Desde Alemania dicen que no cambió la suerte de Antonia Ramos Posto

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Estimados periodistas:
Nos dirigimos nuevamente a ustedes porque la primera vez que lo hicimos demostraron mucha integridad en dar lectura a lo que enviamos, sin cambiar nada. Es raro encontrar periodistas con la ética de ustedes y de nuestra parte, además de agradecerles, debemos decir que todo lo que les expusimos por escrito se ha confirmado plenamente.
En esta ocasión queremos decir que sigue sin ningún cambio la situación de la señora ANTONIA RAMOS POSTO, que es la persona que luego de haber sido engañada en su buena fe tanto por las señora Nardy Suxo como por la señora Naira Rivero Suxo de Marter, que fueron las que la llevaron a Alemania, prometiéndole una buena remuneración y luego firmando un contrato por 915 Euros, términos que no cumplieron y que por esa razón la señora Antonia tuvo que irse de la casa en la que por varios meses trabajó bajo estas condiciones de abuso.
Tal vez debería decirse, para ser más exactos, que en realidad la situación de la señora Antonia cambió pero para mal. Durante las semanas que han seguido a la denuncia que formalizó ante la institución Ban Ying y luego, de manera oficial, ante la Cancillería alemana, la familia Suxo no ha tenido la gentileza de tratar de tomar contacto con la afectada y denunciante, no digamos ya para resolver el problema, sino en un afán humanitario con una ciudadana connacional boliviana, para saber cómo se encuentra, pues recordemos que está en un país extraño y no sabe la señora Antonia hablar el idioma alemán.
Esta actitud, tanto de la señora Nardy Suxo como de su hija la señora Naira Rivero de Marter, muestra la prepotencia con la que están actuando. Sabiéndose protegidas por el gobierno boliviano, no tienen la menor intención de cumplir con sus obligaciones contractuales.
Pero también es igualmente indignante que la señora Embajadora de Bolivia en Alemania, la señora Elizabeth Salguero, actúe con el mismo desinterés por una persona que es boliviana y, por tanto, debiera recibir algún apoyo de una embajadora que dice que está allá para representar los intereses de las y los bolivianos. La señora Embajadora no ha tenido ni la decencia de solicitar a su funcionaria Naira Rivero de Marter, que presente su renuncia.
Indigna ver cómo las convenciones internacionales y las propias leyes bolivianas, como por ejemplo, las Leyes del Trabajo Asalariado del Hogar, o la Ley de Lucha contra la Corrupción Marcelo Quiroga Santa Cruz, ni la Ley contra el Racismo y la Discriminación, son respetadas por las autoridades que están encargadas de cumplir y hacer cumplir esas normas.
La señora Antonia Ramos Posto tiene un pasaporte boliviano (ver el documento que adjuntamos) que a su sola presentación ante cualquier oficina diplomática boliviana en el exterior, le da plenos derechos a que sus intereses sean velados y defendidos por los funcionarios diplomáticos. Pero la señora Embajadora Salguero ni se inmuta.  Estamos acá ante un caso flagrante de incumplimiento de deberes.
La señora Ramos tiene permiso para permanecer en Alemania sólo unos meses más, luego su situación legal se complicará en un país extranjero al que viajó porque fue convencida de hacerlo por las mencionadas personas, cuando ella vivía y trabajaba tranquilamente en Bolivia. Al parecer el cálculo que está haciendo la familia Suxo Marter es que una vez que la señora Ramos tenga que retornar a Bolivia se voltee la tortilla, pasando la señora Antonia de ser demandante a ser acusada y enjuiciada.Por esta razón es que la señora Ramos ha decidido mantenerse en silencio, a la espera que su demanda legal sea respondida como legalmente corresponde.
Pedimos por favor a las instituciones de la prensa, de defensa de los derechos humanos, de las trabajadoras asalariadas del hogar, que se pronuncien sobre este caso.

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