El pasado 27 de marzo de 2025, se llevó a cabo en la ciudad de Potosí el taller multiactor “Diálogo Litio: estrategias regionales y desafíos para el debate actual”, organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en coordinación con el Comité Cívico Potosinista (COMCIPO) y la Facultad de Ingeniería de Minas de la Universidad Autónoma Tomás Frías. Con el apoyo de la coalición Finanzas Justas y Responsables Bolivia (OXFAM y ASDI), Fair Finance International, ASDI, PWYP y CCFD.
El evento congregó a más de 100 participantes de diversas organizaciones sociales, cívicas, académicas y profesionales, entre ellas representantes del sector turístico, activistas, asambleístas departamentales, docentes universitarios y ciudadanía en general. Esta amplia participación demuestra el creciente interés de la población potosina en torno al desarrollo del litio y su impacto en el país.
El objetivo del encuentro fue promover un espacio de información, reflexión y debate sobre el actual modelo o estrategia de explotación del litio en Bolivia, contrastando la experiencia nacional con los avances observados en Argentina y Chile, países vecinos del llamado «triángulo del litio».
La agenda del taller incluyó exposiciones especializadas por parte del equipo del CEDLA sobre la situación actual de la política minera en Bolivia, las estrategias de explotación de litio en Argentina y Chile, y una lectura de la “estrategia” boliviana y los desafíos que enfrenta el país en términos de industrialización. Asimismo, se contó con la participación del decano de la Facultad de Ingeniería de Minas, quien expuso sobre los métodos de extracción del litio, comparando el sistema de evaporación con la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL).
Durante el diálogo, se destacaron importantes datos que revelan los retrasos del país en el cumplimiento de sus metas de producción. Bolivia no tiene una estrategia para el litio y quedó rezagada de sus vecinos del triángulo del litio, en 2024, Bolivia produjo 2.400 TM de carbonato de litio, pero Argentina llegó a 70.000 TM, y Chile a 285.000 TM. Estos datos evidencian la diferencia abismal con países vecinos.
En ese marco, las críticas al modelo boliviano de explotación del litio se centran en su carácter estatista, ideologizado y carente de fundamentos técnicos. Tras más de una década de inversiones que superan los mil millones de dólares, el país no ha logrado resultados significativos ni en producción ni en ingresos. La estrategia, basada en el control absoluto del Estado y en el uso del método evaporítico, fracasó por no considerar las condiciones geológicas de los salares bolivianos, ni la viabilidad técnica del modelo. A esto se suma la ausencia de reservas certificadas y la improvisación en decisiones estratégicas.
El espacio buscó sentar las bases para un diálogo más amplio en torno a cuatro aspectos fundamentales: i) la necesidad de que el Estado formule una estrategia de explotación del litio realista, con objetivos claros y metas concretas; ii) la importancia de certificar reservas, promover investigación, adaptar tecnología y fomentar transparencia; iii) Poner en la balanza los costos y beneficios de la industrialización del litio. Y evaluar si vale la pena subordinar el desarrollo sostenible al carácter rentista que promueve la política pública; iv) finalmente, condicionar la participación privada a los objetivos de desarrollo nacional.
En ese marco, el debate reflejó una amplia preocupación sobre la viabilidad del modelo estatal de industrialización del litio, el fracaso del método evaporítico, las millonarias inversiones sin resultados y la falta de condiciones adecuadas para atraer inversión responsable. También se cuestionó la ausencia de una estrategia clara, la falta de calificación de reservas y la necesidad de establecer un marco legal que garantice beneficios para las regiones productoras.
El CEDLA informó que los aportes del evento serán sistematizados y considerados en sus investigaciones en curso.
Este espacio de diálogo ratifica la importancia de construir estrategias mineras sostenibles, transparentes y participativas, que respondan a los intereses nacionales y regionales en torno a un recurso estratégico como el litio.
