La jueza que sentenció a Jhery confesó entre copas: “Yo sabía que era inocente”

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Petrona Patricia Pacajes Achu (foto centro) ya había admitido públicamente, el 6 de abril de 2018, que condenó sin pruebas científicas a 20 años de cárcel al médico Jhery Fernández por una violación que nunca sufrió el bebé Alexander. No se sabe si antes o después de esa fecha, confesó a unas amigas y un amigo entre copa y copa de licor algo que puede cambiar el desenlace de este caso: “Cuando empieza el juicio, yo sabía que era inocente”.

Esas nueve palabras sonaron en los labios de la jueza y presidente del Tribunal Décimo de Sentencia de La Paz sin un ápice de arrepentimiento, sino como si se tratara de un thriller de terror irreal. En un audio difundido hoy por la Red ATB, Petrona Patricia cuenta en detalle su papel en el caso que sacudió la sensibilidad boliviana a fines de 2014 (escuche el audio).
Según los datos que brinda Petrona Patricia Pacajes Achu, casi todos los que intervinieron en los tribunales, en este escalofriante caso, sabían que el médico Jhery Fernández era inocente, incluso fiscales que lo imputaron y acusaron sobre la base de un error de una médica forense inexperta.
El anterior juez también sabía que Jhery era inocente
Pacajes Achu reveló, con un tufo alarde, que el primer juez que conoció el caso también sabía que Jhery era inocente y que por “sonso y cobarde” le dejó la posta a ella.
“Con el (juez) que cambie (de cargo) me dijo: es inocente el médico, yo no puedo sentenciar, Paty; tengo miedo, no puedo, cambiaremos de cargo”, señala Petrona Patricia, en dos momentos diferentes del audio. En uno de ellos se jacta de ser “valiente” y de saber “donde pisa”.
Antes de conocer el caso, Pacajes era juez Técnica del Tribunal Primero de Sentencia Penal de la ciudad de El Alto; aprovechó la decisión del anterior juez para convertirse en presidente del Tribunal Décimo de Sentencia, integrado además por Roberto Mérida y Gladis Guerrero.
Probablemente desinhibida por el alcohol, cada palabra suya sonó como un sensor de la verdad, particularmente, cuando reveló que la médica forense Ángela Mora, inexperta, fue la que cometió el error inicial al decir, la mañana del 14 de noviembre de 2014, que el bebé Alexander había sido violado.
Desde ese momento, los fiscales comenzaron a buscar al violador como ebrios en una noche cerrada por una tormenta y sin una brújula más que un silogismo irracional sobre premisas falaces: El bebé fue violado, Jhery era “el único varón” entre las enfermeras; entonces, ha tenido que ser él.
Y lo aprehendieron, y lo presentaron ante las cámaras y flashes de la televisión y de fotografía, y lo imputaron, y lo acusaron, y lo encarcelaron, y lo sentenciaron y lo volvieron a ofrecer a la voracidad de los medios de comunicación y lo encarcelaron nuevamente.
En tres años y 10 meses, la verdad comenzó a asomar. La ciencia dijo lo suyo: ninguna prueba de ADN apunta contra Jhery. 40 testigos dijeron lo suyo: Jhery estaba en otro lado cuando murió el bebé Alexander, en el Hogar Vírgen de Fátima de la Gobernación de La Paz.
Los fiscales también dijeron lo suyo: Jhery es culpable, pero no presentaron ninguna prueba más que una negligencia de una médica forense y las presiones políticas, según se desprende de las confesiones de Petrona Patricia Pacajes a un grupo de amigos.
La jueza ratificó, sin presión de ninguna naturaleza, sino por propia voluntad, lo que todos conocían, pero ningún fiscal se animó a hacer justicia: Cuando empezó el juicio, sabían que Jhery Fernández (foto) era inocente. 
Escuche a continuación la declaración de la jueza Patricia Pacajes.

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