Boris Leaño – Repensando la Democracia en el Siglo XXI

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La democracia, como forma de gobierno, ha sido idealizada y presentada como el pináculo de la evolución política de la humanidad. Sin embargo, en las últimas décadas, el modelo dominante de democracia liberal, que se centra en la representación individual y las instituciones formales, ha recibido críticas cada vez más fuertes y ha mostrado sus limitaciones para enfrentar la complejidad de las sociedades actuales.

La promesa de igualdad y participación plena se ha visto, en muchos casos, empañada por la persistencia de desigualdades estructurales, la polarización política y, sobre todo, la incapacidad de reconocer y valorar la rica diversidad cultural que caracteriza a la mayoría de los Estados. En este contexto global de desilusión democrática, se vuelve urgente la aparición de nuevos paradigmas.

En este sentido, la interculturalidad ha irrumpido en el debate político y académico como un concepto clave para replantear las relaciones sociales y, en particular, la esencia de la democracia.

No se trata solo de una simple descripción de la coexistencia de culturas (multiculturalidad) o de un llamado a una tolerancia superficial (pluralismo); la interculturalidad se presenta como un proyecto ético, político y epistémico que busca fomentar la interacción equitativa y el diálogo entre diferentes cosmovisiones, conocimientos y formas de organización social.

Esto implica un proceso de descolonización de las estructuras de poder y conocimiento que históricamente han favorecido una única perspectiva cultural, generalmente occidental, en detrimento de la riqueza y validez de otras.

En regiones como América Latina, donde la herencia colonial ha creado profundas asimetrías y exclusiones, la interculturalidad se convierte en una herramienta esencial para construir una sociedad más justa y descolonizada.

La noción de una democracia intercultural surge precisamente de la necesidad de llevar los principios de la interculturalidad al ámbito de la gobernanza.

El avance y expansión de la digitalización y el control y el control de la información global se la conocen como la era de la información, quien la controla y quien accede a ella tendrá las mejores oportunidades en el siglo XXI.

Para el Director Regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe Daniel Zovatto, no estamos todavía en una “contraola” democrática, aunque si enfrentamos una situación de declive y de recisión democráticas. Así lo advierten los cuatro principales informes que monitorean el estado de la democracia, entre ellos el Global State Of Democracy, de IDEA Internacional.

Entonces la democracia ha demostrado tener un alto grado de resiliencia. Por lo que con el apoyo y la guía de las autoridades, la democracia prevalecerá y triunfará sobre los obstáculos y desafíos.

Boris Angel Leaño Abastoflor es Abogado

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