Unos roban por necesidad y otros por lucro

24 views
5 mins read

Hernán Cabrera M.

Una señora, joven, niño o adulto roba por necesidad  un pan, una garrafa, claro es por algún motivo de sobrevivencia, pero los vecinos la detienen y llega un auto policial, cuyos agentes actúan para imponer la ley. El juez impone su autoridad: procesado y detenido ese pobre sujeto,  pero ¿qué de los bancos que nos sacan de a centavos, cobran comisiones en las tarjetas, a nombre de algún impuesto que siempre van creando e inventando?. Unos roban por necesidad, otros por lucro y para generar más utilidades. ¿Habrá cárceles o sanciones de forma igualitaria para ambos casos?

Algunos dirán que son casos diferentes en una economía de mercado en un gobierno socialista; no se pueden comparar. Es probable que no, porque el sistema bancario está sujeto a legislaciones y medidas que se adaptan a las mismas, además de fortalecer la estabilidad económica y monetaria de todo un país. Pero a veces este sistema debe violar ciertas normas para favorecerse de algunos privilegios. ¿Será robo de cuello blanco?. Mientras que el otro caso es individual, y si rompe el orden de convivencia, como el robo, hay sanciones para ello.

Pero es un tema de fondo que estamos  planteando y que probablemente no es agenda para nadie, porque mejor es vivir sin importarnos en los demás o veamos pasar como normal que un Banco otorgue un crédito millonario a los jóvenes hijos del poder, mientras tanto miles de jóvenes profesionales deben trabajar duro para obtener su auto o su departamento, pero vía algún préstamos bancario, cuyas entidades piden muchos y exigentes requisitos y son celosos para otorgar ese crédito a cualquier otro mortal.

¿Es justo que, por alguna transacción de tu propio dinero, te descuenten en el momento que uses la tarjeta de crédito o débito? ¿Por qué la ley les permite ese pequeño saqueo, mientras a la pobre mujer que busca un pedazo de pan, no pide permiso a nadie, pero la están observando y luego la detienen, y el juez, para dar un ejemplo a la sociedad, la manda a la cárcel de mujeres? ¿Algún banquero de peso o de mucho dinero ha conocido un día por lo menos una celda de prisión? ¿Se han realizado demandas o juicios contra los bancos por robarnos centavos de nuestras cuentas de ahorro o débito? En el caso del crédito millonario ¿el Banco actúo bien o devolvió favores y tuvo privilegios? ¿Solo les interesa acumulación de capitales, de millones de $us a costa de las necesidades de las mayorías? ¿Por qué hay privilegios para algunos y  para el resto son duros e inflexibles? ¿Acaso no es un robo también que hacen los bancos privados?

El filósofo francés Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), cuya educación fue interrumpida debido a la situación económica de su familia, no concluyó lo que hoy se conoce como el bachillerato. Aunque escribió varios libros, uno quedó grabado en la mente de economistas, políticos, marketineros, propagandistas, planificadores, intelectuales y pensadores: La propiedad es un robo. Con esta idea central, Proudhon quiere dejar claro que el derecho de propiedad que tienen los banqueros, grandes empresarios o dueños de alguna fábrica, industria o centro de ventas es, en el fondo, un arma para robarle el fruto de su trabajo al obrero. Es decir, esa propiedad tiene connotaciones sociales para el trabajador.

Esa propiedad le da al propietario el derecho de construir grandes edificios, mansiones y hoteles, mientras el obrero vive en una casa humilde y en un barrio con problemas de inseguridad ciudadana. Esta propiedad le brinda la posibilidad de no padecer hambre, disfrutar de manjares las veces que quiera y derrochar su dinero, mientras el dependiente y trabajador debe ahorrar su salario para que le alcance hasta fines de mes y evitar carencias alimenticias. Incluso debe pedir préstamos en caso de gastos adicionales como enfermedades, accidentes o gastos escolares.

El ataque de Proudhon no iba dirigido a todas las personas que tenían propiedad o eran dueñas de algo, sino a aquellos que usaban esa situación para la explotación de otras personas. Tenían todo el derecho de acumular propiedades, generar valores y ganancias, pero lo que no se puede hacer es explotar, bajo diferentes formas en la actualidad, a las personas y a la fuerza laboral.

Ojo que no estamos justificando la actitud de robar de esas personas que lo han hecho por alguna necesidad material y desesperación. Toda sociedad tiene sus normas a las que las personas debemos sujetarnos, y no encaminarnos a la barbarie, aprovechándose de alguna situación conflictiva, como el caos social, para desatar saqueos y destrucciones a la propiedad privada. No se trata de ello en este planteamiento de cara a la vida diaria y a la realidad cruel e intensa que debemos afrontar cada día de nuestras existencias.

¿Por qué tanto lío por estos simples robos y no dicen nada de los robos de a centavos que hace el sistema bancario y ni el Monseñor ni el Papa se pronuncian? ¿Es un robo lo que hacen los bancos y dónde están los fiscales y jueces?

Si bien Karl Marx  (1818-1883), estuvo de acuerdo con su colega Proudhon, le hizo algunos añadidos importantes, y en su perspicacia, aun cuando era periodista muy joven, tuvo estos criterios, poniéndole más sabor a la tesis “la propiedad es un robo”: El robo está en la privatización, en la apropiación total no solo de esa propiedad, sino de la fuerza de trabajo y de las relaciones laborales. Los planteamientos de Marx son tan actuales, que siguen provocando revueltas en las democracias.

Bueno, en el siglo XXI no ocurrió el sueño de Marx: ser iguales en el derecho a la propiedad. Las diferencias son abismales en cuanto al tener y al poseer, y sin duda, seguirá así hasta el fin de los tiempos, si es que lo hubiera. Pero que la humanidad avanzó mucho en generar niveles de igualdad, justicia y equidad, aunque insuficientes porque pocos acumulan mucho y muchos acumulan poco.

Los políticos de izquierda dirán que ese robo por necesidad no es un delito, aunque sí una leve infracción, porque el derecho a la alimentación y a la vida está por encima de la propiedad de ese supermercado. Los políticos de la derecha dirán que es un delito y que se debe castigar con todo el peso de la ley. Pero ambos se callan ante el accionar del sistema bancario nacional, que constituye uno de los pilares de la estabilidad económica y del movimiento constante de dinero.

¿Apoyas o no a ese ser humano que está desesperado por un puñado de alimentos y lo dejo ir o lo denuncio a los encargados? ¿Estará bien mi conciencia si veo a alguien robando o estará mejor si doy a conocer ese hecho? ¿Pero dirás algo del robo que te hacen los bancos día a día? ¿Te molesta un robo por necesidad y el accionar de los bancos que buscan ganancias y favorecer a sus entornos o no pasa nada?

Las respuestas o los intentos de entender estas contradicciones están planteadas en el libro “Filosofar la vida, manual de supervivencia”, que aborda estos problemas y otros de la vida diaria, desde la lectura de los grandes y necesarios textos  filosóficos.

Hernán Cabrera M. es periodista y filósofo

Facebook Comments

Latest from Blog