El 2021 comienza con varias vacunas contra el coronavirus en el horizonte. Esto es lo que debes saber

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CNN

No hay duda de que el año que pasó fue el año de la pandemia, un año en el que nadie imaginó que el brote de una rara enfermedad, notificado por primera vez en Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019, se iba a convertir en la pandemia que causó más de 85 millones de casos confirmados y más de un millón 800.000 muertes en el planeta.

A pesar de que es mucho lo que se ha aprendido en el año que pasó, tanto sobre el virus como sobre la enfermedad covid-19, hay muchas cosas que permanecen aún en el misterio.

Lo que aprendimos del nuevo coronavirus

Sobre el virus aprendimos que se contagia muy eficientemente por medio de los aerosoles que despedimos a través de la respiración, al hablar, gritar o cantar. También que ingresa a las células a través de receptores ACE2, los cuales están ampliamente diseminados en casi todos los tejidos del organismo.

Eso hace que hayamos aprendido también que la enfermedad, al principio percibida solo como una neumonía, es en realidad una enfermedad multisistémica. Es decir que es capaz de atacar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo.

También aprendimos que, lamentablemente, la enfermedad no tiene un tratamiento específico, es decir que actualmente no existe ningún medicamento que pueda curarla.

Después de múltiples estudios, se descartó que la hidroxicloroquina tenga efecto alguno y se estableció que, al revés, puede ser tóxica para algunos pacientes.

Del mismo modo, el antiviral remdesevir, en el que se habían centrado tantas esperanzas, no fue capaz de disminuir la mortalidad de los pacientes, limitándose a disminuir ligeramente los días de hospitalización.

El plasma de convalecientes, rico en anticuerpos, y los sofisticados anticuerpos monoclonales están aún en pleno estudio, no habiéndose demostrado claramente que puedan ser útiles.

Las vacunas contra el coronavirus

Ante esa realidad, la humanidad puso toda su atención en las vacunas, las cuales se desarrollaron en un tiempo récord, terminándose el año con varias de ellas autorizadas.

De acuerdo con The New York Times, al momento de escribir este episodio, existen 83 vacunas que se encuentran en la etapa de ensayos clínicos en seres humanos, de las cuales, 44 están en fase 1, 19 en fase 2 y 20 en fase 3.

Al momento, existen tres vacunas que han sido aprobadas, ya sea para uso ilimitado o para su uso en calidad de emergencia en seres humanos, y cinco más tienen aprobación limitada. Veamos cuáles son.

Las tres vacunas aprobadas para uso ilimitado en seres humanos son la de Pfizer, la de Moderna y la de Sinopharm, mientras que las vacunas con autorización de uso de emergencia son la de los Institutos Gamaleya y Vector en Rusia; la de Oxford-AstraZeneca, en el Reino Unido, y la de los laboratorios chinos Cansino y Sinovac.

Las vacunas del Pfizer/BioNTech y Moderna

Ya descritas en los episodios del 11 y 18 de diciembre, tanto la vacuna desarrollada por el laboratorio alemán BioNTech en alianza con el laboratorio Pfizer, como la desarrollada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y el laboratorio Moderna, usan la misma tecnología de ARN mensajero.

Ambas tienen una efectividad mayor a 94% y requieren dos dosis, con tres y cuatro semanas de intervalo entre cada una, respectivamente.

La vacuna de Moderna fue autorizada para uso limitado en mayores de 18 años en Canadá y para uso de emergencia en Estados Unidos.

La de Pfizer, además de haber sido aprobada sin restricciones en:

    Canadá,

    Suiza,

    Arabia Saudita

    Y Bahrein.

También fue autorizada para uso de emergencia en otros países, incluyendo, en América Latina:

    México,

    Chile,

    Ecuador,

    Panamá,

    Costa Rica

    Y Argentina.

Las vacunas de Rusia y China

La tercera vacuna aprobada, del laboratorio chino Sinopharm, que usa la tradicional tecnología de inactivar el virus, tiene 79% de efectividad y fue aprobada sin limitaciones en China, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein.

Por su parte, las cinco vacunas que recibieron aprobación de uso limitado son la de los Institutos Gamaleya y Vector en Rusia; la de Oxford/AstraZeneca, en el Reino Unido, y las de los laboratorios chinos Cansino y Sinovac.

La del Instituto Gamaleya usa dos virus del resfrío -el Ad26 y el Ad5- como vectores, requiere dos dosis, tiene 92% de efectividad y ha sido autorizada en calidad de emergencia en Rusia, Belarús y Argentina.

La del Instituto Vector, también de Rusia, usa pequeñas porciones del nuevo coronavirus -llamadas péptidos- como base de su tecnología y ha sido aprobada para su uso temprano -mientras se le estudia- solo en Rusia.

La vacuna de Oxford y AstraZeneca

La vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford en alianza con la empresa farmacéutica AstraZeneca usa virus de resfrío de chimpancés como vector y tiene una efectividad de 70%.

Todavía queda por aclarar por qué aquellas personas que, por error, recibieron en el ensayo clínico la mitad de la dosis como inyección inicial, seguida de una dosis completa, tuvieron una respuesta del 90%, mientras que aquellos que recibieron dos dosis completas tuvieron una respuesta de solo 62%.

Esta vacuna recibió la autorización de uso de emergencia en el Reino Unido, Argentina y la India.

El 11 de diciembre, la Universidad de Oxford anunció que firmó un acuerdo con el Instituto Gamaleya de Rusia para combinar las dos vacunas y mejorar su efectividad.

La vacuna del laboratorio chino Cansino usa virus del resfrío humano Ad5 como vector y solo tiene autorización de uso de emergencia en China.

Hay dos vacunas que están por finalizar sus estudios

Además, hay dos vacunas que están esperando concluir sus estudios de fase 3 y lograr su aprobación.

Son las de laboratorio estadounidense Johnson & Johnson, que usa el virus de resfrío Ad26 como vector, y la del laboratorio chino Sinovac, que usa el nuevo coronavirus inactivado como plataforma.

En resumen, el panorama de desarrollo de vacunas es alentador. Sin embargo, los expertos coinciden que las vacunas no serán la única solución al problema de la pandemia.

El proceso de vacunación será lento, especialmente en países de medianos y escasos recursos económicos.

Eso significa que, hasta que la vacunación sea realmente universal, durante este año tendremos que hacer todo lo posible para evitar la infección, usando mascarillas, manteniendo la distancia física y lavándonos las manos regularmente.

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