trágico hecho y siete años antes de su muerte.
Oscar Eid Franco |
Luis García Meza y Luis Arce Gómez |
— Por eso tenía moretones en su cuerpo, sólo a una persona viva le salen cardenales y no a un muerto — contó luego de solicitar absoluta reserva.