Martín Moreira – Bolivia: ¿Crisis o construcción de futuro? Un balance económico y la falsa retórica de la bancarrota

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Quienes insisten en instalar la narrativa de una “crisis terminal” desconocen o deciden ignorar los datos que demuestran lo contrario. Bolivia no solo ha resistido los embates globales y las tensiones políticas internas, sino que ha sentado bases firmes para una economía diversificada, industrializada y con mayor capacidad de generar ingresos sostenibles. El próximo gobierno no heredará un país en ruinas, sino uno en construcción activa de futuro, con reservas fortalecidas, sectores estratégicos en expansión y un horizonte de oportunidades que contradice cualquier retórica de bancarrota.

En la arena política boliviana, se ha instalado la narrativa de que el país atraviesa una “crisis terminal”, que las arcas del Estado están vacías y que el futuro inmediato es un escenario de bancarrota inevitable. Sin embargo, al analizar los indicadores económicos recientes, la recuperación de reservas internacionales, la estabilidad del sistema financiero, la expansión industrial y los avances en exploración hidrocarburífera, se observa una realidad diametralmente opuesta.

El próximo gobierno no heredará un país en ruinas, sino uno que ha logrado consolidar bases sólidas para el crecimiento y que se encuentra en plena transición hacia una nueva fase de industrialización y diversificación productiva. La evidencia es clara y contundente.

Recuperación de Reservas Internacionales y Estabilidad Financiera

Uno de los puntos más sensibles de los últimos años fue la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Sin embargo, gracias a la promulgación de la Ley 1503 de Fortalecimiento de las RIN, Bolivia logró revertir la tendencia descendente y registrar un crecimiento del 28%, equivalente a 834 millones de dólares, pasando de 1.970 millones a 2.804 millones de dólares.

Este crecimiento no solo desmiente la narrativa de una crisis inminente, sino que también refuerza la confianza en la política económica aplicada. A ello se suma la reducción del riesgo país y el cumplimiento responsable del servicio de la deuda externa: el último pago ascendió a 749 millones de dólares, representando el 49% del servicio total de deuda externa, con una disminución de la carga de deuda del 33% al 24,4% del PIB.

Además, el riesgo país de Bolivia se ubica por debajo de los 1.500 puntos, lo que representa una caída del 28,6% respecto al inicio de 2025. Según un informe publicado por Bloomberg, al 16 de julio este indicador se situó en 1.490 puntos, frente a los 2.087 puntos registrados a comienzos de año, según datos de JP Morgan.

Crecimiento del PIB y Bienestar Social

Lejos de un escenario de colapso, la economía nacional alcanzó un PIB de 49.670 millones de dólares, situando el PIB per cápita en 3.804 dólares por habitante. Este incremento económico no se traduce únicamente en cifras macroeconómicas, sino también en mejores condiciones sociales.

El Índice de Gini, que mide la desigualdad (donde 1 representa desigualdad total), se mantiene en 0,42, reflejando una estructura social más equitativa que décadas anteriores. Además, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se consolidó en un nivel alto de 0,73 en 2023, recuperándose del impacto de la pandemia y posicionando a Bolivia en mejores condiciones que en el periodo neoliberal, cuando nunca superó el rango medio.

Empresas Públicas: el motor silencioso de la economía

Contrario a quienes insisten en su “ineficiencia”, las empresas públicas han sostenido gran parte de la economía en un contexto político complejo, marcado por un bloqueo legislativo de más de dos años y ocho meses.

Durante este tiempo, estas empresas no solo garantizaron la producción, sino que también financiaron bonos sociales para más de cuatro millones de bolivianos, además de inversiones en salud, educación, infraestructura y subsidios a carburantes por un valor de 3.440 millones de dólares.

Entre los proyectos clave destacan:

  • Planta de Urea: proyecta ingresos de 400 millones de dólares.
  • Empresa Metalúrgica Vinto: genera alrededor de 500 millones de dólares.
  • YPFB: confirma reservas de gas de 4,5 TCF y proyecta exportaciones por 1.300 millones de dólares.
  • La Planta del Mutún aportará producción de hierro y acero para la industria nacional, sustituyendo importaciones con una capacidad de 200.000 toneladas, lo que representa el 50 % del mercado interno y un movimiento económico estimado en 200 millones de dólares. Este proyecto marca un paso clave hacia la autosuficiencia productiva y el fortalecimiento de la cadena industrial metalúrgica del país.
  • Paralelamente, se desarrollan nuevas plantas industriales en áreas estratégicas como biocombustibles, aceite refinado y crudo, harina y cascarilla de soya, molienda de granos y generación de energía eléctrica. A esto se suman silos para granos en distintas regiones y diversas industrias procesadoras de alimentos, lácteos, frutas amazónicas, vidrio entre otros, consolidando así la diversificación productiva y la industrialización con valor agregado en Bolivia.

Exportaciones históricas y balanza comercial positiva

En materia de comercio exterior, Bolivia ha alcanzado hitos históricos que desmienten cualquier presagio de “colapso económico” y consolidan su capacidad productiva y exportadora. Entre 2021 y 2024, el país logró un promedio anual de exportaciones de 11.188 millones de dólares, reflejando una recuperación sostenida y una diversificación de mercados que fortalecen la economía nacional.

El récord histórico de 2022, con 13.856 millones de dólares en exportaciones, superó incluso el pico alcanzado en 2014 (12.899 millones), marcando un punto de inflexión en la balanza comercial boliviana. Asimismo, en mayo y junio de 2025, el país registró superávits consecutivos de 9 millones y 75 millones de dólares respectivamente, consolidando un flujo comercial positivo en medio de un contexto económico internacional desafiante.

Estos resultados han contribuido a estabilizar el dólar paralelo y a generar mayor liquidez en la economía interna. Sin embargo, se requiere una mayor participación del sector privado, especialmente a través de la repatriación de divisas generadas por exportaciones agropecuarias, mineras y manufactureras producidas en Bolivia, con el objetivo de fortalecer las reservas y consolidar un crecimiento económico sostenible.

  • Promedio anual de exportaciones (2021-2024): 11.188 millones de dólares.
  • Récord histórico en 2022: 13.856 millones de dólares, superando incluso el pico de 2014 (12.899 millones).
  • Superávit comercial consecutivo en mayo y junio de 2025, con balances positivos de 9 millones y 75 millones de dólares respectivamente.

Sistema financiero en expansión

El sistema financiero boliviano muestra una sólida expansión, respaldada por un crecimiento sostenido en cartera de créditos y depósitos. La cartera alcanzó 29.852 millones de dólares, con un incremento interanual del 4,9%, impulsado principalmente por los segmentos empresarial (12,3%), pyme (6,3%) y microcrédito (4,1%), mientras que el hipotecario retrocedió en 1,0% debido a regulaciones de tasas. Los depósitos del público sumaron 30.522 millones de dólares, un aumento del 1,8% respecto a junio de 2024, aunque con una salida de 814 millones en el primer semestre, reflejando retos ligados a la inflación y demanda de divisas.

En materia patrimonial, la banca alcanzó 3.203 millones de dólares, un crecimiento del 10,2% interanual, mientras que las previsiones para cubrir cartera en mora llegaron a 1.609 millones, equivalentes a 1,7 veces el saldo en mora. Las utilidades sumaron 158 millones de dólares, registrando un incremento del 25%, con una rentabilidad sobre patrimonio (ROE) del 10%, superior en 1,2 puntos porcentuales respecto a 2024. Estos resultados reflejan solidez financiera y capacidad de gestión ante un entorno económico exigente.

El proceso de digitalización e inclusión financiera también avanza con fuerza. Las transferencias electrónicas interbancarias marcaron un récord de 386,1 millones de operaciones por 58.930 millones de dólares, con el sistema QR Simple concentrando el 92% de las transacciones. El número de cuentas bancarias superó los 15,5 millones (10,1% más que el año anterior), mientras la red de atención financiera alcanzó 11.118 puntos, cubriendo el 97,1% de los municipios del país y consolidando el compromiso del sistema con la inclusión y la innovación.

  • Cartera de créditos: 29.852 MM$us (+4,9%).
  • Depósitos del público: 30.522 MM$us (+1,8%).
  • Patrimonio bancario: 3.203 MM$us (+10,2%).
  • Utilidades: 158 MM$us (+25%).
  • ROE: 10%.
  • Transferencias electrónicas: 386,1 M de operaciones por 58.930 MM$us (92% vía QR).
  • Cuentas bancarias: 15,5 M (+10,1%).
  • Puntos de atención: 11.118 (97,1% de municipios).

Exploración hidrocarburífera: la nueva fronteraV

Uno de los hitos más importantes es el descubrimiento y proyección del campo Mayaya X-1, en el norte de La Paz, con un potencial inicial de 1 TCF y hasta 6 TCF en estructuras aledañas. Este megacampo podría producir hasta 50 millones de pies cúbicos día, asegurando ingresos millonarios para el próximo gobierno y resolviendo problemas estructurales de provisión de carburantes.

Inflación controlada y estabilidad macroeconómica

Pese a los impactos globales —pandemia, guerra Rusia-Ucrania, fenómenos climáticos y la polarización política—, que llevaron la inflación a 9,93% en 2024 y a 16,83% en 2025, según estimaciones que atribuyen estos incrementos a factores externos e internos, Bolivia ha logrado preservar estabilidad macroeconómica. Entre las causas internas destacan la falta de liquidez de divisas provocada por la negativa parlamentaria a aprobar créditos de organismos internacionales, lo que redujo el ingreso de recursos y aumentó la presión sobre el sistema financiero; la especulación; y los bloqueos de carreteras, que generaron pérdidas estimadas en 4.500 millones de dólares en 2024 y 2.700 millones en 2025. Estos elementos, reconocidos tanto por el Estado como por organismos internacionales (FMI, JP Morgan, entre otros), explican la presión inflacionaria en estos dos años.

Bajo el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, el país mantiene una inflación anual promedio histórica de 4,9%, la más baja de los últimos 70 años, evidenciando resiliencia y una política económica que ha priorizado el control de precios, la estabilidad social y la protección del poder adquisitivo de la población.

Herencia de desarrollo, no de ruina

Los datos son categóricos. Bolivia no está al borde de la bancarrota, ni se encuentra sumida en una crisis irreversible. Por el contrario, se han sentado las bases de una economía resiliente, diversificada y con capacidad de crecimiento sostenido.

El próximo gobierno no solo heredará estabilidad macroeconómica, sino un conjunto de proyectos industriales, un sector financiero sólido, exportaciones récord y un potencial hidrocarburífero renovado.

Afirmar que el país está en “crisis terminal” es pura demagogia electoral. Los hechos, respaldados por indicadores concretos, muestran que Bolivia avanza hacia su bicentenario con una economía en expansión y con bases firmes para garantizar desarrollo, redistribución y soberanía económica.

Tabla de indicadores clave

Indicador Valor 2025 Variación relevante
RIN 2.804 millones USD +28%
Deuda externa / PIB 24,4% ↓ 9%
PIB 49.670 millones USD
PIB per cápita 3.804 USD
IDH 0,73
Gini 0,42 Estable
Cartera de créditos 29.852 millones USD +4,9%
Depósitos bancarios 30.522 millones USD +1,8%
Exportaciones 11.188 millones USD (promedio 2021-24) Récord histórico
Balanza comercial +75 millones USD (junio 2025) Superávit

Martin Moreira forma Parte de la Red de Economía Política Boliviana

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