Apenas la gente de Miguillas se enteró en 2013 que el gobierno central iba a instalar una procesadora de mango en ese lugar, recaudó fondos y compró terreno para la obra. Tres años después, el jueves 24 de marzo de 2016, el presidente Evo Morales, acompañado del Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Cesar Cocarico, entregó la planta. Ese día hubo alegría, luego, decepción porque la planta sólo funcionó unos días, recuerdan vecinos miguilleños.
Miguillas, municipio de Cajuata, provincia Inquisivi de La Paz, está ubicada en un paradisíaco cañadón que va desde el río La Paz, pasando por el río que serpentea el pueblo, hasta las faldas de la quebrada donde están Villa Khora, Villa Barrientos y Cañamina.
En todo ese trayecto, hay árboles de mango de todo tamaño. “Hay tanto mango aquí que la planta procesadora no abasteció ni al 10 por ciento”, contaron Iván Saca y Tito Arcani, vecinos del lugar.
Según la revista Oxígeno, el director del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal), Erlan Oropeza, declaró en los días de la inauguración que la planta iba a aprovechar hasta un 30% de la producción de mangas, maracuyá y otras frutas del lugar y comercializar unas 20 toneladas de productos elaborados por mes.
Tito Arcani, vecino de Miguillas, aseguró que la procesadora hizo en “pequeña cantidad” jugo de mango y mermelada en su periodo de prueba y nada más. “Nos sentimos engañados”, afirmó.
Lea también: Se invirtió Bs 2 millones para industrializar frutas en Miguillas, https://goo.gl/8FeG1b
En el ingreso a la planta que no funciona hay un cartel metálico de color azul en el que se dan detalles de la obra. En la parte superior derecha del mismo está la foto de Evo Morales con los símbolos patrios.
Por el polvo en las puertas y por cómo se ven los equipos desde los cristales de las ventanas, se deduce que la procesadora está parada hace tiempo.
“Un ingeniero viene una vez a la semana, por eso le pagan”, comentó Iván Saca.
Según la revista Oxígeno, el exgobernador de La Paz César Cocarico aprobó el proyecto en 2014. Para ello, la gobernación aportó Bs1.076.000; el Ministerio de Desarrollo Rural y Fonadal, Bs.697.154; el municipio de Irupana, Bs132.261; y el municipio de Cajuata, Bs156.261. La suma total llegó a Bs2.061.676.
“Esa planta no tiene capacidad ni de acopiar ni de procesar la cantidad de mango que produce en este lugar”, dijo Arcani e identificó a los responsables del «elefante blanco»: Gobierno central, Fonadal, gobierno departamental de La Paz y el gobierno municipal de Cajuata.
Inspección ocular constató fallas en la procesadora
La planta fue entregada el 24 de marzo de 2016 por el Presidente Evo Morales. “Sólo funcionó unos días”, lo recuerda muy bien Iván Saca. Dos meses después, el 18 mayo de 2016, llegó a Miguillas una comisión de la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz a realizar una inspección ocular de la procesadora parada.
En la inspección, los asambleístas constataron lo siguiente:
- El avance físico del proyecto era del 95%.
- El material de los tanques de agua, enjuague, caldero, despulpadora posiblemente no son de acero inoxidable, toda vez que presentan oxidación, lo cual podría generar contaminación.
- Las máquinas fueron instaladas de manera improvisada (…) por lo que en muchos casos el trabajo del ciclo de procesamiento debe ser realizado de forma manual; la planta no es mecanizada como lo especifica el diseño del proyecto.
- Fonadal se “habría comprometido” en octubre de 2015 a abrir una ventana en la pared para dividir el punto de recepción de la materia prima y sala de máquinas para que el trabajo sea tecnológico y mecanizado, (pero) “hasta la presente inspección ocular no presenta avance alguno”.
- La máquina pasteurizadora tiene un motor eléctrico montado en las uniones con cuñas de goma, «lo cual sería inadecuado en el marco de seguridad industrial».
- Algunas de las ventanas presenta rajaduras.
- El techo tiene deficiencias.
- Las cámaras conservadoras del producto son muy pequeñas y solo alcanzaría para beneficiar a uno o tres productores.
- La instalación eléctrica es deficiente, parece improvisada.
- La planta no cuenta con un espacio funcional para la recepción o acopio de fruta.
- La temperatura de la planta no es la adecuada (…) por lo que podría dañar la producción y el rendimiento de los trabajadores.
¿Qué tipo de empresa era o es?
En agosto de 2017, Fonadal fue reemplazado por Fonadin (Fondo de Desarrollo Integral) y la planta procesadora seguió sin funcionar.
Gabriel Valdivia, también vecino de Miguillas, se siente frustrado porque no divisa futuro para los jóvenes de esa población.
“Cada vez que reclamamos, (los del MAS) nos dicen que somos de la derecha”, señaló otro miguilleño, en un improvisado discurso.
Hasta la fecha, los pobladores no saben por qué no funciona esa planta ni siquiera en época de mango (octubre, noviembre y diciembre). Tampoco saben el tipo de empresa que pretendían implantar desde Fonadal. Los asambleístas paceños que fueron a ver la procesadora detectaron esta falla en la visión del proyecto.
La planta procesadora “no cuenta con un modelo de gestión claro que permita identificar los roles y funciones de los socios y partes del proyecto, su modelo de gobernabilidad y naturaleza empresarial que permita definir el curso de las inversiones, reinversiones y la correspondiente distribución de utilidades”, señala el informe de 2016.
“Tampoco cuenta con un plan de negocios claro que defina la estructura de producción, el plan de costos, el plan de marketing, estrategia de sostenibilidad financiera, mecanismos de comercialización y demás componentes relacionados a un modelo empresarial sostenible”, agrega el documento.
Vea aquí el informe completo de una comisión de la Asamblea Departamental de La Paz, https://goo.gl/yDjxyV
Valdivia expresa que hay una burla general de parte del gobierno porque “tampoco avanza la planta hidroeléctrica prometida en Miguillas desde que desapareció la empresa española Corsán Corviam”.
“Nos sentimos engañados”, insiste Tito Arcani al exhalar un aire de pena por la postración de Miguillas.
“Nos dijeron (desde Fonadal) que comenzaría a funcionar cuando se inicie la época de mangos, es decir a fines de año y luego en el 2017 porque había que hacer nuevas inversiones “, señaló Edwin Herrera, asambleísta de Soberanía y Libertad (Sol.bo), que viajó a la inspección a Miguillas en mayo de 2016.
“Sólo operó unos días; ni en época de mango funcionó, hay tanta fruta aquí que se echa a perder”, dijo Iván Saca, en la visita al «elefante azul», ubicado a orillas del río Miguillas de aguas casi transparentes.