Huarachi y Barbery, las dos caras de una moneda

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Por: Alfredo Zaconeta Torrico

Juan Carlos Huarachi busca lavar su imagen ante Morales, por el pedido de renuncia que este lanzo a nombre de la Central Obrera Boliviana (COB) en noviembre de 2019. El dirigente sale y amenaza al empresariado cruceño con “nacionalizar las industrias y empresas de Santa Cruz”, empresarios que, en noviembre de 2019, a través del presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Luis Barbery, fueron los únicos que respaldaron la continuidad de Morales.

Para no perder la memoria repasemos la historia de esos días de turbulencia, que derivaron en la renuncia y posterior fuga de Morales.

«Si (la renuncia de Evo Morales) es una acción y una medida para que el pueblo se pacifique, compañero presidente le llamamos a la reflexión que asuma esta responsabilidad, si hay la necesidad de renunciar para pacificar al pueblo boliviano, desde la Central Obrera le decimos para pacificar al país», afirmó Huarachi en conferencia de prensa, el 10 de noviembre de 2019, horas antes de que Morales renuncie a la presidencia del Estado.

Ante esta declaración, Morales en su libro “Volveremos y seremos millones” señaló:

“La última reunión con la COB había sido la mañana del domingo, de desayuno, y quedamos así: que ellos iban a convocar que al día siguiente salgan en movilización para recuperar el Palacio”, sostiene Morales.

En su libro el ex mandatario señala que le sorprendió la respuesta de Huarachi a la prensa que le consultó: “¿Debe renunciar Evo?”, y este -en su minuto de sinceridad- pidió la renuncia de Morales.

Esta declaración “estaba coincidiendo con algunos dirigentes de la COB, con las Fuerzas Armadas, con la Policía y la derecha fascista, racista”, lamenta Morales en sus memorias.

Añade que posterior a esta declaración, el líder cocalero intentó comunicarse con Huarachi, sin embargo, este no le contestó, al igual que otros dirigentes de la COB.

“¿Cómo es esto de renuncia?”, “Entonces se quedó callado”. “¿Es decisión orgánica a institucional, su comité podía aprobar?”, concluye Morales.

En marzo de este año, Huarachi se desdijo y aseveró que nunca pidió la renuncia de Morales, sin dar detalles del porque el cambio de su versión.

En otro pasaje de su libro, Morales recuerda que, en las jornadas de conflicto de 2019, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, manifestó su respaldo al gobierno del MAS. Evo asevera sobre el líder de los empresarios: “Había llamado a Adriana Salvatierra y le había dicho: “Tienen nuestro apoyo””.

“Y aquí, mira, la CEPB apoyándonos contra el golpe y la COB; ciertos liderazgos de la COB; contra nosotros. Entonces viene la renuncia”, rememora Morales.

¿Qué dirá el cruceño Barbery hoy sobre las amenazas de Huarachi?, lo paradójico es que la historia descrita por el puño y letra de Evo Morales nos demuestra que, en la defensa de un supuesto gobierno de izquierda, salió a su defensa el empresariado privado y no así el ente matriz de los trabajadores; hoy las cosas se invierten y Huarachi quiere limpiar su imagen y que mejor que recurrir al viejo libreto delineado por Álvaro García Linera, hablando de nacionalizaciones

En el entuerto de las paradojas de la historia habrá que recordar que precisamente fue García Linera en julio de 2015 descartó la nacionalización de la Minera San Cristóbal.

“En estos últimos días había amenazas de que iban a cortar la electricidad, de que iban a tomar San Cristóbal, el Gobierno no lo va a permitir, los trabajadores no lo van a permitir, ustedes (empresa) hacen un buen trabajo, sigan haciendo su buen trabajo”, señaló por entonces García Linera.

La otra paradoja es que años después, sería el mismo Luis Barbery que junto a otros empresarios, anunciaría que habían adquirido las acciones de la Minera San Cristóbal, aunque esta afirmación fue desmentida por la misma Sumitomo, dueña de la mina.

La falta de criterio hace que Huarachi hoy hable de nacionalizar, las empresas e industrias con capital nacional, asentadas en Santa Cruz (territorio nacional); Huarachi habla de eso, más no del “silencio sindical”, medida vigente dispuesta unilateralmente por el Comité Ejecutivo Nacional de la COB, para prorrogar su mandato.

Sí, hablamos de Juan Carlos Huarachi, Secretario Ejecutivo de la COB, que desde el inicio de su gestión sucumbió ante la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), creada por el Movimiento al Socialismo para cuidar sus intereses; el mismo Huarachi que en noviembre de 2018, proclamó en un ampliado nacional de los trabajadores sindicalizados del país a Evo Morales y Álvaro García Linera como candidatos del binomio del MAS.

Huarachi con el “Silencio Sindical” prohibió la realización de congresos ordinarios, celebración de elecciones al interior de confederaciones, federaciones y sindicatos que son parte de la COB, hecho que derivó en la prolongación de mandatos de los actuales dirigentes sindicales, que en la mayoría de los casos debían dejar sus cargos a mitad de año de 2019.

El ejecutivo de la COB, que hoy marcha por la democracia, embargó la palabra y el voto de los trabajadores para prorrogarse junto a todo el CEN del ente matriz de los trabajadores, cuyo mandato fenecía el 26 de febrero de 2020.

Huarachi hoy marcha por la democracia, pero no la aplica al interior de la COB. Huarachi hoy busca nacionalizar, pero, ¿será que mantiene su palabra, o nuevamente se desdecirá?

Alfredo Zaconeta Torrico es periodista

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