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Comunidades afro bolivianas y médicos de los primeros niveles de atención reciben capacitación en salud mental y apoyo psicosocial

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Con una mirada perdida y en actitud de que intenta rememorar, una líder de la comunidad afrodescendiente de Bolivia explica que hace más de un año no sabía con quién hablar sobre cómo se sentía y recuerda que muchos miembros de la comunidad se sintieron igual. Accede a dar su testimonio pero pide que no se utilice su nombre.

Sin embargo, ahora ella sabe cómo abordar los problemas de salud mental, a quién y dónde acudir y cuán útil puede ser observar, escuchar y conectar en comunidad, en un momento de crisis. Estos tres verbos, convertidos en acción, pueden hacer la diferencia.

Ella es una de las 22 líderes que fue capacitada en Primera Ayuda Psicológica (PAP) dentro del Proyecto “Respondiendo a las necesidades de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante la COVID-19 en las comunidades indígenas y afrodescendientes de las Américas”, que desarrolló el Servicio Departamental de Salud (SEDES) de La Paz  con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y CBM Global, junto al Concejo Nacional Afro boliviano (CONAFRO), en coordinación con el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia. Este proyecto fue financiado por la Agencia de Salud Pública de Canadá.

Las comunidades afro bolivianas

La Dra. Luna fue una de las capacitadas junto a otros 60 profesionales de la salud entre médicos, licenciadas y auxiliares de enfermería de 25 centros de salud de los municipios de Sur Yungas y 14 de la provincia Nor Yungas, en La Paz, Bolivia.

La médico está destinada en Tocaña, una de las comunidades afrodescendiente más tradicionales, un poblado pintoresco incrustado en la profundidad de Yungas, donde se llega en al menos tres horas de camino pedregoso, serpenteante y angosto; cuna de la cultura afro boliviana, de no más de 100 familias, la mayoría cultivadores de hojas de coca.

Las comunidades afrodescendientes se hallan en las tierras cálidas de los Yungas, sobre los 1.782 metros sobre el nivel del mar.  Aunque una parte de los afrodescendientes han migrado a todo el país, la mayoría viven en las comunidades que se encuentran en los municipios de Yanacachi, Chulumani, Irupana, La Asunta, Coroico, Coripata, Caranavi e Inquisivi en el departamento de La Paz -uno de los más importantes del país-.

Todas las comunidades forman parte de la red de salud 8, el centro de intervención del proyecto “Respondiendo a las necesidades de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante la COVID-19 en las comunidades indígenas y afrodescendientes de las Américas”.

Capacitar a personal no especializado

Para lograr esos objetivos el proyecto ejecutó una serie de talleres de capacitación y procesos de sensibilización, así como desarrolló un plan de comunicación que involucró materiales para las radios locales, para las redes sociales de las comunidades y una aproximación lúdica, usando la técnica del dibujo, para captar sus percepciones sobre la salud mental.

Para generar capacidades en el personal de salud no especializado en salud mental se realizaron tres talleres usando las guías de “Primera Ayuda Psicológica (PAP): Guía para trabajadores de campo” y “la Guía de intervención mh GAP” para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias en el nivel de salud no especializada de la OPS/OMS.

Los resultados que se persiguieron fueron que los participantes obtengan la capacidad de brindar ayuda psicosocial y atender pacientes con trastornos mentales, neurológicos en el nivel de atención de salud no especializada, sobre todo en PAP y en casos de atención de depresión, psicosis, epilepsia, demencia, autolesión y suicidios, entre otros.

Este proceso incluyó también la pre- y post PAP y GI-mhGAP. En el contexto del proyecto se asignaron las primeras tareas de recolección de datos y seguimiento de la visita de pacientes con afecciones mentales, neurológicas y de consumo de sustancias en las comunidades indígenas y afro bolivianas.

El abordaje de los derechos humanos en las personas con trastornos mentales fue un eje central de la capacitación. Un tema crucial en las comunidades afro bolivianas históricamente discriminadas y estigmatizadas.

El proyecto en Bolivia tuvo tres objetivos centrales: Fortalecer las capacidades nacionales para coordinar, planificar y proporcionar servicios de SMAPS a las comunidades indígenas y afrodescendientes afectadas por la pandemia COVID-19; mejorar la capacidad de los sectores de salud para prestar servicios SMAPS de calidad a dichas comunidades afectadas por la pandemia; y empoderar a las comunidades para que utilicen los servicios de SMAPS y los servicios locales, adaptados para proporcionar SMAPS, de acuerdo con la cultura y las tradiciones de la comunidad.

​Observar, escuchar y conectar

También se trabajó con los líderes -hombres y mujeres- de las comunidades afrodescendientes en PAP. Con exposiciones, ejemplos, análisis y reflexión, cerca de 22 dirigentes asumieron los tres principios básicos de actuación de PAP: Observar, escuchar y conectar para ayudar en situaciones de crisis.

“Logramos entender que primero es importante cuidarse a sí mismo para ofrecer ayuda. También comprendimos que como líderes somos fundamentales en una emergencia para poder acercarnos a las personas afectadas, entender sus necesidades en un momento difícil y ayudarlos a recibir apoyo”, explica Nilo Vásquez, líder de la CONAFRO.

Participaron del proceso de desarrollo del proyecto el Dr. Lenildo De Moura, asesor internacional de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de OPS/OMS y las facilitadoras Pamela Castro, Ketty Estrada, Iracema Justiniano, Samadhi Salguedo y Sandra Mallo

/Unicef/

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