Daniel Mercado, SJ
Para un católico la visita de Francisco a Bolivia resulta una noticia agradable, tanto por ser cabeza visible de su Iglesia como por el potente carisma con que está revitalizando muchas dimensiones del ser cristiano. Mas la visita no deja indiferente a nadie, tampoco a los críticos, quienes tímidamente han ido poniendo en cuestión la manera en que el país estaría preparándose para este acontecimiento, manera que ellos juzgan desproporcionada. Críticas que es conveniente escuchar.