Experta alerta que hasta el 41% del agua se pierde en ductos de EPSAS; $us14 millones al año

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Rolando Carvajal (Especial para RimayPampa)
La represas de Incachaca y Hampaturi están al menos del 5% de capacidad, pero eso sólo se supo esta semana. La mayor parte del desperdicio es en distribución, no en el uso de los abonados. La vetusta red de cañerías no sólo contamina el agua o facilita fugas sino que está carcomiendo los suelos de las laderas, anticipando desastres.

Las pérdidas totales de agua potable en La Paz y El Alto, sobre todo por fuga subterránea en tubería de EPSAS, ascienden hasta 45 % de la oferta, de acuerdo informes al Ministerio del Medioambiente, sin que haya acciones concretas e inmediatas para reducir ese derroche en la empresa local del agua que esta semana comenzó a racionar agua a los paceños.

Significan 14 millones de dólares anuales y 150 millones de dólares en 11 años, refirió la experta Susana del Granado con base en estudios oficiales.

La compañía atribuyó el corte parcial, inicialmente programado para las noches pero que ahora se cumple de 8am a 20pm, al calentamiento mundial y la sequía en dos de sus principales reservorios acuíferos.
Similar situación que afecta a seis de las nueve capitales del país pese a inversiones, consideradas tardías de 180 millones de dólares tan sólo en el área metropolitana de La Paz, y a la imprevisión de las políticas públicas contra el cambio climático, según un recuento de la consultora Redes, publicada en diferentes medios advirtiendo sobre la desecación de reservas hídricas y riesgo de racionamientos en Potosí, Tarija, Oruro, Cochabamba y otras ciudades. 
Rogativas que ahora se extendían por varios pueblos y ciudades intermedias para pedir a los dioses ancestrales y otras divinidades por agua para el riego y alto a la sequía, habían comenzado el 6 de abril pasado en Mojocoya, provincia Zudáñez, Chuquisaca, según los reportes de la red ACLO-Erbol de hace medio año. 
“Estamos preparados” para enfrentar la sequía, dijo el 2 de agosto, días antes de la evaluación presidencial del aniversario patrio el presidente Evo Morales antes de lanzar días después sus 12 decretos anti-sequía. 
A septiembre del 2016, la suma de recursos anunciados para acciones gubernamentales bordeaba los 990 millones de dólares sin una precisión de qué porcentaje y monto exactos estaban destinados a paliar, mitigar o dar curso a “medidas estructurales” reclamadas por los agroempresarios, y el acumulado incluía algunos montos parciales de recursos ya ejecutados hacía cuatro años, como los 550 millones de dólares del Fondo Productivo y Social en programas de agua y riego.

PERDIDAS EN CAÑERIA 

Los cuatro sistemas de abastecimiento de las ciudades de La Paz y El Alto registraron pérdidas de hasta el 45% entre abducción, potabilización y distribución en redes en 2011, dijo en febrero pasado la experta Susana del Granado, aunque su colega Jorge Sotez calculó para el 2015 un 31 % de todas maneras, preocupante en una ciudad como La Paz con déficit de provisión de saneamiento básico y alcantarillado para casi 90 mil personas 
“La mayoría de las pérdidas de agua en los sistemas se deben a fugas (visibles y no visibles), la falla en registro de los medidores, las conexiones clandestinas y errores en procesos de facturación”, refirió la investigadora según el Reporte Estrada-Echeverry 2014 al MMAyA. 
“Estas pérdidas, especialmente las fugas, además de ser un peligro latente, constituyen una pérdida económica en promedio de 14 millones de dólares al año”, enfatizó. 
Asumiendo que todo lo que se pierde de agua podría ser cobrada, la pérdida es de 154 millones de US$ en 11 años, monto que se podría invertir no solo en saneamiento o cambio de las vetustas cañerías, señaló del Granado, sino en la recuperación del río Choqueyapu, convertido en la cloaca principal de la ciudad, limpiándolo con planta de tratamiento de aguas residuales que cuesta 36 millones de dólares, según estima el Plan Maestro Metropolitano del sector. 
Este miércoles, la ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira, llamó a la tranquilidad y pidió a la ciudadanía «un uso responsable del agua» y que «no almacenen agua de más porque afecta el caudal que ya está mermado por la falta de lluvia», agregando que la garantía de la dotación de agua como servicio es responsabilidad de los municipios». 
El gerente de EPSAS, Iván Sarmiento, advirtió que La Paz está ante una posible “bomba de tiempo” para el suministro del agua, debido a que los glaciares están desapareciendo, hay menos precipitaciones pluviales, el crecimiento poblacional y no existe una conciencia sobre el uso responsable del agua. No se refirió a las altas pérdidas de EPSAS en ductos y red de distribución.

LO QUE NO SE PREVIO 

A comienzos de año, el municipio de La Paz podía acceder a las mayores y mejores reservas hídricas del país: 280 hectómetros cúbicos anuales, de ellos 200 Hm3 sólo el embalse Condoriri, de acuerdo con cálculos oficiales de EPSAS y marcar los índices más altos de cobertura normal en agua potable, casi el 98 % 
Sin embargo, su sistema sanitario no sólo dejaba sin alcantarillado al 12 % de residentes en la ciudad sede de gobierno, sino que de tan obsoleto que está se ha convertido en un peligro para la estabilidad de los suelos, advirtió la consultora Redes, con base en cifras oficiales. 
Su potencial de agravar derrumbes y destruir de viviendas, vías y patrimonio se ha probado a los largo de las últimas cuatro décadas en que se registraron 64 de estos desastres y mega deslizamientos como el de 2014 en Callapa, o los más recientes derrumbes en Mecapaca (2015) y Jupapina (2016) o el último de Niño Kollo que el alcalde Luis Revilla atribuyó a los vecinos y sus aguas servidas. 
“Con el monto recaudado por estas pérdidas se podrían pagar tres de las cuatro alternativas propuestas por el PMM para el tratamiento de aguas residuales y con 8 millones de US$ adicionales se podría, inclusive, construir la alternativa más costosa propuesta”, agregó la experta. 
“Desde hace más de tres décadas que existen planes y proyectos para la creación de una planta de tratamiento de aguas residuales del rio Choqueyapu/La Paz; es importante dar prioridad a la limpieza de estas aguas y se puede concretar si usamos el agua potable de una forma responsable y eficiente”, dijo, pese a que el municipio paceño no parece asignarle importancia al problema. 
Las pérdidas en ductos, más que por malgasto de los usuarios eran un problema sin resolución también para la empresas del agua en Cochabamba y Tarija donde los porcentajes eran de 49 % para Semapa y 35 % para Cossalt.. Adicionalmente en Cochabamba se ha invertido desde hace 50 años casi 550 millones de dólares en la represa de Misicuni, sin que se haya llenado el reservorio y contribuya con su escaso aporte actual a la solución de la falta de agua de agua en Copchabamba, a 16 años de la llamada “guerra del agua” contra los consorcios y gobiernos neoliberales.

INVERSION TARDIA 

El Plan Maestro Metropolitano aprobado en 2014 y que estiman inversiones por 500 millones de dólares, comienza a ser ejecutado desde principios de años, con obras por casi 180 MM$us correspondientes al proyecto Multipropósito El Alto-Batallas-Pucarani (133 MM$us), que incluye riego en estos dos últimos municipios rurales altiplánico-lacustres; y al sistema Chuquiaguillo-zona sur (nueva represa “Alto Hampaturi” de 6 hm3, planta potabilizadora y red distribuidora por 46 MM$us). 
A ese monto, la empresa local suma 80 MM$us invertidos en los últimos años en diversos proyectos de ampliación de servicios, entre ellos la polémica PTAR de Puchukollo y otros de agua potable y alcantarillado, la mayor parte en El Alto. 
Con ese monto de inversión EPSAS se convertía en la mayor de las empresas públicas y sociales de agua y saneamiento, y en una de verdadero alcance metropolitano al estar pronta a cubrir ocho municipios: La Paz, El Alto, Viacha, Pucarani, Mecapaca, Palca, Achocalla y Laja (Separata EPSAS 2016), adelantándose a la conformación del Area Metropolitana paceña. 
Chuquiaguillo:
Segundo megaproyecto de EPSAS
Hay dos mega obras en agua y saneamiento: el proyecto Chuquiaguillo,y el
Multipropósito El Alto-Pucarani Batallas, ambos por más de 1.240 MM/Bs
destacó  el entonces  interventor de EPSAS, Ing. Hugo Gómez la
primera empresa metropolitana del sector, sobre las características de los
emprendimientos más importantes para dos de los tres mayores municipios:
  • Chuquiaguillo nos va a permitir llegar a la parte
    alta de la ladera norte, el caudal se va incrementar es aproximadamente 300
    l/s. Tiene tres complementos:
    la planta de tratamiento, las redes primarias, y secundaria, y una nueva
    represa en Hampaturi, con capacidad de 6 hectómetros cúbicos, es una nueva
    fuente de almacenamiento con eso vamos a poder satisfacer el
    abastecimiento en la ciudad de la paz que influye también a la ciudad de El
    Alto
  • El agua potable que logra subir por ladera la
    parte alta de Villa Fátima proviene de la ciudad de El Alto, de manera que
    esta parte se va a independizar del abastecimiento alteño y vamos a tener mayor
    capacidad de almacenamiento.
  • El proyecto multipropósito, tiene un caudal de
    1.000 l/s. La represa es de similar capacidad, y abastece a gran parte de la
    ciudad de El Alto. En EPSAS decimos “tendremos
    un Tuni más”
    . Para nosotros los técnicos, es un sueño hecho realidad,
    porque garantizamos el servicio a El Alto aproximadamente por 30 años, es
    decir, dos generaciones van a tener agua potable.
  • Ya es importante el caudal alteño, lo estamos incrementando
    a 50 lts/seg cada periodo, pero se nos están agotando los esfuerzos,
    prácticamente vemos que en cinco años nos va a faltar aumentar la oferta de
    agua.
  • Gracias a la planificación entraría Chuquiaguillo
    a trabajar en dos o tres años por la demanda que tenemos. Posterior a eso el
    proyecto Multipropósito duraría en su ejecución cinco años.
  • Con estas dos mega obras estaríamos tranquilos, EPSAS y la porque va a tener agua todo lo necesario
  • Fuente: entrevista con Consultora REDES, abril del
    2016
El abastecimiento de fuentes superficiales proviene de cinco represas: Tuni- Condoriri, Milluni, Hampaturi, Incachaca y Ajuancota (91 %), y de fuentes subterráneas de 37 pozos en Tilata, sur de El Alto (9 %) y no obstante el impacto sobre los nevados, se ha podido probar que hay aporte glaciar, explicó en marzo pasado el entonces Interventor, Ing. Hugo Gómez, ahora desplazado por su colega Rudy Rojas, quien se encargó de precipitar el racionamiento sin anuncios previos.

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