En las sesiones del Foro se advirtió que América Latina vive tres crisis silenciosas : deserción escolar masiva, aumento de la violencia de género y pérdida de biodiversidad.
Se celebró en Costa Rica, el 7, 8 y 9 de marzo, la V Reunión del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, organizado por la CEPAL.
El tema central del Foro fue la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema. «Es el mayor desafío al que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible, por lo que es crucial llegar primero a los más rezagados y empoderar a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad», se escuchó durante la apertura.
La crisis de la COVID sobrevoló durante todo el Foro. Por caso, se dio a conocer un informe que demuestra que en 2020 tuvimos 18 años de retroceso en la participación laboral de la mujer y que apenas un tercio de las 111 metas de la agenda 2030 van a buen ritmo en la región.
Entre las principales conclusiones se destacan:
- impulsar la Paz,
- diálogo y participación activa, como ruta al desarrollo sostenible;
- acortar las grandes brechas y asimetrías entre los países y dentro de los países, económicas, sociales, ambientales;
- acceso a financiamiento innovador para que América Latina y el Caribe pueda revertir la crisis;
- cooperación y transición para que los países de nuestra región no queden afuera de la cooperación y del acceso a fondos concesionales;
- una recuperación que sea realmente transformadora, basada en la ciencia, que sea sostenible, verde y azul, inclusiva, justa, innovadora y resiliente;
- visibilizar la biodiversidad de la región;
- cambio climático, al cual nuestra región es altamente vulnerable;
- nuevos pactos sociales y económicos para que la recuperación sea sostenible;
- igualdad de género; sociedad del cuidado;
- integración regional, mayor diálogo político y, sobre todo, unificar nuestra voz frente a la comunidad internacional;
- aspirar a un nuevo multilateralismo ponga en primer lugar el desarrollo sostenible y que incluya la reconfiguración de la arquitectura financiera internacional.
La CEPAL llamó a redoblar los esfuerzos encaminados a reducir sustancialmente los flujos financieros ilícitos para 2030, en particular luchando contra la evasión de impuestos y la corrupción, aumentando la cooperación internacional y reduciendo las oportunidades para eludir impuestos, con el fin de asegurarse de que todas las empresas, incluidas las multinacionales, paguen impuestos .
Uno de los paneles debatió sobre la puesta en marcha de el Acuerdo de Escazú y allí Alicia Barcenas sostuvo que “ el acuerdo no impedirá inversiones. ¡Al contrario! Este acuerdo puede lograr que las inversiones sean sostenibles, con la participación de las comunidades. Si ellas son parte del proceso hay más posibilidades de que sean sostenibles”.
El sector privado no cuenta con un espacio formal en el Foro. Sin embargo, la CEPAL, en conjunto con el Pacto Global, convoca desde 2017 diálogos público-privados para discutir los ODS analizados cada año, así como los principales desafíos de sostenibilidad de la región; entre ellos, los patrones de consumo y producción sostenibles, el financiamiento y seguimiento de los ODS, la recuperación verde y la inclusión digital. En 2019, se estableció el foro empresarial sobre los ODS para América Latina y el Caribe, que actúa como espacio regional para discutir el papel de actores del sector privado en la implementación de la Agenda 2030 y el fomento de alianzas público-privadas para avanzar en este sentido.
Durante el Foro Empresarial realizado este martes 8 de marzo, María Fernanda Gazza, de la Cámara de Comercio Internacional, sostuvo que “los recursos económicos para la acción climática existen pero faltan planes y mecanismos claros para su ejecución”.
El documento final advierte que «es necesario adoptar medidas para asegurar que las iniciativas privadas produzcan cambios reales en la implementación de los ODS, lo que disminuiría el riesgo de ecoimpostura (greenwashing) en las prácticas de marketing y relaciones públicas de las empresas. Varias de estas iniciativas se lograrían mediante instancias de cooperación público-privada y de coordinación internacional y regional».
Otro de los ejes fue “ir hacia una sociedad del cuidado” que no recaiga solo en la mujer, que cuide a las personas y al planeta y no tenga un enfoque meramente económico.
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