El asesinato del Campeón Nacional de Raqueta Sub 20 y la desidia policial

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Su padre no quería que salga esa noche. Tampoco su madre. Quizá ambos presentían algo, pero Alfredo Reader Carreño Porcel tenía que ir a la velada de la Virgen de Candelaria porque era el pasante (organizador) del carnaval juvenil de Tarapaya. Nunca antes había faltado a casa, pero aquella noche no llegó ni al día siguiente, ni en dos, tres, cuatro, ni cinco días.
Alfredo y Gladys arribaron con sus cuatro hijos la tarde del jueves 1 de febrero a su casa de Miraflores, población ubicada a 10 Km de la ciudad de Potosí, a pasar el fin de semana precarnavalero. No objetaron mucho que su hijo salga, confiaron que iba con un amigo.
También confiaron en que no le iba a pasar nada porque él no era aficionado a la “bebida”, sino al deporte.  Apenas nueve meses antes, el 7 de mayo de 2017,  Alfredo Reader se había coronado Campeón Nacional de Raqueta sub 20 en Viacha, La Paz.   
Era un joven familiarizado con el éxito desde su niñez. A sus ocho años obtuvo el segundo lugar en natación. A sus 10 comenzó a jugar raqueta frontón y pelota de mano. En este último deporte logró el campeonato nacional categoría juvenil tres años consecutivos: a sus 16, 17 y 18.
Su padre, también de nombre Alfredo, lo recuerda como a un hijo muy cariñoso, deportista y estudioso.
Tras coronarse campeón nacional en raqueta, Alfredo Reader se registró en la universidad a estudiar economía y en un instituto, mecánica industrial.

Familiares y amigos buscan al Campeón.

A eso de las dos de la madrugada del viernes 2 de febrero, el teléfono móvil de Alfredo Reader dejó de emitir señal. Cuando apenas el Sol asomaba, Alfredo y Gladys constataron que su hijo no había retornado; entonces, decidieron ir a buscarlo a la plaza de Tarapaya. 
Su padre pensó que se había quedado con algún amigo o con alguien de la comunidad. Ya en la plaza, empezaron a preguntar por Alfredo Reader, pero nadie sabía nada. Se acercaron a la banda, al conjunto de zampoñaris y nada. El carnaval juvenil había comenzado y el pasante estaba desaparecido. 
Alfredo Reader (centro), el día que se coronó Campeón Nacional.
En la búsqueda, el padre se encontró con uno de los sospechosos, que ahora está detenido en la cárcel de Cantumarca, quien le dijo: “Sí, le he visto al muchacho, incluso le he querido recoger en el puente y no ha querido, se ha ido, me voy nomás señor, me dijo; lo he visto perderse por el camino, y yo me he ido”.
Otro de los sospechosos, hermano del primero, dijo a Alfredo que no había visto al joven en ningún momento de aquella noche.
Alfredo Reader era el mayor de cuatro hermanos y había cumplido 20 años el pasado 23 de enero y soñaba con el carnaval juvenil; se preparaba para contratar la banda y la vestimenta, quería que todo salga bien. Además, le gustaba disfrutar de su familia, que viajaba cada año a practicar pesca deportiva.
Al ver que no había rastros, los familiares reportaron la desaparición de Alfredo Reader. En un primero momento, la Policía no tomó en serio el caso por lo que el padre acudió a los medios de comunicación.
En su desesperación, contrataron a un investigador privado y comenzaron a indagar sin la Policía. Averiguaron que alguna gente había visto a Alfredo Reader por última vez entre el 1 y 2 de febrero en la plaza de Tarapaya.
La gente consultada contó que vio al campeón charlando y luego discutiendo con una joven que iba a ser su pareja al día siguiente sobre los gastos que iban a hacer en la fiesta. “Esa chica es la sobrina de los sospechosos, personas con graves antecedentes delincuenciales”, dijo Carreño a RimayPampa.
Alfredo está seguro que después de esa discusión, los tíos de esa joven, uno de 39 años y otro de 28, esperaron a su hijo de 20 años en el puente de Miraflores; “lo agarraron a solas, lo pegaron y lo fueron a tirar a kilómetros del lugar”. Sucedió cerca las dos de la mañana, a las 2:30 dejó de funcionar el teléfono móvil de la víctima.     
A partir de ese indicio, la familia y los amigos rastrillaron día y noche sobre el río hasta que el 6 de febrero encontraron muerto al Campeón, a dos kilómetros de la comunidad de Mondragón.
El resultado de la autopsia estableció que Alfredo Reader falleció a causa de golpes recibidos. Lamentablemente, los temores de papá y mamá se confirmaron, aunque en lo más íntimo de sus seres en ningún instante perdieron la esperanza de encontrarlo vivo. 
«El joven ha sido agredido  físicamente estando con vida, tiene golpes en la cabeza que han repercutido al interior del cráneo formándose coágulos, que es normal cuando se recibe golpes», informó el fiscal departamental de Potosí, Fidel Castro, luego de recibir el informe médico forense. 
Policía sin recursos para la prueba de luminol
Hallado el cuerpo, vino el calvario de la investigación para encontrar a los culpables. Apenas empezó, la Policía mandó a decir que la prueba de luminol iba a tardar (seis meses) porque carecía de recursos.
“Hicimos una kermesse para recaudar algo de dinero y hacer las pruebas. Pero gracias a algunas marchas de los familiares y amigos, el Fiscal se movió y han conseguido la prueba de luminol”, dijo Carreño.
Sin embargo, la familia sigue pagando a un investigador privado para encontrar más pruebas contra los asesinos y evitar que los tribunales liberen a los seis involucrados (cuatro con detención preventiva y dos con detención domiciliaria), ya sea por falta de pruebas, influencias o sobornos. 
Su papá y mamá no querían que salga aquella noche, pero el Campeón Nacional de Raqueta tenía que ir a cumplir su compromiso de organizar el carnaval juvenil de Tarapaya. Nunca más volvió. Cincuenta y cinco días después de su asesinato, en su casa temen que sus victimarios queden impunes porque la desidia y falta de recursos de la Policía juegan en favor de los criminales.

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