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¿Qué pasó, Silicon Valley? Los despidos y el ajuste de cinturón de las firmas tecnológicas

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Puede sonar paradójico y lo es: al mismo tiempo que vivimos la época de mayores avances en materia de tecnologías de la información y la comunicación de la humanidad, con dispositivos y softwares integrados al extremo en la vida cotidiana, las principales compañías “del ramo” parecen sacudirse en un marasmo de despidos y reducciones.

¿Qué pasó, Silicon Valley? El polo tecnológico más renombrado del mundo, la meca que incluye a San José, Menlo Park, Palo Alto, Mountain View, Cupertino, Santa Clara, Redwood City y Sunnyvale, en el norte de California, allí donde se alojan los cuarteles centrales de una treintena de las firmas más lucrativas del planeta, se tambalea a la vista de analistas financieros e inversores.

Durante los últimos 20 años, Silicon Valley disfrutó del viento a favor que le insuflaba la rápida adopción de tecnologías como internet y los smartphones. Un plus competitivo que le dio al sector un desempeño mucho mejor que el resto de la economía en general, incluso durante crisis financieras globales como la recesión de 2008.

Las noticias actuales pintan un panorama bien distinto y da toda la impresión de que esa “inmunidad” ya no existe.

Despidos en Twitter

La compra de Twitter por parte de Elon Musk y el posterior despido de 3.700 trabajadores, el 50% de la planta de personal de la red social del pajarito, puede haber tenido mayor trascendencia en función del personaje de empresario impiadoso que Musk se ocupa de alimentar, pero está lejos de ser el único caso de poda significativa o de “parate” en la contratación.

De hecho, el sitio Layoffs.fyi, que monitorea en tiempo real los despidos y recortes de personal en el sector tecnológico global, reportaba este lunes que en lo que va de 2022 las empresas tech despidieron a casi 137.000 empleados en todo el mundo.

Ahí entran, por ejemplo Amazon, que ya anunció que enviará unos 10.000 telegramas de despido; Meta, la casa matriz de Facebook, Instagram y Facebook, que hizo lo propio con 11.000 empleados; Bytedance, propietaria de TikTok, 1800; Snap, de Snapchat, 1.280; Netflix, 505, entre algunas de las que sobresalen.

Despidos en Microsoft, también

También Microsoft recortó alrededor de 1.000 puestos, la misma cantidad que Salesforce, aunque esta última compañía ya avisó que se prepara para otra ronda de 2.500 despidos en las próximas semanas.

Está claro que, al hilar fino entre las explicaciones que se hacen públicas, cada empresa esgrime sus propias y eufemísticas justificaciones para los recortes, aunque también se perciben temas comunes.

Por ejemplo, que la salida de la pandemia no fue lo que los gigantes de los negocios tecnológicos esperaban. A medida que nuestras vidas se trasladaban a Internet y todo lo digital durante los períodos más restrictivos del Covid–19, los negocios de los gigantes tecnológicos se dispararon, y los ejecutivos creyeron que esos buenos tiempos –para ellos– no se detendrían una vez vuelta la normalidad.

Y esto fue tan así que incluso en los primeros nueve meses de este año, Meta contrató a más de 15.000 personas. El pedido de disculpas de Mark Zuckerberg, CEO de Meta, al anunciar los despidos hace solamente unos días incluyó un intento de explicación: un error de cálculo.

“Mucha gente predijo que esto (el crecimiento del tiempo en las redes y la conectividad que hubo durante los años del Covid–19) sería una aceleración permanente que continuaría incluso después de que la pandemia terminase. Yo también lo hice, así que tomé la decisión de aumentar significativamente nuestras inversiones. Desgraciadamente, esto no ha resultado como esperaba”, dijo Zuckerberg en la nota que dirigió a los empleados de Meta, mientras despedía al 13% de ellos.

Amazon, otra de “grandes” con despidos

El ajuste de cinturones de Amazon, otro de los grandes ganadores que tuvo la fase más dura del coronavirus, podría explicarse en parte por esa idea de que ciertos hábitos habían llegado para quedarse, independientemente de que las restricciones fueran desapareciendo.

Sin embargo, el hecho de que firmas que deberían haber renacido en la pospandemia, como Uber, Lyft, Booking.com o Airbnb, también figuren entre las “despedidoras” de este año, le da a los analistas razones para sospechar de otras causas macroeconómicas, además de algunas características actuales sobre el sector que no había parado de crecer en cotización y capitalización en las últimas dos décadas.

El contexto de inflación global que sobrevino luego del inicio de la guerra de Rusia con Ucrania, el mal desempeño de la economía en países centrales y la consecuente baja en las expectativas (al fin y al cabo, la economía basa sus previsiones en profecías que suelen ser autocumplidas), también habrían aportado su grano de arena, aunque tampoco alcanzaría como explicación de este cimbronazo.

El fin del crecimiento para Silicon Valley

Timothy B. Lee, analista en temas de tecnología y economía para Forbes, Vox y otros medios especializados, apunta en una de sus últimas columnas un par de datos de contexto que son clave.

Para él, que Meta haya perdido el 70% de su valor desde su máximo de 2021, o que Google valga hoy un 36% menos que su máximo histórico es un indicador de que las empresas más tradicionales del ecosistema digital son las que más sufren la crisis actual. Y aunque no se trate de caídas catastróficas para estas empresas –llegan al momento actual tras las enormes ganancias de los años anteriores– su actualidad puede tener grandes implicaciones para Silicon Valley en su conjunto.

“Cuando una industria crece rápidamente, tener poco personal tiende a ser mucho más costoso que tener demasiado, porque significa perder grandes oportunidades de más crecimiento –explica Lee–. Empresas como Twitter y Lyft han mantenido enormes plantillas de ingenieros bien pagados para intentar seguir el ritmo de sus rivales más grandes, Facebook y Uber, respectivamente. Hasta hace poco, este tipo de empresas compraban sin dudar la idea de que debían centrarse en el crecimiento ahora y preocuparse por los beneficios después. Pero esta estrategia sólo tiene sentido en una industria de rápido crecimiento, y eso ya no describe a muchas empresas de Silicon Valley”.

Según Lee, una vez que el crecimiento se ralentiza, los beneficios importan más y las empresas buscarán naturalmente formas de reducir costos. Eso explicaría que, con una posible recesión en ciernes, ya se hayan empezado a ver a un montón de empresas tecnológicas anunciar despidos.

O en otras palabras: si el lema que guiaba a los inversores era hasta ahora “crecer a cualquier costo”, de un tiempo a esta parte cambió a “obtener beneficios ahora y a cualquier costo”.

Casi es una obviedad, pero en ese contexto, que la búsqueda del beneficio deba ser potenciada por la pérdida de cientos de miles de empleos es apenas un detalle. Antipático, sí, pero solamente un detalle. Negocios son negocios.

La Voz

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