Andrés Gómez Vela
― Advierto por última vez que las Fuerzas Armadas de la Nación no permitirán un ataque más a cualquiera de sus miembros o a la propia institución tutelar de la patria, y los que reiteren en sus insultos se atendrán a sus graves consecuencias. No se puede tolerar más esos ataques, esos insultos a las Fuerzas Armadas, como es el caso de Marcelo Quiroga Santa Cruz, que sin saber nada se ocupa de la vida económica y organizativa de la institución armada. A ese señor, las Fuerzas Armadas sabrán ponerle en su lugar, y yo como hombre ― declaró amenazante García Meza, en Cochabamba, el 22 de junio de 1980.
Marcelo no se intimidó y respondió al día siguiente.
Marcelo se había convertido en una amenaza real para los grupos dominantes y la cúpula militar, que usaba a las Fuerzas Armadas como un instrumento político al servicio de aquellos, cuando logró 113.959 votos (8.7%) en las elecciones del domingo 29 de junio de 1980 y quedó por detrás de la UDP de Hernán Siles Suazo (38.74), Víctor Paz Estenssoro (20.15%) y Hugo Bánzer (16.83%).El líder socialista era la sorpresa electoral y su figura comenzó a atemorizar a sus detractores porque su apoyo en las urnas se multiplicó por 14 en tres años. En las elecciones de 1978 obtuvo 8 mil votos; en los comicios de 1979 logró 72 mil y 5 diputados; y en 1980 alcanzó casi 114 mil, 10 diputados y un senador.
Esa tendencia electoral proyectaba a Marcelo Quiroga como un serio aspirante a ganar las elecciones nacionales de 1984 si García Meza no asaltaba Palacio y Hernán Siles juraba como Presidente el 6 de agosto de 1980.
Como pruebas, presentó a la Comisión Mixta del Congreso 270 folios, cuatro libros, una cinta magnetofónica y veintiséis Decretos Reservados. Su objetivo era inhabilitar de por vida a Banzer y sus colaboradores para el ejercicio de funciones públicas y sancionar históricamente los siete años de dictadura.Marcelo terminó su alegato con una premonición: “Sabemos que más pronto que tarde se cobrarán esto que estamos haciendo. Estamos dispuestos a pagar este precio. Siempre estuvimos dispuestos. Jamás vamos a rehuir el peligro, porque mucho más temible que ese enemigo que está buscando la manera de anularnos, aun físicamente, es una conciencia culpable. Y no podríamos soportamos a nosotros mismos si no cumpliéramos nuestro deber”.
El desaparecido matutino Presencia reveló en 1997 que el asesinato fue cometido por Felipe Froilán Molina, “el Killer” (asesino, en inglés), sentenciado el 12 de diciembre de 2007, junto a Franz Pizarro Solano y José Luis Ormachea España, a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por los delitos de alzamiento armado, terrorismo y encubrimiento y asesinato en grado de complicidad de Marcelo y Carlos Flores.El mismo día del crimen, un testigo vio que Molina fue una de las personas que trasladó a Marcelo agonizante al Estado Mayor del Ejército. Pero no precisó, luego, si fue él mismo quien transportó la tarde de ese fatídico día los cuerpos de Quiroga y Flores hasta Mallasilla.