Viralizar y lograrás justicia

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Por: Hernán Cabrera
Los hechos para que tengan relevancia y generen acciones en las autoridades merecen ser viralizados. Antes decíamos mediatizados. Es decir, que los medios de comunicación se hagan eco, informen lo más ampliamente posible y por varios días.
Hoy no es así, hoy las redes sociales son las que mandan el pulso informativo y las reacciones institucionales. Viralizar es el término y el arma para tener respuestas y justicia, de lo contrario, no existes, ni pidas que te atiendan.
Mientras un vídeo de un hecho tiene más like o se comparta más, las autoridades empiezan a tomarlas en cuenta, y buscan respuestas e incluso aparecen con las víctimas, o los detenidos. Esto pasó con la jovencita que golpeó a su hijo por despecho, que incluso el ministro de Gobierno la presentó como una gran delincuente.
Y vuelve a pasar con el vídeo de una señora que agrede verbalmente a otra señora, quien fuera filmada coincidentemente por otra mujer, a la vez ésta subió su video a las redes sociales y fue como una bomba nuclear que llegó a todos los que quería llegar.
El tema se hizo razón de Estado, movilizó a una comisión especial del Viceministerio de Des colonización a Santa Cruz, el fiscal del distrito dijo que se iba a formar una comisión de fiscales, las personas opinaron, en fin, la jovencita apareció con el poderoso Ministro de Gobierno, en fin un tema en boca de todos, de oficialistas y opositores, de católicos y cristianos, de ateos y creyentes.
Y todos empezaron a sacar tajadas de este ingrato hecho. Pero no a todos se les mide con la misma vara porque estamos contaminados políticamente y la política fija el pulso en la calentura de los hechos.
Y así como vimos al fiscal y a casi a todo el gobierno detrás del caso del video de ambas señoras en acción, sería saludable verlos así en los últimos acontecimientos registrados, como el hecho de que a un hombre por pedir la revocatoria al alcalde de Cabezas, se le agrede y se lo humilla de parte de dirigentes de la organización campesina Bartolina Sisa; o el jovencito que fue casi muerto en un colegio por la violencia escolar; o de la señorita que fue asesinada en el domicilio de su agresor.
Quizá estos hechos no se han viralizado hasta el momento con tal magnitud, que las autoridades están esperando que se hagan masivos y todos comenten sobre los mismos para que empiecen a actuar y decir que están investigando, que están preocupados, etc.
Pero se desnudan varias lecciones: la política ha contaminado los hechos, porque los protagonistas tienen importancia y logran reacciones si son afines, y por ende la justicia se activa; de lo contrario, como el caso del hombre vestido de pollera no recibirá el mismo tratamiento de parte del Fiscal del Distrito, ni se formarán ni vendrán comisiones especiales.
Mucho más las taras sociales coloniales de la discriminación y racismo están siendo usadas como instrumentos políticos para generar miedo en las personas, y dividir aún más a los sectores sociales y a las regiones.
Hoy en día, cuando ya hemos venido superando, niveles de intolerancia, se volvió a encender la chispa, lo que se expresa en que ya es prohibido decir colla o camba, cuando ambos términos no son peyorativos ni insultos. Son identidades regionales, que no debería darnos vergüenza en usarlas.
Definitivamente, la justicia está bien tuerta, solo ve con un ojo a sus compadres, amistades, compañeros, y aplica justicia a medias, de los otros que se atengan a las consecuencias.

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