Carta a Esteban

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Bolivia, noviembre de 2015
Estimado, Esteban 
¿Imaynalla? ¿walejllachu? 
Había pensado escribirte esta carta en quechua, lengua madre de ambos, pero decidí redactarla en español para que la entiendan todos. 
Recuerdo que escuché de vos durante la Constituyente, que acompañé con entusiasmo porque creí que traía el cambio de valores y no sólo de políticos. 
Me alegré cuando fuiste elegido gobernador de Chuquisaca el 2010 porque te convertías en una rotunda respuesta democrática a aquellos que casi convierten la capital de Bolivia en capital del racismo por aquel indignante 24 de mayo, cuando humillaron a nuestros llajtamasis. 
Esa vez se creía románticamente que los indígenas eran la reserva moral. Esa fachada se cayó en Chuquisaca cuando el mundo se enteró en diferido, en enero de 2013, cómo convirtieron la Navidad en Carnestolendas. El planeta vio por televisión e internet la indignante violación del asambleísta de tu partido, Domingo Alcibia, a una mujer ebria en plena Asamblea Departamental. Ante ese hecho, quisiste mostrar dignidad y aún te creí.
Cuando te vi en un video, difundido el 22 de diciembre de 2014, tomándote unas cervezas en el despacho de la Gobernación con los humoristas peruanos Cholo Juanito y Richard Douglas, lo asumí como una concupiscencia de tu juventud. Pero me preocupó porque comenzabas a sufrir la enfermedad del poder que describe muy bien el emperador de Etiopia, Haile Selassie, a través de las prosaicas conductas de gente que de la nada llegó a la nada del poder. No me sorprendió que te haya defendido el jefe de tu partido porque un año después te impuso como su candidato a la Rere pese a que las bases no te querían. 
Pero este año terminaste de decepcionar, cuando aceptaste ser gobernador sin haber ganado tal y como establecen las reglas de la democracia. Hoy deduzco que tú sabías del fraude, porque si no lo hubieras sabido, hubieras dicho públicamente que no aceptabas la anulación de más de 9 mil votos del FRI para hacerte ganar. Hubieras exigido segunda vuelta para ser un gobernador legítimo.  
Pero ni te ruborizaste por ese tu proceder mirista. Te negaste a ir a una segunda vuelta frente a Damián Condori, que junto a otros campesinos se jugó por vos en 2010.
Me dio pena ver cómo perdiste tus valores y cómo te pareces cada día más a los que combatiste: los neoliberales. Si a tus 34 años eres cómplice de un fraude vergonzoso, ¿qué serás cuando tengas la edad de Evo Morales? 
¿Nichu penqjaqunqui? (¿No te avergüenzas?) ¿Imanispalla rijcharinqui sapa punchay? (¿Qué nomás dices al despertar cada mañana?) ¿Nichu nanasunqui truchu nisqja? (¿No te duele que te digan trucho?). Qjankaspa ripuyman kausay puriyta, nej auelayqja. (Mi abuela decía siendo vos me iría por un camino sin fin).
Esteban, tus amigos vocales armaron tan bien el fraude que incluso en Wikipedia figuras como si fueras gobernador legítimo. Los electores del FRI no votaron por vos; los vocales destituidos robaron esos votos para dártelos. 
Esteban, se nota tu miedo a la democracia desde Ichupampa (Tarabuco, Yamparaez, Chuquisaca) hasta el territorio del Estado Islámico. Te asustan las urnas, por eso no quieres segunda vuelta. Tienes miedo perder, y tu miedo es fundado porque los que mal empiezan mal acaban. Prefieres que te digan “trucho” a tu dignidad.
Por ahora dices, lo pasado pisado, pero recuerda que tu mismo partido investiga hoy un hecho sucedido hace 20 años: la capitalización. Este ejemplo se replicará cuando la democracia recobre su buena salud, entonces, no te salvarás de la sentencia de la historia, donde ya te registraste como “llulla gobernador”. 
Chayllata niy munarqayqui, Esteban, mana rejsinaqunchejcho ni taj munanichu rejsisuyta, yachaniña imaynachus kanki, mana allin runachu qanqui. 
Atentamente
Andrés Gómez Vela, boliviano, quechua, nortepotosino, pocoateño   

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