Mitos masistas

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Andrés Gómez Vela
Los partidos, los políticos, suelen crear mitos en torno a sus líderes. El objetivo, “divinizarlos”, para aparentar alejarlos de los mortales. En ese sentido, se dijeron muchas cosas de Simón Bolívar, a quién con tanta historia nos hacían imaginar a un hombre gigante, cuando en realidad era de estatura pequeña; hoy nos presentan como libertadores natos a Tomás y Túpac Katari, cuando entre los motivos de su pelea estaban sus tierras (como de Evo Morales, sus cocales). Es más, mitificaron una frase en la boca de Túpac: “volveré y seré millones”, que coincidentemente lo habría pronunciado miles de años antes Espartaco, el esclavo que se reveló contra Roma. Los mitos no descalifican méritos, pero esconden o sobredimensionan la verdad  con medias verdades o mentiras completas. En este último tiempo se intentan construir algunos.
 
Descendiente de Túpac Katari.- Ciertos círculos masistas insisten en señalar a Evo Morales como el descendiente directo del líder indígena que cercó La Paz. No hay ninguna prueba genética, tampoco histórica. Las causas de lucha de ambos fueron diferentes y los escenarios, también. Aquel se movió en una etapa brutalmente adversa, particularmente, contra los indígenas de base; en cambio éste levantó su popularidad sobre la cama de la democracia burguesa, que le reconoció y resguardó su libertad de expresión, derecho a la información, libertad de asociación y otros derechos políticos para que pueda elegir y ser elegido, lo que lo erigió en un  “librepensante”, “libreopositor” y “librebloqueador”.
 
Evo de Eva y Morales de Moral.- Cuando un amigo me comentó que había visto una especie de crucigrama con el nombre completo del Presidente, Juan Evo Morales Ayma, me pareció graciosa y curiosa. Entonces, explicó el significado que algunos masistas habían creado: Juan de Juan el Bautista, el hombre que anuncia el advenimiento de El Salvador, Jesucristo; Evo de Eva, la primera mujer de la tierra; Morales de Moral (ética, valores, principios); y Ayma de Aymara, una de las 36 naciones que habitan Bolivia. En fin, a todo se le puede dar sentido, si usted se llama Pedro, ya sabe de dónde proviene y si se llama Jesús, mucho más.
 
El insustituible.- Quién más repite palabras que dirigen hacia esta idea, que genera miedo, es García. Cada vez que puede asegura que después de Evo, nadie o el abismo. También suele decir que si se va de Palacio, los indígenas serán echados del poder como en tiempos pasados. Si fuera así, no habría cambiado nada el proceso de cambio (aunque por ahora sigue siendo más proceso que cambio). Lo evidente, así el 2015 llegué al gobierno la oposición de derecha, los indígena originario campesinos no se irán de los espacios que conquistaron, algunos mutarán de ideología, ya sea por convicción o por mero interés, y los más se mantendrán en otros espacios. A estos se sumarán los empresarios mineros camuflados en cascos de cooperativistas y “los otros”. 
 
El pueblo y los movimientos sociales.- La historia demuestra que tanto Hitler como Franco, Castro o Mussolini evocaron al pueblo para sostenerse en el poder. Aprovecharon esa construcción del romanticismo para mantener privilegios de partido.  Algo parecido sucede ahora cuando escuchas a gobernantes bolivianos señalar que su postulación o sus decisiones lo dejan en manos de sus bases, los movimientos sociales, cuando en realidad las determinaciones son asumidas por un grupo de personas que actúan en nombre del mitico pueblo, como los burgueses en nombre del bien común. Es tan evidente la exageración, que recientemente el máximo dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), Roberto Coraite, dijo que su organización aglutina a 4.5 millones de afiliados, casi 5 de cada 10 bolivianos, pero no mostró ninguna lista.
 
¿Es bueno o malo? No sé, pero estas cosas suelen suceder cuando los partidos actúan como grupos religiosos y en lugar de militantes librepensantes tienen fundamentalistas.

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