El análisis del discurso y el amarillismo, una frontera a la realidad

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Por: Max Baldivieso

“Los discursos ejercen poder en tanto que determinan no sólo los desarrollos de otros discursos y sus contornos, sino que ofrecen –especialmente a través de los medios de comunicación de masas para ser convertidas en acciones y en configuraciones de la realidad”,  Siegfried Jäger.

En las coyunturas variadas de nuestro país, la percepción de las personas está regida por el bombardeo indiscriminado del “quinto poder”, que lentamente “genera” opinión pública a partir del emisor del mensaje, pues este tiene la intención de implantar en la cabeza del receptor una idea determinada. Esto ocurre todos los días, a cada minuto somos presa de los medios de comunicación y esa es su ganancia en la sociedad.

Empecemos con “La marcha por la patria”. Es simbólico movilizarse por días mejores y hacer visible un respaldo consistente con una sola idea, la de tener condiciones para seguir trabajando bajo una línea política elegida por la mayoría. La marcha blandió el eslogan “Somos más de un millón”, que es real. Aunque, más allá de cuantificar a los participantes, se debe tomar en cuenta la carga simbólica y representativa de esta frase, que refleja que el Presidente del Estado obtuvo el 55 por ciento de votación a su favor.

No obstante, es surrealista que los medios de comunicación hicieran conteos de “personas por metro cuadrado”. Asimismo, es algo necio que gente dedicada a mostrar la verdad de los hechos no comprenda el simbolismo y piense que al hacer “notas periodísticas o de opinión” reduce un movimiento social evidente. Estas miradas rayan en lo precario.

Cambiamos de coyuntura. En Santa Cruz, el departamento de la unidad, se descubrió el arreglo entre Gobernación y Alcaldía para la creación de 800 ítems fantasma, que beneficiaron a autoridades y funcionarios en esas entidades. Con la venia del Gobierno departamental se siguió la táctica del amedrentamiento a una denunciante.

La gravedad del hecho es muy preocupante, debido a que evidencia la corrupción en esas instituciones. Al respecto, llaman la atención algunos enfoques de prensa, como este: “Internada en una clínica, Valeria denuncia amenazas y presión de exfuncionarios de la Alcaldía para retirar demanda por 800 ítems fantasma”.

La nota no dice nada acerca de que la señora fue víctima de violencia, que la gente de la Gobernación la amenazó con retirarla; que sus hijos corren peligro; que la exalcaldesa cruceña, Angélica Sosa, llamó al actual gobernador, Luis Fernando Camacho, para que la destituya; que hay matones que rondan su casa… La pregunta es, ¿dónde queda la víctima, mientras la violencia que se ejerce sobre ella sigue en pie?

Pasando a otro contexto, los indígenas que protagonizaron “La marcha por territorio y la dignidad” se fueron de Santa Cruz. Esta manifestación estuvo liderada por Marcial Fabricano y fue auspiciada por latifundistas, que junto a algunos dirigentes indígenas buscaban obtener más tierras en las áreas de los incendios forestales del 2019, cuando salieron los “defensores de la Madre Tierra”, y durante el 2020, cuando no salió nadie porque las ONG que pagaron las movilizaciones del 2019 ya tenían el poder y, por tanto, el acceso a esas tierras.

De regreso al tema, esos marchistas retornaron a sus comunidades sin ningún acuerdo, porque el Gobierno central no iba a negociar con personas manipuladas por latifundistas que desean las tierras indígenas para alquilar. Esta es una verdad a gritos, pero el titular del periódico representante de los blanqueados de La Paz reza: “Sin acuerdo con Gobierno, indígenas se van de Santa Cruz tras más de 50 días”.

La nota no explica que estos habitantes del Oriente fueron utilizados por logias, a las que ya no les sirve de nada la marcha, por eso la desecharon. No revela el por qué las ONG dejaron de auspiciar a estos indígenas cuando la temperatura política viró en otra dirección. Tampoco explica por qué líderes de la oposición ya no los defendieron. Lo cierto es que seguirá el alquiler de tierras, si no es de los indígenas, será de los interculturales.

La noticia falsa y el amarillismo nos invaden y crean cortinas de humo. Ocultan la verdad o la dan a medias. Esto es lo que motiva al ciudadano a buscar mejor la información y completarla como un rompecabezas, para que “no se la cuenten” o, como se dice en el Oriente del país, “¡que no te la charlen!”

Max Baldivieso es periodista

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