Como Agustín, cientos de hombres y mujeres combinan a diario el oficio que les permite garantizar el sustento diario con su pasión por la radio o la televisión. Pasa que los recursos generados por muchos de los medios locales de comunicación alcanzan para cubrir el costo de la energía eléctrica y algún otro gasto de funcionamiento.
Al quedar huérfano de padre y madre, cuando tenía apenas cinco años, Agustín quedó a cargo de su abuela y luego de un tío. La escuela pierde de lejos cuando la prioridad es monetizar la mano de obra. A duras penas pudo vencer el quinto curso de Primaria. Lo único que extraña es su cámara que aún no recupera de manos de la Policía

