Hernán Cabrera – ¿Por qué mataron al capitán y al líder indígena?

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Dos asesinatos en una semana nos reflejan como un Estado violento, sin contar muchos otros que han sucedido, pero que no tuvieron la connotación de lo que significó el atroz crimen del líder indígena y defensor medioambiental Francisco Marupa, de 66 años, encontrado el pasado viernes 14 en el área protegida Madidi, cuyo cuerpo estaba desfigurado y despedazado, y la balacera que acabó la vida del capitán de Policía, José Carlos Aldunate, el miércoles 19, en su propio domicilio, cuando dos personas le cortaron el paso y desgarraron toda la carga de sus revólveres.

En ambos casos, ni la policía, ni la fiscalía, ni la prensa han contestado a la pregunta clave, pero que la misma, será invisibilizada o manipulada: ¿Por qué mataron al policía y al dirigente indígena?

Claro en el caso del líder indígena, que no tuvo una cobertura de prensa masiva, sino que gracias a las redes sociales y a las organizaciones ambientales tuvo el impacto internacional, las causas de su asesinato apuntan a la minería ilegal del oro en ese hermoso paraje natural, que se ha convertido en un cementario. Son aún apreciaciones de los ambientalistas y familiares, sin que el gobierno se anime apuntar a nadie y las investigaciones de los fiscales están a paso de tortuga.

En el caso del asesinato a plena luz del día del capitán Aldunate, cuyas imágenes las cadenas de Tv, las redes sociales, los grupos de whastApp se han encargado de difundirla a la máxima potencia, el Viceministro Aguilera junto a los jefes policiales se encargaron de construir su propia narrativa-telenovela, para distraer la atención de la gente y para concentrar el interés periodístico en detalles del crimen, lo que sin duda, está en su derecho hacerlo, porque al fin y al cabo, no es poca poca cosa lo que ocurrió, así como sospecha Jorge Santiestevan, experto en temas de seguridad, que “ todo eso es una gran tramoya para que no se esclarezcan las verdaderas razones del asesinato del capitán de Policía José Carlos Aldunate”.

Durante la formación de los periodistas, entre tantos conceptos, principios, experiencias que se les transmiten, hay uno que es básico y que los grandes periodistas siempre lo recomiendan: hay que desconfiar de las fuentes oficiales, y mucho más de las fuentes policiales, que siempre tendrán sus propios intereses detrás de un hecho noticioso, y nunca ser amigos de los jefes policiales, aspecto que han olvidado la mayoría de los periodistas de las redes de Tv, periódicos, y que hoy se han convertido en voceros para difundir y amplificar los informes policiales, que incluso en las conferencias de prensa que ofreció el Viceministro Aguilera, ni un periodista hizo preguntas e indagó sobre los temas centrales de este misterioso y publicitado asesinato, como: ¿Quiénes están detrás, quiénes son los autores intelectuales,  por orden de quénes actuaron los sicarios? Y principalmente, la pregunta clave y del millón: ¿Por que asesinaron al capitán Aldunate?.

Mario Szeta, periodista experto en temas policiales, que emite su programa “Cortá por Lozano” en Telefe, Argentina, nos da una pauta de lo que implica la cobertura de un hecho policial:  «Elegí hacer policiales desde que arranqué porque, me parece, es el reflejo más puro de la crónica periodística, donde se refleja la esencia de la noticia con muchas fuentes juntas, la policía, los vecinos, los testigos, la escena del crimen. No me imagino eso mismo en un espectáculo».

El día del asesinato, los posteriores días las redes sociales y las cadenas de Tv se han encargado de hacernos ver la balacera hasta en la sopa, con videos que empezaron a ser difundidos y con detalles interesantes: la cantidad de balas en el cuerpo, en el vehículo que era robado, la avioneta que usaron los sicarios, la rápida acusación del viceministro a dos hermanos, la bala en un baño, el Suzuki con placa clonada encontrado en un inmueble, etc., pero que hay algo que deben entender los periodistas o los que hacen periodismo, es ir más allá de los detalles, de las narrativas oficiales, de las conferencias de prensa e indagar a profundidad, para coadyuvar a responder a una pregunta que miles de personas se vienen haciendo y que son presas de las especulaciones: ¿Por qué mataron al capitán de la Policía?, la misma que no será respondida ni por el gobierno ni por la policía ni por la fiscalía. Mientras las dudas y las opiniones de la gente está a la ordel día con toda clase de interpretaciones.

He ahí el rol de un periodismo de investigación, responsable y valiente. Lo cual requiere lanzarse a una aventura difícil y manejar los informes policiales, como referencias.  Emilio Petcoff (1926-1994), periodista argentino, que se dedicó en su vida a las crónicas policiales, vivía en estado periodístico –recuerda su hija, Graciela Petcoff–: conseguía los materiales yendo a los bares y no a las comisarías. Yo lo encontraba a la madrugada en el bar de Piedras e Ituzaingó. La prostituta que hacía su trabajo e iba a tomar algo, el levantador de quiniela, el apostador de carreras, ésa era la gente con la que él hablaba”.

Josep Pulitzer, periodista y escritor de enorme trascendencia, que hoy en Estados Unidos se pelean por ganar el premio que lleva su nombre y que es bastante apetecido, nos da este mensaje: “Las noticias son muy interesantes,pero otras personas que, sin lugar a dudas, se encargarán de ello mucho mejor que yo. Denme un redactor que esté bien informado, que posea los fundamentos de la precisión, el amor a la verdad y un instinto para el servicio público, y no habrá ningún problema a la hora de que reúna las noticias”.

¿Por qué mataron al líder indígena y al capitán de Policía?, estimados periodistas no esperen que las respuestas lleguen de las fuentes oficiales, es el aporte para estos tiempos violentos y confusos, que el periodismo puede aportar y fortalecer así su rol en democracia.

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