Agencias
A cinco días para las elecciones presidenciales en Perú y, ante un empate técnico, los candidatos usan todas las armas en su poder para ganar en las urnas este domingo 6 de junio. El maestro de escuela rural y la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori se enfrentaron en su último debate de cara al balotaje, en el que Keiko acusó a su rival de azuzar la violencia y este le replicó afirmando que el fujimorismo es “sinónimo de corrupción”.
El premio nobel de literatura y peruano Mario Vargas Llosa les pidió por tercera vez a los peruanos votar por Keiko Fujimori.
De acuerdo con la encuesta realizada por el diario La República, uno de los más respetados en ese país, el candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, fue el ganador del debate. Según la información presentada por el medio, él ganó con un 56,8 % de los votos para la encuesta, mientras que su contendora, la lideresa de Fuerza Popular, consiguió un 43,2 % del respaldo.
Por su parte, Fujimori se anotó una victoria al recibir el respaldo del premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien hasta hace poco había sido un apasionado ‘antifujimorista’. Sin embargo, este fin de semana, por tercera vez, Vargas Llosa les pidió a los electores votar por Keiko Fujimori, de quien en días pasados dijo que representaba el mal menor entre las dos opciones.
Y es que en un foro realizado en Quito, Ecuador, con la Fundación Internacional por la Libertad, que él preside, Vargas Llosa dijo que Keiko Fujimori es quien puede salvaguardar las libertades de la prensa y de inversión en un país “potencialmente lleno de prosperidad y de riqueza”.
La decisión e invitación del nobel se basa en que, política y económicamente, Keiko, de 46 años, defiende el libre mercado, mientras que Castillo, de 51, aboga por un papel económico activo del Estado.
De hecho, la candidata, que estuvo 16 meses en prisión preventiva por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, afirma que un triunfo de su rival convertiría el país andino en una suerte de Corea del Norte o Venezuela, pero que con ella avanzaría hacia el “primer mundo”.
Los últimos sondeos muestran que ambos están virtualmente empatados, con un 18 % de votantes indecisos.
Keiko, con su bastión electoral en Lima, carga el polémico legado de su padre, cuyo decenio (1990-2000) estuvo marcado por el autoritarismo, los abusos de derechos humanos y la corrupción. Además, a ella se le reprocha haber alimentado la inestabilidad que vive Perú desde 2016, que condujo a tener tres presidentes en cinco días en noviembre de 2020.
Castillo, con baluarte en el “Perú profundo”, esto es las provincias del interior, propone convocar a una Asamblea Constituyente, mientras que Fujimori defiende la Carta Magna vigente, promulgada por su padre en 1993 y que garantiza el liberalismo económico.
Además, los rivales de Castillo tratan de vincularlo con el brazo político de Sendero Luminoso, pero él recuerda que, como miembro de las “rondas campesinas” armadas, resistió las incursiones de la guerrilla maoísta en su natal Cajamarca (norte) en los años del conflicto armado interno (1980-2000).
“La utilización de la estrategia de exacerbación de los miedos hacia el contrario ha marcado muy fuertemente este periodo” electoral, indica la politóloga peruana Jessica Smith, quien actualmente es académica de la Universidad Central de Chile.
Ambos candidatos coinciden en algunos temas: son antiaborto, defienden la familia tradicional, no dan importancia a los derechos de la comunidad LGTBI y rechazan el enfoque de género en la educación.
Más de 25 millones de ciudadanos están convocados a las urnas para esa elección de voto obligatorio. Los primeros resultados oficiales se conocerán hacia la medianoche del domingo.