El diferimiento de créditos no debe interpretarse como una amenaza, sino como una medida temporal de alivio frente a una coyuntura compleja, pues el sistema financiero boliviano cuenta con la solvencia suficiente para asumir este esfuerzo sin comprometer su estabilidad ni restringir el acceso futuro al crédito. La banca, que en 2024 registró utilidades históricas de $us 389 millones —un crecimiento del 28,6% respecto a 2023—, está en condiciones de demostrar su compromiso con el país no solo a través de balances y rentabilidad, sino también respaldando a quienes más lo necesitan en momentos críticos. En este contexto, la preocupación expresada por la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) parece desmedida, considerando que en todo este periodo las entidades financieras obtuvieron importantes beneficios no solo por la colocación de créditos, sino también por el diferencial cambiario, lo que impulsó significativamente sus utilidades a través de las actividades de intermediación financiera.
La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) expresó su “profunda preocupación” por el Proyecto de Ley N° 547/2024-2025, que plantea un nuevo diferimiento de pagos para créditos de vivienda de interés social y préstamos otorgados a micro y medianas empresas. Según la entidad, esta propuesta podría comprometer la estabilidad del sistema financiero y limitar el acceso al crédito en el futuro.
Sin embargo, los datos oficiales y el contexto actual del sistema financiero boliviano muestran una realidad distinta: la banca ha alcanzado un nivel de solvencia, utilidades y patrimonio que le permite enfrentar sin sobresaltos una medida de alivio temporal, focalizada y responsable, sin poner en riesgo su estabilidad ni restringir sus operaciones.
¿Qué es el diferimiento de créditos?
El diferimiento consiste en una pausa temporal en el pago de capital e intereses de los préstamos, permitiendo a los prestatarios reprogramar sus obligaciones sin que esto implique la condonación de la deuda ni una afectación definitiva a los contratos financieros. En este caso, se plantea un diferimiento de seis meses para familias con créditos de vivienda de interés social y para micro y medianas empresas golpeadas por los bloqueos de caminos y la crisis climática.
No se trata, por tanto, de una medida generalizada y sin control, sino de una herramienta puntual, con alcance limitado (menos del 3% de la cartera total), cuyo objetivo es dar un respiro a sectores vulnerables de la población en circunstancias económicas adversas.
Solidez del sistema financiero
Los argumentos de Asoban contrastan con las cifras reveladas por el propio sistema financiero. En 2024, la banca boliviana obtuvo utilidades históricas de $us 389 millones, la cifra más alta de las últimas dos décadas, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
La propia Asoban, en su Memoria Anual 2024, reconoció que las utilidades alcanzaron los $us 379 millones, lo que representa un crecimiento del 28,6% respecto a 2023. Este resultado supera con amplitud los registros de los últimos cinco años:
- 2023: $us 295 millones
- 2022: $us 260 millones
- 2021: $us 264 millones
- 2020: $us 119 millones
- 2019: $us 304 millones
Además, el patrimonio de la banca ascendió a $us 3.163 millones, con un crecimiento interanual del 9,7% ($us 281 millones adicionales). Estos datos confirman que el sistema financiero no solo es rentable, sino que cuenta con fortaleza patrimonial, capacidad de generación de ingresos y margen de maniobra para asumir medidas de alivio temporal.
Un proyecto de ley que protege a los más vulnerables
El Proyecto de Ley 547/2024-2025 no plantea una condonación de deudas ni una intromisión en la relación contractual entre bancos y prestatarios. Se limita a suspender temporalmente los procesos judiciales y embargos para dos grupos específicos:
- Familias con créditos de vivienda de interés social, que corren riesgo de perder sus inmuebles.
- Micro y medianas empresas que enfrentan dificultades a raíz de bloqueos de caminos y fenómenos climáticos.
Este beneficio, acotado en el tiempo y en su alcance, busca preservar el derecho constitucional a la vivienda y dar oxígeno a sectores productivos que aportan empleo y dinamizan la economía nacional.
¿Por qué rechaza la banca?
El Ministro de Economía, Marcelo Montenegro, planteó una pregunta clave en la Cámara de Diputados: si la banca logró utilidades históricas en 2024, ¿por qué rechazar un proyecto que beneficia a sectores productivos y familias de bajos ingresos?
La solidez y rentabilidad del sistema financiero son argumentos contundentes a favor de un diferimiento que no compromete la estabilidad del sector. Muy por el contrario, contribuye a mantener la confianza social en la banca y a reforzar su rol como aliado del desarrollo nacional.
Martin Moreira forma parte de la Red de Economía Política Boliviana