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Asambleístas indígenas, a veces con el voto de oro, a veces desplazados

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PIEB

Los representantes indígenas de la Asamblea Departamental de Santa Cruz tuvieron momentos de definición, en la época del conflicto por el TIPNIS, y momentos de estar desplazados. El politólogo Juan Pablo Marca explica que estos actores tienen el desafío de mantener y ampliar esa representación con miras al futuro.

Las elecciones nacionales están próximas en un momento de crisis política agravada por la llegada de la pandemia. En este contexto hay muchos elementos por evaluar, entre ellos la representación de los representantes indígenas en espacios estatales. Juan Pablo Marca ha indagado en la percepción de esos actores políticos sobre su papel en la Asamblea Departamental de Santa Cruz en un artículo publicado en la revista Sociológicas de la carrera de Sociología de la UAGRM.

En esta entrevista, Marca describe la participación y algunos desafíos de los representantes indígenas en este órgano legislativo. La Asamblea Legislativa Nacional tiene 7 asambleístas indígenas y la Asamblea Departamental de Santa Cruz cuenta con 5 representantes de territorios indígenas. Juan Pablo Marca ha investigado Discurso y hegemonía en el proceso autonómico cruceño (2001-2013), resultado de una de las convocatorias organizadas por el PIEB.

¿Cuál es la situación en la Asamblea Legislativa Departamental en cuanto a la representación indígena?

La participación de los pueblos indígenas se ha podido visibilizar desde 2010 cuando se implementa en la nueva CPE las autonomías departamentales. Los pueblos indígenas tienen 5 escaños a nivel departamental, están los pueblos ayoreo, guaraní, chiquitano, guarayo, yuracare- mojeño. En la asamblea departamental hay 28 asambleístas: 15 son por territorio, 8 por representación poblacional y 5 representan a los pueblos indígenas. Han tenido oportunidad de ser parte del ámbito legislativo para poder fiscalizar al ejecutivo, poder normar y legislar leyes en el ámbito departamental. Hay un momento de desafíos y un momento de oportunidades también.

En el artículo sistematizas las percepciones de los representantes de los pueblos indígenas de la Asamblea Departamental sobre la democracia representativa…

La investigación que se publicó en la revista Sociológicas, que inicialmente fue auspiciada por la FES, la hicimos entre varios investigadores, buscamos identificar la percepción de los líderes de la democracia comunitaria y cómo se inserta a la democracia representativa. Ellos plantean el concepto de democracia comunitaria como la forma en que se autodeterminan, cómo pueden ejercer la autonomía y participar en otros espacios.

Conciben la democracia siempre de manera dicotómica a la representativa. Plantean que la democracia comunitaria es más cercana o pura, pero que tiene la amenaza de los partidos políticos. También analizan que no es la panacea, hay cuestiones que son parte de la sociedad, de la humanidad, hay problemas de intereses; está más cerca de ellos, en los territorios, pero cuando están en la ciudad es más complejo, tienen que jugar en las ligas de la democracia liberal representativa donde son minoría.

Ese es el desafío: cómo relacionar a los actores de la democracia comunitaria en el ámbito de la asamblea legislativa con los actores de la democracia representativa de la ciudad, donde tienen que saber negociar. El aprendizaje que muestran es interesante. En un momento de 2010 a 2015, Bolivia está saliendo del proceso de polarización, en la elección de 4 de abril de 2010, (la agrupación) Verdes saca el 57% de los votos, eso le permite 10 escaños, el MAS 37%, lo que le da 9 asambleístas, Nuevo Poder Ciudadano otros más, el Frente Amplio del MNR también. Ellos (los asambleístas indígenas) son el voto de oro para definir esa polarización. Eso pasa con la disputa por el TIPNIS, en ese momento hay una fisura de los representantes indígenas con el gobierno y eso les permite acercarse a Verdes, aprovechan ese momento y muchos ocupan cargos importantes, llegan a ser presidentes de la Asamblea Departamental.

 No pasa igual desde 2015 hasta la actualidad, Demócratas tiene la mayoría, 17 representantes, el MAS tiene 6 representantes; el oficialismo departamental no precisa de los asambleístas indígenas, claro que en algunas leyes y medidas tienen que negociar, pero hay una gobernabilidad. Se puede ver que el rol o importancia de los asambleístas indígenas depende de la correlación de fuerzas.

¿Los cinco representantes han logrado unirse, hacer gestión, desarrollar propuestas como bancada indígena?

En la investigación que hice no analicé qué leyes pudieron promulgar, pero en las entrevistas manifiestan que pueden negociar y oponerse a leyes que sean en contra de ellos. Sin embargo, se puede observar que eso es relativo, en un momento pueden incidir más y en otro no, eso varía en función de la correlación de fuerzas.

En un momento eran el voto de oro, podían acceder a más espacios, pero en otro momento eran minoría, juegan la polarización, los intereses, ellos están sujetos a ese conflicto. En las entrevistas pude percibir que la bancada indígena no estaba completa, uno de los representantes estaba en el MAS. Ellos no podían actuar como bloque, están sujetos a ese conflicto, a esa polarización, a ese juego de intereses, confianzas, lealtades o disputas.

¿Se puede decir que fueron instrumentalizados?

Muy probablemente sí porque, en los dos periodos que analicé, eran una fuerza para definir la gobernabilidad, pero también pienso que han sabido aprovechar porque han podido comprender el ejercicio del Estado en el ámbito departamental, han aprendido cómo legislar, cómo generar proyectos para sus territorios, también es una especie de aprendizaje para que puedan formarse como líderes para otras instancias, otra disputa democrática. Han sido cooptados, pero, por otro lado, pueden aprender, pueden sacar lecciones de estar en esos espacios de democracia representativa en la Asamblea Departamental.

¿Qué perspectivas ves a la representación indígena con toda esta información?

Los desafíos que percibo es que en la Asamblea Departamental pueda darse una relación no de subsumir la democracia representativa a los actores, la democracia comunitaria, falta que puedan saber las reglas del juego de ese espacio, lo han aprendido ya, pero el tema es los nuevos actores y nuevos líderes que son escogidos para esa instancia.

Otro de los desafíos es que sepan mantener la autonomía política frente a las fuerzas que pueda haber en la Asamblea Legislativa Departamental; tienen que jugar a lo que es política, política es acuerdos, disensos, luchas de visiones e intereses, están aprendiendo, pero el desafío es que haya ese respeto.

Hay un debate en el país sobre el voto urbano y rural, creo que hay actores, fuerzas políticas, que están planteando que la representación indígena no es proporcional a la población que tienen en el ámbito rural, creo que eso es parte de defender sus derechos que han ganado y están en la Constitución, pero que según dicen son no proporcionales a sus poblaciones. Por ahí va el desafío para ellos.

Es importante que la participación de los pueblos indígenas pueda ser respetada y se pueda ampliar. A nivel país somos 36 nacionalidades, pero apenas tenemos 7 escaños, eso tendría que ser ampliado y en el ámbito municipal de Santa Cruz los pueblos indígenas están buscando tener un espacio en el concejo municipal, ellos quieren tener una circunscripción urbana, donde puedan elegir según sus formas.

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