Max Baldivieso – La construcción social tiene como base principal la generación de empleo para los bolivianos

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El Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo tiene como objetivo principal el aumento del crecimiento económico y la mejora del empleo, esto se refleja en la mejoras del poder adquisitivo de los bolivianos en un 300%, elevando así el nivel de vida y aumentando la productividad e industrialización del país.

La inversión pública es un elemento clave de la política fiscal y debe ser potenciada para generar empleos y mejorar las condiciones de vida de los bolivianos, en sectores como el privado, público, comercio, construcción, transporte, almacenaje, servicios, agricultura, entre otros. El crecimiento del empleo en Bolivia es positivo, con un incremento del 0,7% en relación al 2022, lo que se traduce en 321.160 nuevas fuentes de trabajo para un total de 4 millones 588 mil empleos. La generación de empleo contribuye a la estabilidad económica y social del país y favorece el crecimiento económico. Los programas de empleo deben ser una prioridad para el Estado boliviano.

Para este fin se destinan recursos para la creación y mejora de infraestructuras y servicios públicos, lo que genera un impacto positivo en el crecimiento económico. En este sentido, el modelo económico ha sido uno de los más influyentes en la definición de políticas de inversión pública.

El modelo se basa en que el gasto público puede ser utilizado para estimular la demanda agregada y, por tanto, la economía en su conjunto. Esto se logra a través de políticas contracíclicas que buscan contrarrestar los procesos contractivos de la actividad económica y que estimulan la inversión y el consumo. En este sentido, el gasto de capital se ha convertido en una herramienta clave para impulsar el crecimiento económico.

En los últimos años, el gasto de capital ha aumentado significativamente, y en especial el destinado a infraestructuras. Según el Banco Mundial, las carreteras son una de las infraestructuras más importantes para el crecimiento económico, ya que generan un efecto crowding-in sobre la inversión privada. Esto significa que a medida que el sector público invierte en infraestructuras, se crea un ambiente favorable para la inversión privada, que puede verse atraída por las oportunidades de negocio que se generan. De esta manera, el gasto público se convierte en un estímulo para la inversión privada, lo que contribuye a dinamizar la economía y a restablecerla en su fase expansiva.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó recientemente los resultados de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) correspondiente al cuarto trimestre de 2022 para el área urbana de Bolivia. La ECE muestra el crecimiento del empleo sobre el comportamiento de la desocupación urbana en Bolivia, donde se ve que las medidas de implementación de la industrialización y las condiciones para el desarrollo del sector privado han dado un efecto positivo en el crecimiento del país y su proyección a futuro.

Los resultados muestra que la población económicamente activa (PEA) en el área urbana alcanzó los 4 millones 588 mil personas, lo que representó una variación positiva de 0,7% con relación al mismo trimestre del año anterior. Además, la tasa global de participación, que refleja la oferta de mano de obra que participa o está disponible para la producción de bienes y servicios, al cuarto trimestre de 2022 alcanzó el 73,2%.

En cuanto a la población ocupada en el área urbana, se registró un aumento del 1,62% respecto al cuarto trimestre de 2021, alcanzando un total de 4 millones 390 mil personas. Este incremento en la población ocupada puede ser considerado como una señal positiva para la economía del país.

Por otro lado, la tasa de desocupación al cuarto trimestre de 2022 fue de 4,3%, lo que significó una reducción de 0,9 p.p. respecto al mismo período en 2021 (5,2%). Esta disminución en la tasa de desocupación es un indicador importante de la estabilidad laboral en el país, una buena noticia para los bolivianos.

De acuerdo con los datos proporcionados por la última encuesta de población activa, en Bolivia, el 24,9% de los ocupados, lo que equivale a 1 millón 95 mil personas, trabajan en el sector del comercio. Esta cifra demuestra que el sector comercial es uno de los principales motores de la economía boliviana.

En segundo lugar, la industria manufacturera es otro de los sectores con mayor número de empleados, con un 13,8% de los ocupados, lo que representa un total de 604 mil personas. Este sector se dedica a la producción de bienes y ha sido históricamente un pilar fundamental de la economía del país.

El tercer sector con mayor número de empleados es el de alojamiento y comida, con un 10,9% de los ocupados, lo que se traduce en 480 mil personas. El sector del transporte y almacenamiento ocupa el cuarto lugar, con un 9,9% de los ocupados, lo que se traduce en 435 mil personas. Este sector se dedica al transporte de bienes y mercancías y a su almacenamiento, y es esencial para el funcionamiento de la economía.

Otro sector importante es el de la administración pública y defensa, que emplea a 220 mil personas, lo que representa un 5% de los ocupados. Por último, otras ramas de actividad emplean a un total de 1 millón 58 mil personas, lo que representa el 23,7% de los ocupados.

La dinámica laboral en el área urbana de Bolivia ha experimentado cambios significativos durante el tercer trimestre de 2022. De acuerdo con los datos proporcionados, se observa que un total de 329 mil personas que antes se encontraban inactivas, pasaron a estar ocupadas en el cuarto trimestre del mismo año.

Entre las actividades económicas que más contribuyeron a este aumento, se encuentran el Comercio, Alojamientos y Comidas y la Industria Manufacturera, siendo responsables de la ocupación de 99 mil, 52 mil y 52 mil personas respectivamente.

Asimismo, se observa que de las 87 mil personas que se encontraban desocupadas en el tercer trimestre de 2022, un total de 16 mil personas encontraron trabajo en el sector de Comercio, mientras que 13 mil se emplearon en la Construcción. El sector de Alojamientos y Comidas también contribuyó significativamente a la ocupación de personas, con 10 mil trabajadores, mientras que la Industria Manufacturera incorporó a 7 mil personas.

La economía boliviana ha experimentado un notable crecimiento económico en la última década, convirtiéndose en una de las economías de mayor éxito en Sudamérica. Este crecimiento ha tenido un impacto significativo en la mejora de las condiciones de vida de la población, gracias a una serie de políticas económicas y sociales que se han implementado en el país. En particular, la evolución de los salarios ha sido fundamental para esta mejora.

Uno de los indicadores más importantes en relación con los salarios es el salario mínimo nacional. En Bolivia, el salario mínimo se ha multiplicado por 3,9 durante la última década, pasando de 578 bolivianos a 2.250 bolivianos. Este incremento está sujeto a la variación de la inflación en el periodo precedente, así como a la variación del Producto Interno Bruto (PIB).

El salario medio nominal del sector privado ha experimentado un aumento más moderado, pasando de 2.565 bolivianos a 4.602 bolivianos en términos nominales, los trabajadores del sector privado también han visto incrementar su salario en la última década.

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