Los datos del Censo publicados por el INE preocuparon a propios y extraños. Independientemente de si estos datos reflejan o no la realidad del país, el rechazo es generalizado y se dio porque las instituciones y por supuesto, nuestras autoridades, no gozan de credibilidad.
El centro de las críticas y la desconfianza, inició gracias a la comparación de los resultados oficiales y la población proyectada por el mismo INE. En el presente artículo, presentamos algunos datos de manera descriptiva que desnudan varias inconsistencias de los resultados, en comparación con los del anterior censo y el padrón electoral, así como algunas consecuencias, que se derivan a partir de estos mismos datos, como la cantidad de diputados por departamento. Debemos advertir que se presenta un análisis todavía con poco detalle, pero con la suficiente fuerza para extraer conclusiones importantes.
Presentamos en el siguiente cuadro la comparación de los resultados de población intercensal, y una comparación con la población proyectada por el INE para el 2022. Este es el último año, que cuenta con varios indicadores publicados de manera completa.
En la primera fila del cuadro se reporta la población de Bolivia, del Censo 2012 y la población proyectada al 2022. Esta última, sobrepasa los 12 MM de habitantes. En la siguiente columna se calcula la tasa de crecimiento acumulada, que alcanza a 19,3%. Luego se reporta el número de habitantes del Censo 2024 y la tasa de crecimiento intercensal (esta es la real) que alcanza a sólo 12,5%, casi 7 puntos porcentuales por debajo de la tasa entre el Censo 2012 y la población proyectada. Por supuesto, esta diferencia demuestra ya una “pésima” proyección por parte del INE, ¿o no?.
En las demás filas, se muestran los mismos indicadores, pero por departamento. Resaltamos que los departamentos con una mayor diferencia entre la tasa del 2012, la proyectada y la tasa intercensal, son: Pando, Santa Cruz y Tarija (resaltado en amarillo), ya que disminuyeron a menos de la mitad. Debemos resaltar también el caso de Potosí y Chuquisaca que también fueron muy desfavorecidos por los datos del 2024, cuyas tasas también se reducen a menos de la mitad, pero, sabiendo que, en este caso, sus tasas de crecimiento poblacional son bastante bajas.
Por último, es importante resaltar que todos los departamentos tienen una tasa intercensal muy por debajo de la tasa de crecimiento efectiva del Censo 2012 y la población proyectada, menos Oruro; que, además, tiene la tercera tasa intercensal más alta del país.
Es importante que el lector pueda constatar que la diferencia de los resultados de población del Censo 2024 con la proyección de población para el 2022 sobrepasa los 700 mil habitantes, teniendo en cuenta, además, que no presentamos la proyección de población para 2023 que sin duda, podría incrementar esta diferencia. Por otro lado, Santa Cruz esperaba sobrepasar los 3,5 millones de habitantes, porque como es sabido, el principal departamento receptor de población, es precisamente la capital cruceña. En este sentido, no es sólo que los resultados no dejaron conformes a esta región, sino que, además, parece no reflejar la realidad.
En un siguiente cuadro, consultamos las bases de datos del INE, que tienen como fuente el Registro Cívico, con indicadores referidos a: número de partidas de nacimiento, por año de registro; y, al número de defunciones por año de registro. Es obvio que, si restamos los dos registros, obtenemos el crecimiento bruto de la población (número de habitantes) por departamento. Si calculamos esta diferencia y la sumamos a los datos del 2012, obtenemos que desde el 2012, solamente al 2022, la población debió estar cercana a los 12 millones, muy parecido a la población proyectada por el INE, y más lejana a la población publicada del Censo 2024. Si le restamos al cálculo que realizamos de la población (primera columna) el dato del 2024, podríamos suponer que por lo menos 652 mil personas tendrían que haber emigrado. Pero todavía podemos ajustar esta diferencia.
El promedio de registros de nacimiento entre 2020 y 2022 es de 218 mil nuevos ciudadanos (año); por otro lado, el promedio anual de fallecimientos entre los mismos años es de 78 mil, por lo que podríamos estimar el crecimiento poblacional al 2023, como el promedio de los últimos 3 años. En este caso podríamos suponer que el aumento en la población para 2023, sería aproximadamente de 140 mil personas aproximadamente. Por lo tanto, la población el 2024 debería haber alcanzado a 12.104.648 habitantes, mayor en casi 800 mil habitantes al dato reportado del Censo 2024. Claramente los datos publicados, parecen no coincidir con el comportamiento de los indicadores propuestos.
Pero también, podemos entrar al análisis con más detalle. Todos los departamentos tienen grandes diferencias respecto al cálculo de crecimiento propuesto, y es especialmente notoria la cantidad de migrantes de Santa Cruz. Si revisamos los datos de migración del propio INE, Santa Cruz y Tarija (también Cochabamba, pero muy marginalmente) son los dos únicos departamentos receptores de migrantes, o sea que, si bien su población se puede ir al exterior, con los migrantes internos se compensa la reducción de su población. Por lo tanto, es un suceso improbable que Santa Cruz tenga fuga de población, al contrario, es sabido por todos, que es un gran receptor. En este sentido, si adicionamos el incremento de población de 2023, Santa Cruz debería sobrepasar los 3,5 millones, como esperaban todos. Asimismo, en el caso de Tarija, según los datos del mismo INE, no debería tener una reducción poblacional por migración.
Por otro lado, si bien Oruro tiene la tercera tasa de crecimiento más alta del país, tiene el cuarto indicador más alto de migración negativa.
Ya en el ámbito político, y simplemente a manera de bono, realizamos la comparación entre el crecimiento de la población intercensal y el crecimiento del Padrón Electoral. Los datos de este indicador, fueron extraídos del Padrón efectivo en cada elección (subnacionales o presidencial) reportados por el INE entre los siguientes años: 2011, 2014, 2015, 2016, 2017, 2019, 2020 y 2021. El padrón entre estos años creció en 1,9 millones de personas aproximadamente (mayores de 18 años), mientras que la población entre los dos Censos creció en 1,2 millones (¿envejecimos tano?). En términos porcentuales el Padrón creció de manera acumulada en 36% (sólo hasta el 2021) mientras que la población creció solo a 12,5%. Tendremos que esperar, la última actualización que sigue en curso, para saber en cuanto más incrementará el Padrón Electoral. Sin embargo, es evidente que el incremento de éste, parece exagerado respecto al crecimiento poblacional.
Por último, muestro en el siguiente cuadro, un dato que parece importar a un gran porcentaje de la población, la nueva distribución de diputados con los últimos reportados del Censo.
Adicionalmente, es bueno remarcar que este dato cobró mayor importancia desde que el presidente anunció un Referendo para aumentar representación parlamentaria, suponiendo que algunos departamentos perderían curules y otros incrementarían este número, lo cual podría haber ocasionado conflictos entre los 9 departamentos. Esto hace suponer, además, que el gobierno “no conocía la información del Censo”, ya en realidad los cambios serían mínimos.
Esta última afirmación proviene del último cuadro que presentamos a continuación, donde el único cambio sería la pérdida de 1 curul para Chuquisaca, el cuál favorecería a Santa Cruz. Por supuesto, estos son cálculos no oficiales, sin quererle robar la pega al Órgano Electoral.
Con los datos presentados, podemos extraer algunas conclusiones y reflexiones sobre los resultados de población del Censo 2024.
- Los resultados del Censo y sus aparentes inconsistencias, podrían no sólo menoscabar la credibilidad hacia nuestras instituciones y autoridades, sino, encender más aún los ánimos de los ciudadanos provocando una espiral de conflictos.
- Claramente la población proyectada por el INE parece consistente con el crecimiento de la población, tomando en cuenta otros indicadores como los nacimientos y los fallecimientos. Por lo tanto, los datos reportados del Censo 2024, dejan muchas dudas.
- Regiones como Santa Cruz, especialmente, parece que podrían contar con argumentos objetivos para solicitar, como mínimo, una auditoría al Censo 2024.
- Queda claro que la población boliviana crece cada vez menos, sin embargo, este hecho provoca mayor desconfianza en la fiabilidad de los datos del Censo, pero, además, retrotrae la desconfianza en los resultados del Censo 2012.
Por último, es importante preguntarnos si el hecho de que los datos del Censo no reflejen la realidad; con más o menos población, cambiarán la vida de los bolivianos o solucionarán la crisis económica y política. Por otro lado, el demostrar alguna inconsistencia en los datos ¿tiene un objetivo?, ¿cuál es?…¿que se repita el Censo?
Si suponemos que el MAS aprovecha cualquier evento como el Censo para perseguir sus propios fines políticos, es obvio que la respuesta de quienes no estamos de acuerdo con este régimen, también sea política. Desde mi punto de vista, “sólo un cambio de gobierno” podría propiciar un nuevo futuro para Bolivia, ojalá con actores renovados y con una nueva propuesta país, para recibir un bicentenario con esperanza.
Joshua Bellott Sáenz es economista e investigador