La Nación.– Es una coincidencia aterradora. El terremoto de 7,1 que ayer, pasado el mediodía, golpeó México ocurrió exactamente a 32 años del movimiento telúrico más desastroso que sufrió el país, también un 19 de septiembre, pero en este caso de 1985 y de mayor potencia: fue de 8,1 en la escala de Richter. Ayer, los mexicanos habían comenzado el día como suelen hacerlo en esta fecha, con un recordatorio de la tragedia pasada que consiste en un simulacro de evacuación. No pensaron que unas horas después, la alarma iba a volver a sonar y el ensayo iba a convertirse