Gonzalo Espinoza – Unidad o naufragio: la oposición decide si salva o sepulta a Bolivia

249 views
1 min read

La oposición boliviana se ha convertido en una rosca de oportunistas, mediocres y fracasados, que han hecho de la política un negocio personal. No siempre son los líderes, sino el círculo servil que los rodea, una corte de aduladores y mentirosos que alimentan sus egos para no perder sus pegas, para no quedarse fuera de las migajas del poder. Son estos personajes grises, sin oficio ni mérito, los que bloquean cualquier intento de unidad, porque saben que si sus jefes caen, ellos también quedan en la calle. Han convertido la política en un burdel de intereses donde lo único que importa es asegurarse un curul, un contrato, una embajada. Son incapaces de construir una verdadera propuesta de país porque jamás supieron trabajar, jamás tuvieron decencia, y su único talento es vivir del Estado.

Hoy, la fragmentación obscena del voto opositor no es casualidad. Es una estrategia perversa de quienes ven en cada candidatura una inversión personal, no un sacrificio patriótico. Y hay que decirlo con claridad: los que no quieren que se bajen sus candidatos, lo hacen porque, gane o pierda el líder, ellos ya tienen asegurado su curul, sus cuotas, sus negocios dentro del Estado. Por eso se oponen a cualquier mecanismo de unidad verdadera. No les importa Bolivia, les importa su silla, su contrato, su poder chiquito.

Samuel, Tuto, Manfred, es hora de dejar de mirarse el ombligo y de pensar, por una vez, en Bolivia. El país está en un naufragio irreversible y la única tabla de salvación es la unidad inmediata, sin cálculos, sin chantajes, sin cuotas. Y a los grupitos, partiduchos y siglas de alquiler, hay que darles la espalda. No representan a nadie, solo buscan presionar para colarse en una lista segura y seguir viviendo de los recursos públicos como lo han hecho toda la vida.

Por eso, la población debe despojarse de todas las líneas partidarias y centrarse, ahora mismo, en apoyar al primero. Sin colores, sin historias falsas, sin dejarse arrastrar por encuestas manipuladas. La prioridad ya no es debatir qué candidato es más simpático, quién tiene más seguidores o cuál es la sigla más bonita. La única urgencia es la unidad en torno al primero, al que esté en mejor posición real para enfrentar al MAS. Así se evita que los políticos sigan dividiendo con discursos vacíos mientras Bolivia se sigue hundiendo. Ahora no hay espacio para egos, ni para cálculos personales. Solo para salvar a Bolivia.

Si la oposición no se sacude de esta lacra, si no se limpia de toda esta podredumbre que infesta la política, será cómplice de la caída definitiva de Bolivia.

La historia los juzgará no solo como cobardes, sino como traidores.

Facebook Comments

Latest from Blog