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Sin pandemia, el gasto educativo habría aumentado en 3,6% en 25 países de la región en recursos para mantener ese derecho y servicio de 2019 a 2020, pero con la pandemia de la COVID-19 en curso se prevé que esos recursos disminuyan en 9%.
El financiamiento a la educación va a disminuir producto de la crisis económica global y las crisis que van a atravesar los gobiernos para sostenerse a futuro por falta de pago de impuestos de su población, según el informe La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19, firmado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la UNESCO.
Junto a los servicios de salud colapsados en el mundo, la pandemia del coronavirus derivó en el cierre de los respectivos sistemas educativos y suspensión de las actividades escolares en 190 países. Los servicios educativos cerraron para evitar la propagación del virus entre la población.
Antes de la pandemia, la situación social en la región ya se estaba deteriorando, debido al aumento de los índices de pobreza y de pobreza extrema, la persistencia de las desigualdades y un creciente descontento social, afirma la CEPAL. Los organismos internacionales han actualizado su información en los últimos meses y prevén actualmente una caída del 9,1% del PIB en América Latina y el Caribe.
Sin embargo, de esas proyecciones, el documento advierte que “las consecuencias reales en el presupuesto podrían observarse recién en 2021”.
Otros impactos
La crisis va a tener efectos negativos en los distintos sectores sociales, incluidos particularmente la salud y la educación, así como en el empleo y la evolución de la pobreza, pero también en otros sentidos. Por ejemplo, la UNESCO ha identificado grandes brechas en los resultados educativos, que se relacionan con una desigual distribución de los docentes, en general, y de los docentes mejor calificados, en particular, en desmedro de países y regiones con menores ingresos y de zonas rurales, las que suelen concentrar además a población indígena y migrante. Para este análisis se toma en cuenta las modalidades que distintos países han asumido para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje, solo en Bolivia se ha clausurado el año escolar.
Los organismos internacionales reflejan que, en la región, los Estados adoptaron modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de las y los estudiantes. Cada una de esas medidas o su combinación, en distintas condiciones materiales, tienen efectos distintos en la comunidad escolar, y se analizan de manera cuidadosa para proponer soluciones a futuro.