Contra los transgénicos, el glifosato y la agroindustria en Bolivia

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Maria Lohman

Decretos, Concursos y Ciclos de Conferencias ligados a la agroindustria y los transgénicos/glifosato no pueden silenciar la protesta de millones de consumidores y productores

La cuarentena y el dolor de miles de familias afectadas por el coronavirus van despertando cada día más la conciencia de una mayoría de los pobladores del planeta de que algo anda mal con la naturaleza, con la salud, los animales y la tierra.

Particularmente en Bolivia la crisis sanitaria de los últimos meses sirvió para que miles de personas y centenares de organizaciones expresen su inquietud y rechazo  ante un nuevo intento de empresarios agropecuarios nacionales e internacionales para introducir 5 cultivos transgénicos (soya “resistente a la sequía”, maíz, caña de azúcar, algodón y trigo), después de haber gozado de una cantidad de políticas en beneficio de su sector  durante el gobierno de Evo Morales.

Pese a los impactos negativos de sus monocultivos sobre la salud y el medio ambiente; pese a los incendios y la  afectación de bosques, empleos, rendimientos y soberanía alimentaria, hoy -con un gobierno directamente ligado a la agroindustria  quieren avanzar más… a como dé lugar.

Pero, lo que en 20 años no se pudo lograr, hoy  nadie puede silenciar las voces de protesta, que engrosan un coro generalizado desde los campos y las ciudades en los 24 países (de los 197) donde unos pocos transnacionales (sobre todo Bayer-Monsanto) siguen buscando ampliar sus ganancias con la llamada “biotecnología” donde transgénicos y agrotóxicos van de la mano.

DECRETOS INCONSTITUCIONALES

El 7 de mayo el gobierno de Añez lanzó un DS. 4232 que permitiría que un puñado de funcionarios (varios de ellos ligados al agronegocio)  integrantes de un “Comité Nacional de Bioseguridad” evalúe en 10 días  “maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa”.

Las múltiples protestas hicieron que el día 14 de mayo el gobierno saque el DS 4238 en que solo cambia el plazo de 10 días por “40 días”. (ver las múltiples notas de oposición en el blog de Bolivia Libre de Transgénicos:  https://bolivialibredetransgenicos.blogspot.com/2020/05/gobierno-de-anez-viaviliza-produccion.html#more

CONFERENCIAS VIRTUALES …VENDIENDO ESPEJITOS

Ante la ola de protestas, los representantes del agronegocio del oriente no se quedaron callados.

Representantes  de la CAINCO, de la CAO y de los ganaderos, junto a biólogos de empresas privadas  y todo tipo de funcionarios y  “doctores” con estudios en el exterior, pero con negocios de agrotóxicos  en Bolivia o con empresas privadas de Comercio Exterior (IBCE) empezaron a ocupar  las pantallas de la televisión, las redes sociales y programas radiales.

Y, pese  a decenas de argumentos en contra de los paquetes de transgénicos (junto al glifosato)  van difundiendo SUS mensajes a favor de SU biotecnología, de SU modelo agrícola, de SUS rendimientos e ingresos.

Nos hablan de “seguridad alimentaria” y nos siguen vendiendo espejitos (mitos), cuando en la práctica su modelo agropecuaria, muy ligado a los agrocombustibles (“comida” para los autos), sólo causa hambre, enfermedades, desempleo, dependencia, deforestación e incendios, mientras la importación de alimentos es cada vez mayor.

Más de 20 años de aplicación de millones y millones de  litros de veneno. Más de 20 años manipulando semillas, para crear sus propias semillas transgénicas (patentadas) que el agricultor ahora debe comprar en la tienda del “patrón”. Y siguen promocionando sus productos,  manipulando datos y mentes de jóvenes universitarios y de la población en general. Nada raro que en la encuesta que esta semana presentó IPSOS sale que 30%  “no sabe que son los transgénicos”, aunque al mismo tiempo vemos que el 50%  no está de acuerdo con el DS 4232 “que autoriza las semillas transgénicas”.

CONCURSOS ENGAÑOSOS

Finalmente, con el fin de distraer  la atención de la población  y poder avanzar con la aprobación (anticonstitucional ) de sus paquetes de semillas transgénicas y agro tóxicos, los agroNegociantes -en plena crisis del coronavirus-  lanzaron estos días un concurso denominado  “AgriHack” que busca “ideas tecnológicas para la agroindustria; un atractivo para jóvenes emprendedores que buscan soluciones que dinamicen y generen nuevas oportunidades de negocio relacionados con la seguridad alimentaria”.

El Concurso está organizado, entre otros, por la Agencia de Innovación de Cainco, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, el IICA, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Es decir sectores privados, con la venia del gobierno  y organismos internacionales, solicitan a jóvenes a presentar – hasta el 29 de mayo – propuestas tecnológicas para el sector agropecuario y agroindustrial de Bolivia.

Lo que parece ser “atractivo” requiere ser analizado cuidadosamente cuando vemos que la iniciativa “AgriHack” realiza sobre todo actividades en Africa, promoviendo pequeñas iniciativas tecnológicas en la agroindustria, mientras los paquetes de grandes empresas de semillas transgénicas y de agrotóxicos, junto a un extractivismo acelerado,  vienen por detrás.
¿Acaso interesa a todos los firmantes del “Concurso” el desarrollo del pequeño productor y de la agricultura familiar, ¿que – según la FAO- alimenta el mundo?

Hoy por hoy  en las redes sociales, en las calles, en los encuentros virtuales nacionales e internacionales de colectivos de activistas, organizaciones sociales de base, plataformas, instituciones  y algunas universidades y sectores de la iglesia – todos comprometidos con una seguridad alimentaria y la agroecología – van rompiendo el silencio.

“BOLIVIA LIBRE DE TRANSGENICOS”, gritan.

María Lohman M. es Integrante de la Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos, el Colectivo Yo Soy Semilla y la Asamblea por los Bosques y la Vida

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