Ella no quiere revelar su nombre. Teme ser encarcelada como sus dirigentes. Sin embargo, se anima a decir que “ahí adentro todo es eléctrico”. ¿Dónde? Dirige su mirada hacia una esquina de la Plaza Eduardo Avaroa de Achacachi, donde está el baño que costó 479 mil bolivianos y que fue una de las causas del conflicto que estalló en febrero de 2017 en esa población. La pequeña infraestructura tiene seis letrinas (tres para varones, tres para mujeres) y sus correspondientes lavamanos, por ahora sin grifos. Ni el material ni el tamaño justifican casi medio millón de bolivianos. Del costo se