El ejercicio periodístico en la Bolivia republicana y plurinacional ha estado rodeado de enormes dificultades y a la vez desafíos, pero hoy más que nunca el periodismo se encuentra afrontando una severa crisis en varios campos: económica, ética y de credibilidad. Pero a la vez ese escenario es una puerta abierta para las oportunidades, para sacudirse bien y desechar todo lo que está contaminando al periodismo.
Vamos aprovechar este 10 de mayo, Día del Periodista, para remarcar la enorme importancia y necesidad que tiene el periodismo en toda sociedad y Estado, además para adentrarnos en el interior de lo que significa ser periodista. Algunos impulsos para estos tiempos complejos, en los que el periodista se desenvuelve.
El periodismo debe tener un centro radical, una esencia, algo inseparable y no es la ética, ni la afamada neutralidad, ni el apego a la verdad. Ese centro es la pertenencia, el asidero, el lugar donde todos los días, las horas te encuentras y te desempeñas, y donde eres feliz, grande y dispuesto a seguir sirviendo con este oficio invencible.
Ser periodista te obliga a seguir tu sentido de pertenencia, tu ruta y no bajarte del carro, es decir el periodismo. Y cuando inicias la ruta periodística no te puedes bajar del carro y cambiar de mando o de trayecto.
Hacer periodismo es una fiesta, un regocijo y más aun cuando sentís un cosquilleo interno y te dicen que has hecho un buen trabajo. Y debes seguir en esa ruta, esforzándote cada día.
Ser periodista es una vocación, un trabajo, una misión, una decisión, una opción que luego se convierte en irrenunciable y a pesar de los tantos golpes, abusos, desconfianza, presiones, juicios y burlas que puedas recibir en tu camino de ejercicio del periodismo.
No te desesperes si no eres un periodista brillante, mediático o famoso, así como son los que salen en la Tv, en las redes sociales como los conductores, o el tikoker, influencer o como se los llame.
En tu corazón y en tu interior debes reafirmarte así: Pero fui y soy un periodista….y punto. Un periodista militante, con pasión, amor y un alto compromiso social y político, que donde, que llamó las cosas por su nombre. Donde hubo injusticia, abuso, ladrones, violadores, fueron señalados y denunciados, sin importar la clase social o el color político de esos sujetos”.
No se es periodista a medias, ni neutral, ni condescendiente con los poderosos. Ni maquillador de realidades o manipulador de hechos. Un periodista al 100% que debe hacer bien su trabajo, claro ganando solo su sueldo, sin recibir ni un solo centavo de nadie, ni regalos. Ni tampoco jugosos contratos publicitarios del poder para hablar bien de los ministros, diputados o allegados al jefe máximo o presidente del Estado.
Un periodista que recorrió calles, pueblos, ríos, montes con su mochila, su grabadora y su libreta de apuntes, pero armado de valor y de principios y convicciones irrenunciables. El periodismo te debe acompañar hasta el fin del mundo, hacia la ultima crónica de la vida, de tu vida. Recuerda que en la vida se conjugan y se expresan todos los géneros periodísticos: la noticia, el reportaje, la crónica, la entrevista, la investigación. Siempre la vida es una primicia periodística y debe ocupar tus quehaceres en tu agenda informativa.
Así tendrás grandes satisfacciones en el momento de la publicación de un reportaje, una crónica, marcada por una alta dosis de humanidad y de tomar partido por la dignidad del ser humano.
Cuanto te atrapa una noticia te revuelca todo tu ser, te pone en movimiento y de inunda todo su ser. No es solo el oficio de informar, sino que es la vida misma, que de por si es un hecho noticioso. Es la vida en todo su esplendor y miseria. Cada día escribes y dejas plasmado el libro de tu vida en los reportajes periodísticos que son leídos, criticados o aplaudidos por los lectores.
Ser periodista es traspirar, buscar y encontrar esa noticia que es una llamada urgente, alerta que te mantiene despierto y con permanente stress, que donde estés y con quien estés te inquietas por informar lo que ves al frente tuyo, claro ahora con más facilidad, porque ya no buscarás la máquina de escribir, un folio, si no con tu celular podrás registrarlo todo y antes de publicarlo debes tener el sentido común de verificar ese hecho noticioso.
El periodismo es un oficio invencible, dice el periodista español Juan Cruz Ruiz, agregando que no puedes ser periodista y dejar de serlo, o pretender irte al ejercicio de la política para luego volver a ser periodista. No puedes ni debes hacer este viaje político hacia el poder. Porque el periodismo es un viaje sin retorno y sin derecho a equivocarse.
El periodismo no puede desaparecer ni morir, porque será la muerte de todas las vidas, de todos los sucesos, de todos los protagonistas. El periodista tiene que estar siempre para contar, para narrar, para informar, para compartir.
El periodista no es un superhéroe, ni un dios, o una bestia, ni está más allá del bien y del mal. No es un mago, comerciante, mercenario, pastor, marketinero, político, sacasuerte. Es ese hombre y mujer que cada día tiene en sus manos esa poderosa arma de la información, la misma que debe ser tratada con valores irrenunciables: la ética, la veracidad y el compromiso por la verdad.
¿Dónde quedan tus hijos y tu esposa, tu propio yo en el ajetreo del oficio? También es una forma de escaparse de las responsabilidades como padre y esposo. El periodismo te divorcia de tu familia y te caza con la noticia, los hechos. Eres infiel con todos. Eres seductor con todo el mundo, porque lo que quieres es tener la mejor noticia y difundirla. Eres galante. Eres un bohemio que vas tras los encantos y las miserias del ser humano, pero lo miras como un evento informativo, un suceso noticioso. Es lo que importa.
Un reportaje a mí mismo, una crónica sobre la vida que caminé, una entrevista con mis sentimientos y opiniones.
Por dentro y por fuera, lo que el periodismo nos deja a quienes optanos, ejercemos, trabajamos y sobrevivimos con el periodismo, oficio, profesión y labor diaria
La vida no es un simple arcoíris, es también en blanco y negro, con luces y obscuridades: verdades y mentiras, hechos y suposiciones, alegrías y tristezas, dolores y placeres, vómitos y paladares exquisitos, belleza y fealdad, nauseas y alegrías, pero queda el sabor de llegar a los 62 años muy joven aun, y si me den a elegir vivir de nuevo desde el primer día de nacimiento, claro lo haría pero a lo Matrix recargado.
¡No quiero oler a viejo! Dice Orhan Pamuk, y para eso hay que tener el espíritu y la mente en permanente acción, alimentándolos, porque no quiero oler a viejo, a rancio.
“Pero vives y eres periodista, una noticia es una llamada urgente, y aunque estés quieto, sentado ante un paisaje sin fin ni accidente esa llamada te levanta del sitio, te hace buscar una máquina de escribir, un folio, un contacto, otra voz que te confirme eso tan simple de verificar, fue el último suspiro y no está.
o puedes ser periodista y dejar de serlo, no puedes, tienes que actuar, no hay ni tregua ni silencio, el voraz apetito de los teletipo, la web, la urgencia marcando el ritmo cardiaco de un oficio invencible que paree vendido por la posverdad, la contraverdad, la sinuosa velocidad de los rumores. El periodismo es la alerta propia;
Cuando sea la muerte del periodismo será la muerte de todas las muertes, la muerte de todas las vidas, la muerte de la vida será la muerte del periodismo. Nada que contar, vivir para no tener nada que contar. El infierno será eses agujero negro, Ni una noticia, ni un niño recibiendo una noticia. Nada.
El periodismo es un libro por otros medios, o una persona por otros medios. El centro radical del periodismo es la pertenencia, el asidero, ése es el lugar en el que se concentra como elemento ideológico, como lugar de citas de la información, como el rayo y pararrayos de la opinión y de la inventiva.}
En primer lugar el periodista precisa de autocritica, que es un elemento tan difícil de obtener que debería inventarse un sustitutivo que se venda en las farmacaias o que se aplique en las propias redacciones.
Mi epitafio dirá: Aquí duerme un periodista. Periodista hasta más allá de la muerte. Aqui sigue trabajando un periodista.
Hernán Cabrera es periodista