Le crispan los medios. Ve micrófonos y siente que está ante ametralladoras y en el paredón de un polígono electrónico. Para autoafirmarse se autoengaña y cree que los periodistas son masistas, cuando en realidad son solo periodistas porque los masistas dejaron de ser periodistas para convertirse en relacionistas públicos, marketeros o publicistas.
Creció acunado en papel periódico y balbuceó sus primeras palabras políticas por las ondas de radio y televisión, ahora los diarios le causan escozor y los informativos le generan alergia mental. Desprecia a sus “creadores”.
Don Evo no perdona ni pide perdón. Se ha convertido en un peleador callejero. No acepta una sola opinión mediática que rasguñe su imagen, menos su representación simbólica ante la historia. Un día llamó “mentiroso” a La Razón, pero después la mentira que dijo que se imprimió salió reproducida y amplificada y a todo color en el diario de la realidad. Y no pidió disculpas a los injuriados como debía ser, más tratándose de una persona que un día soñó ser periodista.
El Presidente confunde opinión con información porque algunos medios confundieron primero e informaron a partir de sus deseos de guerra civil, de medias lunas, de demócratas que crecieron en las rodillas de un ex dictador. No, su Excelencia, la opinión, como dijo Sócrates, va entre la ignorancia y el conocimiento porque se opina de algo que se cree que se conoce, pero que en realidad se ignora mucho. Por ello no opinamos casi nada sobre matemáticas, menos sobre la Ley de la Gravedad, preferimos encerrarnos en la verosimilitud de las otras leyes para deliberar. En este mismo momento, estoy entre la ignorancia y el conocimiento al igual que usted cuando habla de los medios y de otros temas de la agenda pública.
Sin embargo, la opinión pesa por las razones que expone y usted tiene mucha razón en varias de sus apreciaciones, pues, hay medios, periodistas y propietarios que producen cada día la información desde el lado más oscuro del conocimiento y la cara menos clara de la ignorancia. La sociedad ya expresó lo que usted expresa cada vez que despierta algo mediatizado.
Si bien la palabra privatizada y capitalizada va en esa onda, los medios del Estado, administrados por ahora por operadores masistas, reproducen y amplifican lo que condena el Presidente, nomás que desde la otra perspectiva. Si hay alguna duda, basta observar el último informe del Observatorio de Medios de la Fundación Unir y ahí están los detalles sobre las dos caras de la propaganda: Unitel y TVB. Ambos muestran a un Evo a medias, cuando en realidad queremos ver “al Evo entero”, con sus aciertos y errores.
Entonces, ¿cuál la diferencia entre estos medios, si los dos proceden del mismo modo? Producen las noticias con instrumentos de la opinión. El uno tergiversa la realidad con bienes que pertenecen a los ciudadanos: la información y la frecuencia. Es decir, utiliza bienes ajenos para infointoxicar a sus verdaderos propietarios. ¡Vaya deslealtad! El otro comete una falta mayor porque, además de utilizar los bienes ajenos, lo hace con el dinero de cada uno de nosotros. Es decir, utiliza nuestra plata para dispararnos propaganda, en lugar de ayudarnos a salir de la caverna de Platón para ver la realidad que vivimos cada día.
Evo a medias
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