Aún los carcome la indignación por el caso del abogado Jhasmani Torrico, lo sé jovencitos, lo sé. Cada vez que estalla algún escándalo que involucra jueces, fiscales o cualquier otro personaje de ese mundo criminal de los abogados bolivianos vienen a mí recuerdos de juventud, cuando era estudiante de derecho. Hace muchos años tenía un compañero de la materia de “Introducción al Derecho”, durante un almuerzo, ligeramente ebrio, se acercó y me dijo: “Cualquier problema que tengas hermanito, avísame, soy cartel central, ya no ando mucho con ellos, pero son mis hermanos, si tienes algún problema avísame”. Pensé que era