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Perú: polémica tras declaraciones de Pedro Castillo sobre Bolivia

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DW

Un bloque de congresistas de la oposición peruana expresó este miércoles (26.01.2022) que no es «admisible» una sugerencia del presidente Pedro Castillo de consultar a la ciudadanía para decidir si Perú le concede una salida al mar a la vecina Bolivia.

«No consideramos admisible que quien está a cargo de la política exterior y las relaciones internacionales […] anuncie una consulta popular constitucionalmente inviable», dice un «pronunciamiento» suscrito por 10 miembros de la Comisión de Constitución del Congreso, encabezados por su titular, la opositora Carmen Patricia Juárez.

Castillo no anunció formalmente una consulta popular para dirimir un sensible tema que -desde hace más de un siglo- tensa las relaciones entre Perú, Chile y Bolivia. Sin embargo, en una entrevista con la cadena CNN difundida el 25 de enero en la noche, se declaró abierto a preguntar «al pueblo» sobre este asunto.

«Le consultaremos al pueblo, para eso se necesita que el pueblo se manifieste», respondió el mandatario ante la pregunta de si pensaba que Perú podía darle una salida al mar a Bolivia, como él había afirmado antes de ser candidato presidencial y de ganar las elecciones en 2021. «No estoy diciendo que le voy a dar mar a Bolivia», aclaró a continuación el gobernante izquierdista peruano, pero esto no calmó las aguas.

Los 10 legisladores (de 41 que integran la Comisión de Constitución, la más influyente del Congreso) indicaron en su pronunciamiento que el territorio peruano es «inalienable e inalterable» y que el mandatario debe defender la «integridad y soberanía del Estado». Además, sostuvieron que la Constitución impide que sean sometidos a referendo los pactos internacionales vigentes, «como lo es el Tratado de Rectificación de Fronteras firmado entre el Perú y Bolivia en 1909».

Por su parte, la Cancillería peruana destacó en otro comunicado que «Perú ha expresado en diversas oportunidades su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión en relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia». Además, recordó que, en una reunión ministerial binacional, el pasado 30 de octubre, Castillo «ratificó el compromiso del Perú de brindar las mejores condiciones para el tránsito de personas y mercaderías bolivianas, a través de su territorio y de sus puertos».

Estos tres países andinos todavía tienen roces por la guerra del Pacífico (1879-1884), que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. En la contienda, Perú perdió sus provincias más australes y Bolivia su salida al mar a manos de Chile.

De crisis en crisis

Justo antes de cumplir un convulso primer medio año en el poder, Pedro Castillo ha roto su silencio ante los medios. Una de sus frases más repetidas y citadas en los últimos días ha sido la de su supuesto proceso de aprendizaje como máxima autoridad de su país.

«Estoy aprendiendo cada día», ha asegurado el presidente de Perú en varias entrevistas. Una forma tácita de admitir errores y de prometer mejoras para los cuatro años y medio de gobierno que tiene por delante. Sin embargo, de un modo hasta cierto punto característico para su gestión plagada de tropiezos, la formulación se le ha vuelto en contra y ha reforzado la impresión asentada de que Castillo no está preparado para el enorme desafío que ha asumido.

Su Gobierno arrancó de forma caótica, porque el mandatario no pudo presentar un primer gabinete completo, aparentemente, por la negativa inicial de algunos ministros, previstos para el cargo, a juramentar en un Ejecutivo liderado por un político altamente controvertido.

El conflictivo Guido Bellido, investigado por apología del terrorismo, estuvo al final menos de tres meses en el cargo de jefe de gabinete. El ministro de Exteriores, Héctor Béjar, acorralado por viejos ataques a las fuerzas de seguridad, no duró ni siquiera un mes.

La impresión, para muchos observadores, es que las exigencias de Perú Libre y otros grupos aliados por tener sus propias cuotas de poder, sumadas a la inexperiencia y la falta de pericia de Castillo para elegir a su entorno, resultaron en una combinación devastadora. «No hubo un primer control a este presidente irresponsable», dice a DW el politólogo limeño Eduardo Dargent. «Tanto él como sus aliados toleraron un ‘cuoteo’ a la hora de formar el gabinete, con muchas personas que no estaban preparadas para el cargo», analiza.

La torpeza política de Castillo quedó en evidencia también con la facilidad de lobistas de reputación dudosa para beneficiarse del Gobierno e incluso con la elección de su propio secretario presidencial, Bruno Pacheco, al que un fiscal encontró varios miles de dólares en efectivo, ocultos en un baño del mismo Palacio de Gobierno, en una investigación que alimenta el temor a la corrupción en un país plagado de tramas corruptas en las últimas décadas. El presidente «está aprendiendo a un costo enorme para el país», concluyó el veterano periodista César Hildebrandt, tras la primera entrevista concedida por Castillo tras asumir el cargo.

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