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Naciones Unidas exhorta a proteger los derechos de las niñas víctimas de violencia sexual y embarazos forzados

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[NAME CHANGED] On 21 August 2015, Magu looks out a window of her home. Magu lives in a village of 5.000 inhabitants in the north of Spain with her mother and younger brother. Magu suffered from sexual and physical abuse from her father. After suffering in silence for a long time she finally managed to talk about the abuse two years ago when her teacher noticed something was wrong. Since then she has received support from her school and a psychologist. For a long time Magu considered the school to be the safest place for her and she sought refuge in books. She has always been a good student and still enjoys reading, and dancing, singing and acting. She is determined to not let her experience define her future. Magu has suffered a lot in the past and is in a process of healing. Although she has gone through hardship, she is an adolescents that looks to the future with hope. She has a boyfriend with who she is very happy, she continues her studies and practices her hobbies. Every five minutes a child dies as a result of violence and millions are left unsafe in their homes, schools and communities. The stories of these children are rarely told. Through the EndViolence Youth Letter initiative voices of 18 child survivors of violence from across the world are now being heard. From violent conflict in South Sudan, sexual abuse in Spain, and child trafficking in Pakistan, these powerful testimonies highlight an epidemic of violence that is facing children in every corner of the world. From these testimonies, UNICEF created a joint letter, addressed to world leaders, calling on them to end the widespread abuse and turn written promises into change for children.

El Sistema de Naciones Unidas en Bolivia (ONU Bolivia) hace un llamado urgente a intensificar los esfuerzos para la protección de los derechos de las niñas víctimas de violencia sexual y de embarazos forzados, manifestaciones extremas de violencia por motivos de género, que se constituyen en actos de tortura.

Ante los alarmantes casos de violencia sexual y embarazos forzados en niñas menores de 15 años, ONU Bolivia recuerda que hay un marco normativo internacional y nacional de protección a las niñas que debe aplicarse de manera integral y oportuna para garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las víctimas. El embarazo de una niña no solo pone en riesgo su vida, su salud y su proyecto de vida, sino que también atenta contra su salud mental y emocional, su autonomía corporal, alentando y reforzando las desigualdades, el ciclo de la pobreza y la discriminación.

Asimismo, ONU Bolivia reafirma que es imprescindible que, en caso de violencia sexual y embarazos, el Estado active los mecanismos de protección integral de manera oportuna, incluidos los servicios de salud, para garantizar el cumplimiento de las normas internacionales y nacionales vigentes para el ejercicio de los derechos de las niñas. Ellas y sus familias, antes de otorgar consentimiento o tomar una decisión, deben recibir información y orientación clara, científica y oportuna, respetando su confidencialidad y privacidad, evitando presiones sociales, religiosas o de otra índole que promuevan la revictimización y atenten contra sus derechos.

Someter a una niña a un embarazo forzado está calificado como tortura. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), en la Recomendación General 35, señala que la vulneración del derecho a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas, como la continuación forzada del embarazo, son “formas de violencia por razón de género que, según las circunstancias, pueden constituir tortura o trato cruel, inhumano o degradante”. Así también, el Comité Contra la Tortura, en reiteradas oportunidades ha establecido que la prohibición de la interrupción del embarazo puede constituir tortura o maltrato porque pone a las mujeres en riesgo de mortalidad materna evitable.

En cuanto a la normativa nacional, el artículo 61 de la Constitución Política del Estado prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, tanto en la familia como en la sociedad. El Código Niña, Niño y Adolescente, en su artículo 148, garantiza a las niñas el derecho a ser protegidas contra la violencia sexual. Además, la Sentencia Constitucional Plurinacional 0206/2014 establece que la mujer y la niña podrán, como una opción, acceder a la interrupción legal del embarazo en caso de violación, incesto, estupro y cuando su vida o salud esté en riesgo.

Naciones Unidas reafirma su compromiso de continuar trabajando por la promoción del cumplimiento de los derechos humanos fundamentales y la prevención de la violencia sexual y de embarazos no deseados, mucho más en niñas, a través del fortalecimiento de los servicios de atención y protección, la educación integral de la sexualidad, y el fomento de masculinidades positivas en el sistema educativo, en las familias y comunidades.

Finalmente, ONU Bolivia reitera la importancia de contar con una ley marco de derechos sexuales y derechos reproductivos compatible con otras normas referidas a la salud e integridad física, psicológica y emocional de las niñas, para poner fin al silencio y la impunidad, asegurando que ellas puedan alcanzar su pleno potencial y desarrollo.

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